El gran d¨ªa

"M¨ªrale a Alvarito", dice Dani, un muchacho de aire suburbial que parece sacado de una pel¨ªcula de Eloy de la Iglesia. Nacho [Jara] no le contesta. Est¨¢ sentado detr¨¢s de la porter¨ªa, todo ojos. Tiene 15 a?os y dicen que juega bien. Con toda seguridad imagina que alg¨²n d¨ªa disfrutar¨¢ de la ocasi¨®n que ahora tiene ?lvaro, un zurdo con talento y futuro que escucha atento, casi solemne, los consejos de Valdano. Alrededor del t¨¦cnico est¨¢n reunidos 10 chicos, escogidos entre los equipos menores del Madrid. Ninguno sobrepasa los 18 a?os. Es su gran d¨ªa.Recibieron la noticia despu¨¦s del entrenamiento matinal. Valdano quer¨ªa practicar con, ellos, una decisi¨®n que el t¨¦cnico hab¨ªa tomado desde su llegada al Madrid. A?os atr¨¢s, ?ngel Cappa y ?ngel F¨¦lix, sus ayudantes, hab¨ªan realizado una experiencia similar en tres equipos, argentinos: Boca Juniors, Hurac¨¢n y Banfield. "Queremos algo m¨¢s que explicarles conceptos futbol¨ªsticos. Nuestra intenci¨®n es situarlos ante el compromiso que significa el f¨²tbol profesional y vestir la camiseta del Madrid", explica Valdano.

Se juntaron en uno de los campos de la Ciudad Deportiva. Unos llegaron con sus padres, otros con los amigos. Alguno aparc¨® su peque?o utilitario en el lugar donde Michel o Laudrup dejan sus deportivos. La tribuna lateral estaba casi vac¨ªa. Alg¨²n d¨ªa estos chicos atraer¨¢n al ej¨¦rcito de adolescentes que acuden a los entrenamientos para saludar a susidolos. Pero ahora son desconocidos: Alvaro, Mor¨¢n, V¨ªctor, Torres, Guti, Luis Mart¨ªnez, Ribera, Ra¨²l. Nadie les fotografi¨®, nadie les pidi¨® un aut¨®grafo, nadie grit¨® su nombre.

Todos esconden alg¨²n rasgo especial. Luis es medio centro y dispone de ese sentido del aseo con la pelota que requiere su puesto, V¨ªctor tiene el perfil vertical de los interiores derecha, ?lvaro juega, con sutileza en los dominios del 10 y Guti es Redondo. En realidad es un replicante de Redondo en forma de media punta. El mismo corte de pelo, la misma forma de correr -el balanceo, del tronco, los codos contra el aire, los pu?os contra el pecho-, el mismo tranco y la misma forma de enganchar la pelota con la pierna izquierda. Tiene 17 a?os y asegura que su est¨¦tica es anterior a las primeras noticias que tuvo de Redondo.

En realidad, Guti choca con la vieja mentalidad jesu¨ªtica del Real Madrid. Algunos empleados han puesto precio a su larga cabellera. Pero no es s¨®lo la est¨¦tica. Tambi¨¦n es la ¨¦tica. La decisi¨®n de Valdano de escoger a 10 muchachos para adiestrarles e informarles de los rigores del gran f¨²tbol, choca con el ambiente uniformador que preside el club. Quiz¨¢ por eso Vicente del Bosque se resiste a hablar de ellos. "No dir¨¦ nada. Se pueden producir envidias entre los compa?eros", se excusa.

Pero la realidad es distinta. El f¨²tbol procura la competencia y la diferencia. Y estos jugadores tienen cualidades que les distinguen de los dem¨¢s. Vean a Ra¨²l. Nada en su aspecto delata la presencia de un goleador implacable. Es un muchacho flaco, de brazos largos, estatura media, un poco chueco cuando corre. Esa informaci¨®n no vale nada: en el ¨¢rea opera como un cirujano. "Pocas veces he visto a un jugador que defina tan bien", reconoce Cappa. "Siempre llega de frente a la porter¨ªa, y su facilidad para escoger los rincones es escandalosa".

Ra¨²l, 17 a?os, lleva el gol en el cuerpo. Jug¨® hasta la categor¨ªa cadete en el Atl¨¦tico, pero cuando Gil se deshizo de los equipos menores fue r¨¢pidamente captado por Madrid. Ahora juega en el equipo de Segunda B y su nombre reclama cada vez a m¨¢s aficionados. Ha marcado 13 de los 27 goles de su equipo. Un d¨ªa se sent¨® con Valdano y el entrenador le dijo: "Esta temporada jugar¨¢s alg¨²n partido con el primer equipo". Ya lo ha hecho. Contra el Oviedo en un amistoso. Es el jugador que ha vestido m¨¢s joven la casaca madridista.

Sentado detr¨¢s de la porter¨ªa, Nacho Jara observa el entrenamiento. Jugaba en un equipo de Murcia cuando fue fichado por el Madrid. S¨®lo tiene 15 a?os y morir¨ªa por entrenarse con Valdano. No es cuesti¨®n de envidia. Es ambici¨®n, el material que forja el mundo del f¨²tbol.