Riesgos del pasado
ES TAN razonable lo que piden los alcaldes d¨¦ los pueblos afectados por los vertidos radiactivos producidos en 1970, es decir, que se realice un informe oficial sobre sus efectos radiol¨®gicos, que llama la atenci¨®n que los organismos competentes no hayan tomado de oficio esa iniciativa, al hacerse p¨²blica (el pasado domingo en es ? te peri¨®dico) la noticia de aquel grave suceside contaminaci¨®n nuclear.Hace 24 a?os, entre 40 y 80 litros de l¨ªquidos radiactivos de larga vida (estroncio 90, cesio 137, rutenio 106 ... ) utilizados en la sede de la Junta de Energia Nuclear, radicada en Madrid, fueron vertidos accidentalmente al r¨ªo Manzanares, siguiendo su curso a trav¨¦s del Jarama y del,Tajo. Y en su recorrido, las aguas contaminadas regaron las huertas que abastec¨ªan -much6 m¨¢s entonces que hoy- de productos hort¨ªcolas a los habitantes de Madrid.
Es posible que, tantos a?os despu¨¦s, no tenga sentido alguno realizar un estudio epidemiol¨®gico sobre las repercusiones sanitarias que pudieron tener aquellos vertidos en los pueblos afectados y entre los potenciales consumidores de las hortalizas radiactivas. Pero s¨ª lo tiene investigar si las zonas contaminadas entonces conservan o no alg¨²n tipo de radiactividad, despejando claramente las dudas que puedan existir al respecto. No puede pasarse por alto, como si fuera un dato sin importancia, que la vida activa de los elementos radiactivos se prolonga durante muchos a?os (durante milenios en el caso del uranio y, del plutonio). Y mucho menos que la exposici¨®n humana a sus efectos por encima de los l¨ªmites tolerables origina diversos tipos de c¨¢nceres, sobre -todo si esa exposici¨®n, como es el caso, tiene lugar a trav¨¦s de los alimentos.
- No es cuesti¨®n, evidentemente, de lamentarse ahora de la actuaci¨®n irresponsable de las autoridades de la ¨¦poca, acostumbradas a eludir sus responsabilidades y a hurtar toda informaci¨®n a los ciudadanos. Pero s¨ª de enmendar, en lo posible, toda una serie de decisiones tomadas entonces en un asunto que todav¨ªa puede seguir produciendo alg¨²n riesgo para las zonas afectadas.
La mayor parte de las autoridades locales de los pueblos afectados, en los que fue imposible ocultar del todo el accidente ocurrido en 1970, est¨¢n convencidas de que, en la actualidad, las zonas ribere?as a los r¨ªos contaminados est¨¢n perfectamente aptas para el cultivo. Pero, como muy sensatamente ha afirmado uno de ellos, "parece prudente que la Administraci¨®n zanje este tema de una forma l¨®gica y racional". El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), organismo heredero en la etapa democr¨¢tica de la Junta de Energ¨ªa Nuclear del anterior r¨¦gimen, no puede eludir, ahora que se ha sabido p¨²blicamente la magnitud del accidente, las responsabilidades que le competen en el control y la protecci¨®n radiol¨®gica de la poblaci¨®n.
No basta, pues, con hacer mediciones rutinarias de radiactividad en las zonas afectadas y escudarse en un simple "no consta" respecto de cualquier tipo de incidencia en la poblaci¨®n. Es obligado un informe espec¨ªfico sobre la cuesti¨®n que aclare, especialmente ante los habitantes de las zonas afectadas, que ya no hay nada que temer de un accidente que, seg¨²n documentos reservados de la ¨¦poca, lleg¨® a causar una radiactividad 20 veces superior a la permitida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.