"Nunca se quej¨® de nada"

En Izagre hay quien no cree en Dios, pero con independencia de credos su centenar de habitantes ten¨ªa una fe ciega en la labor humanitaria que realizaba en Argel desde hace 20 a?os la misionera agustina Esther Paniagua. Ayer, en este pueblo leon¨¦s de Tierra de Campos, donde sor Esther naci¨® hace 45 anos, se respiraba un profundo duelo. Izagre se enter¨® de la tr¨¢gica noticia cuando el embajador de Espa?a en Argel relat¨® los hechos a la familia en la noche del domingo.En lugar del cuerpo sin vida de la misionera, los Vecinos que la vieron nacer, crecer y jugar, en su particular velatorio lloraban en torno a una mesa camilla a media docena de fotograf¨ªas y un peque?o calendario con escenas cotidianas de la congregaci¨®n en Argel. Tras una misa celebrada al mediod¨ªa en la iglesia del pueblo por Justino, el cura p¨¢rroco, los ancianos padres de Esther Paniagua y su hermana Gloria, de 51 a?os, permanec¨ªan recluidos con entereza cristiana en la casa familiar rodeados de sus convecinos. Nicasio Paniagua, de 77 a?os, padre de la misionera, recordaba con aire ausente la "bondad" y "entrega a los m¨¢s d¨¦biles" de su hija. "Nunca se quej¨® de nada, lo hac¨ªa todo con una sonrisa. S¨®lo cuando llamaba por tel¨¦fono y le dec¨ªamos: "?Hija ?qu¨¦ pasa por ah¨ª, que vemos en la televisi¨®n que hay mucha guerra?!, nos contestaba: '?No es para tanto!".

Dolores, de 73 a?os, madre de Esther, hablaba del entierro. "Es nuestra y es de la Comunidad. Es de todos, por eso no nos podemos oponer a que descanse en el pante¨®n de la congregaci¨®n en Le¨®n", dec¨ªa Dolores con resignaci¨®n. Esther era la mediana de tres hermanas. A los 14 a?os sali¨® de Izagre para estudiar con las, Agustinas Misioneras de Logro?o. "Ya entonces vimos que no quer¨ªa nada para ella, que su felicidad estaba en procurar consuelo y alegr¨ªa a los dem¨¢s", explicaba su hermana Gloria, maestra de EGB en el colegio Larrea de Amorebieta.

El pasado d¨ªa 1 se cumplieron los 20 a?os de estancia de sor Esther en Argel. La misionera hab¨ªa partido de Izagre el 30 de agosto pasado, despu¨¦s de permanecer un mes y medio junto a su familia. "Le gustaba estar con nosotros, planchar, lavar, atendernos, hacer vida de pueblo y descansar. All¨ª su trabajo como enfermera era agotador, pero esa era su labor m¨¢s peque?a. La m¨¢s grande era el resto, ayudar a la mujer argelina", relataba su hermana.

La madre de la misionera explicaba ayer "lo mal que lo pas¨® su hija nada m¨¢s llegar hace 20 a?os a la regi¨®n de Blida, cuando una ni?a de unos dos a?os recogida por la congregaci¨®n fue brutalmente asesinada "con alfileres" por sus propios famil?ares. "Ella dec¨ªa que el ¨²nico pecado de la peque?a hab¨ªa sido nacer mujer", afirma Dolores.