Mantener al impulso de paz
Estados Unidos ha contribuido a fortalecer y apoyar en el terreno diplom¨¢tico las negociaciones iniciadas en Madrid, basadas en las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU. En el terreno econ¨®mico, hemos reunido apoyo internacional para la Declaraci¨®n de Principios entre Israel y la OLP, hemos creado la Comisi¨®n Econ¨®mica EE UU-Israel-Jordania y hemos presionado para acabar con el boicoteo ¨¢rabe. En el terreno estrat¨¦gico, hemos fortalecido nuestros lazos de seguridad con Israel y nuestros principales amigos ¨¢rabes, y hemos formado un baluarte contra las agresiones de los reg¨ªmenes criminales de la regi¨®n, especialmente Irak e Ir¨¢n.Esta estrategia est¨¢ dando resultados hist¨®ricos. Hoy, el presidente de EE UU inicia una gira que reforzar¨¢ todos los elementos de este planteamiento. En primer lugar, y para hacer avanzar el proceso de paz, presenciar¨¢, primero, c¨®mo Jordania se convierte en el segundo Estado ¨¢rabe que firma un tratado de paz pleno con Israel; en Damasco, tratar¨¢ de aprovechar ese impulso para insistir en que se produzcan avances en las negociaciones entre Israel y Sir¨ªa. En segundo lugar, en sus reuniones en Israel, Jordania, Egipto y Arabia Saud¨ª, preparar¨¢ la conferencia econ¨®mica que se celebrar¨¢ la semana pr¨®xima en Casablanca. En ella, 900 empresarios y altos directivos de Israel, de los Estados ¨¢rabes y del resto del mundo examinar¨¢n las nuevas oportunidades que est¨¢ creando la transformaci¨®n de Oriente Pr¨®ximo y el norte de ?frica. Por ¨²ltimo, en Kuwait, el presidente Clinton visitar¨¢ a los soldados estadounidenses que forman parte de la f¨²erza que despleg¨® hace dos semanas para contrarrestar la amenaza de Sadam Husein a su vecinos.
A lo largo de este viaje, el mensaje inequ¨ªvoco es que Estados Unidos har¨¢ todo lo que est¨¦ en su mano para que se aproveche la oportunidad que existe de construir un nuevo futuro para Oriente Pr¨®ximo. No podemos permitir que los terroristas de Ham¨¢s y Hezbol¨¢, o los reg¨ªmenes criminales de Irak e Ir¨¢n, acaben con las perspectivas de paz. Trabajando codo con codo con Israel y sus socios ¨¢rabes, EE UU mantendr¨¢ el rumbo que garantice que lasn fuerzas del futuro triunfen sobre las fuerzas del pasado.
?ste es tambi¨¦n el mensaje que env¨ªan hoy Israel y Jordania en la ceremonia de la firma del tratado. El rey Hussein y el primer ministro Rabin se han comprometido a construir una paz "c¨¢lida". Estos dos valientes l¨ªderes est¨¢n empe?ados en que su frontera se convierta en una puerta en lugar de ser una barrera. En los peri¨®dicos israel¨ªes ya hay anuncios para visitar los grandes lugares hist¨®ricos de Jordania, Petra y Jerash. A trav¨¦s del trabajo de la Comisi¨®n Tripartita EE UU-Jordania-Israel, est¨¢n en marcha planes para desarrollar proyectos econ¨®micos conjuntos, compartir los recursos h¨ªdricos y desarrollar el valle del Jord¨¢n. Estos proyectos construir¨¢n lazos de contacto humano e inter¨¦s com¨²n. Servir¨¢n para cimentar una paz duradera.
Durante el ¨²ltimo a?o, Oriente Pr¨®ximo ha iniciado una profunda transformaci¨®n que me parece fundamental. Los cambios han sido tan r¨¢pidos y constantes que, en la actualidad, damos por sentado acontecimientos que hace dos a?os parec¨ªan imposibles.
Gracias a la Declaraci¨®n de Principios entre Israel y la OLP m¨¢s de 800.000 palestinos de Gaza y Jeric¨® tienen hoy control sobre sus vidas, se ha llegado a un acuerdo sobre una pronta autonom¨ªa para Cisjordania y se han comenzado las negociaciones para las elecciones palestinas. Naturalmente quedan a¨²n grandes obst¨¢culos, pero Isaac Rabin, Simon Peres y Yasir Arafat est¨¢n empe?ados en hacer realidad la paz.
El desarrollo econ¨®mico es. crucial para el ¨¦xito de los palestinos. Necesitan una prueba de que la paz va a mejorar sus vidas. Por eso Estados Unidos ha movilizado a la comunidad de donantes para que apoye la autonom¨ªa palestina. Por eso hemos colaborado tan estrechamente con el presidente Arafat para permitir el comienzo de proyectos de asistencia. Pero hay que hacer m¨¢s para facilitar el flujo de ayuda y maximizar sus efectos.
Si la primera necesidad de los palestinos es el desarrollo econ¨®mico, la mayor amenaza es el terrorismo de Ham¨¢s. Aunque la matanza del autob¨²s de la semana pasada ten¨ªa como objetivo a los israel¨ªes, tambi¨¦n estaba destinada a destruir las aspiraciones palestinas. Si la paz s¨®lo trae m¨¢s terror, el proceso de reconciliaci¨®n no se sostendr¨¢ y los palestinos ser¨¢n los que m¨¢s sufran por ello. Es imperativo que Arafat cumpla su responsabilidad de acabar con el terrorismo en las zonas que controla. Ahora deber¨¢ hacer gala, en la lucha contra los enemigos de la paz, del mismo valor que demostr¨® al firmar la paz.El proceso de negociaci¨®n sirio-israel¨ª tambi¨¦n ha sufrido importantes cambios durante el pasado a?o. Por primera vez, los que antes fueran enemigos ac¨¦rrimos est¨¢n comprometidos en negociaciones serias para poner fin a su conflicto. He pasado docenas de horas en intensas discusiones con el presidente Assad y el primer ministro Rabin. Ambos est¨¢n profundamente empe?ados en resolver las cuestiones b¨¢sicas de un acuerdo. Hemos logrado reducir las diferencias, pero siguen existiendo importantes discrepancias.
. En mi opini¨®n, se acerca r¨¢pidamente el momento en que habr¨¢ que tomar decisiones muy dif¨ªciles. Para que estas conversaciones tengan ¨¦xito, para que produzcan la "paz de los valientes" de la que habla el presidente Assad, el prudente ritmo de las actuales negociaciones debe dar paso a un planteamiento m¨¢s atrevido.
Comprendemos los riesgos y costes que ello implica. Para Siria, la paz exige superar d¨¦cadas de suspicacia y acabar con una pol¨ªtica centrada en el enfrentamiento. Esperamos que en un entorno de paz aut¨¦ntica y global en el que no haya sitio para los terroristas en las fronteras de Israel, mejoren tambi¨¦n las relaciones entre Siria y Estados Unidos. Para Israel, la paz con Siria exigir¨¢ decisiones dif¨ªciles. Pero la realidad de la paz ser¨¢ portentosa: el fin del conflicto ¨¢rabe-israel¨ª, el fin de la,amenaza de guerra y la plena integraci¨®n de Israel en la vida pol¨ªtica y econ¨®mica de Oriente Pr¨®ximo.
La paz entre Israel y Siria deber¨¢ superar pruebas muy estrictas. En primer lugar, tiene que ser una paz real que refleje un compromiso activo por la reconciliaci¨®n. Es significativo que el presidente Assad haya declarado que Siria ha tomado la decisi¨®n estrat¨¦gica de hacer la paz con Israel y que est¨¢ dispuesta a satisfacer sus requisitos objetivos. Los requisitos de una paz real est¨¢n claros para todos: retirada acordada, relaciones *diplom¨¢ticas plenas, froniteras que faciliten el movimiento de bienes y personas y el compromiso de no volver nunca a amenazarse.
En segundo lugar, dicha paz deber¨¢ dar seguridad a ambas partes. Tras d¨¦cadas de hostilidad, cada parte tiene que ser sensible a las preocupaciones de seguridad de la otra. Si as¨ª se solicitara, EE UU est¨¢ dispuesto a participar en la forma apropiada en los acuerdos de seguridad negociados entre ambas partes.
Que no quepan dudas sobre este punto: el compromiso estrat¨¦gico de EEUU con la seguridad de Israel es inquebrantable. Mantendremos la ventaja militar cualitativa de Israel y su capacidad para defenderse por s¨ª mismo. Como ha prometido el presidente Clinton, EE UU har¨¢ todo lo posible por ayudar a Israel a disminuir al m¨¢ximo los riesgos que asume en aras de la paz.
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Por ¨²ltimo, consideramos que la paz entre Israel y Siria debe allanar el camino para una paz global. Un acuerdo sirio-israel¨ª ampliar¨¢ inevitablemente el c¨ªrculo de Estados ¨¢rabes que firmen la paz con Israel y aumentar¨¢ la confianza de todos en una paz duradera. Por eso decimos que un acuerdo entre Israel y Siria es la clave de una paz global. Nuestro planteamiento es sencillo: por un lado debe haber un Israel seguro y en paz con todos los Estados ¨¢rabes e isl¨¢micos de buena voluntad; por el otro, un mundo ¨¢rabe capaz de dedicar sus recursos al desarrollo econ¨®mico y a las necesidades de sus pueblos.
La semana que viene, en Casablanca, el avance de Oriente Pr¨®ximo hacia un nuevo futuro dar¨¢ un salto adelante cuando el rey de Marruecos, Hassan II, inaugure la Conferencia de la Cumbre Econ¨®mica de Oriente Pr¨®ximo y ?frica del Norte. Igual que Madrid rompi¨® eltab¨² de los contactos pol¨ªticos entre Israel y los ¨¢rabes, Casablanca romper¨¢ el tab¨² sobre la cooperaci¨®n del sector privado.
Tenemos que aprovechar la oportunidad de redefinir Oriente Pr¨®ximo para que deje de ser una zona de conflicto constante y se convierta en una de reconciliaci¨®n cada vez mayor. Y esa es la oportunidad que debemos proteger frente a los enemigos de la paz. La reciente oleada de terrorismo contra Israel ha sido emprendida por fuerzas desesperadas que saben que su extremismo no tiene futuro en una regi¨®n que avanza hacia la paz. Su ¨²nica esperanza es llevar a cabo una lucha violenta de retaguardia destinada a que Oriente Pr¨®ximo vuelva a un tr¨¢gico pasado de temor y conflicto.
No dejaremos que lo consigan.
La comunidad internacional debe rechazar el terrorismo de Ham¨¢s, Hezbol¨¢ y otros extremistas. La condena en¨¦rgica del terror, especialmente por parte de los socios ¨¢rabes de Israel, es un punto de partida crucial. Pero la condena no basta. Se debe imponer un castigo real. Debemos unirnos para cortar todas las fuentes extranjeras, tanto p¨²blicas como privadas, de financiaci¨®n del terrorismo. Deben ser eliminadas las organizaciones tapadera con sede en el extranjero vinculadas al terrorismo y castigados los perpetradores y organizadores de actos terroristas.
?se es el rumbo que recomendamos insistentemente a los Gobiernos de Oriente Pr¨®ximo y de todo el mundo. Y ¨¦se es el rumbo que seguiremos. Haremos todo cuanto est¨¦ en nuestra mano -y, cuando sea necesario, trataremos de establecer una legislaci¨®n al respecto para garantizar que Ham¨¢s y otros terroristas no obtengan apoyo desde el interior de Esta dos Unidos.
Warren Christopher es secretario de Estado de EE UU.
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