Formacion integral

Todos aspiramos a conseguir un mundo en el que. la persona -toda la persona y todas las personas- vivamos una vida aut¨¦nticamente humana. El orden pol¨ªtico, econ¨®mico y social tiene que estar al servicio de la persona y debe hacer posible que todos, desde nuestra individualidad, afirmemos nuestra propia dignidad humana.Esta afirmaci¨®n, ampliamente compartida, necesita un aprendizaje para llegar a ser una realidad. Y la escuela es un buen marco para ello. Afirmamos que la escuela no puede contentarse con una buena calidad de ense?anza. Tiene que lograr una excelente calidad educativa. La ense?anza, entendida como transmisi¨®n de conocimientos y procesos de aprendizajes significativos, tiene que ser un medio para lograr el fin educativo de formar hombres y mujeres capaces de integrarse en la sociedad en la que les toca vivir, y desde dentro transformarla, hacerla m¨¢s solidaria, m¨¢s justa, m¨¢s humana.

El enfoque curricular del actual sistema educativo, con sus objetivos, contenidos y criterios de evaluaci¨®n que ayuden a conseguir el desarrollo personalizado e integral de los estudiantes, nos muestra un sistema que reclama un abanico tal de contenidos que haga posible la consecuci¨®n satisfactoria de los objetivos, es decir, que potencie y facilite el crecimiento, desarrollo y formaci¨®n integral de nuestras alumnas y alumnos. Las ¨¢reas art¨ªsticas, human¨ªsticas, ling¨¹¨ªsticas, cient¨ªficas y tecnol¨®gicas, con sus componentes respectivos, son los medios comunes e irremplazablespara la consecuci¨®n de los objetivos y finalidades educativas. Pero hay una laguna importante: la religi¨®n no es un ¨¢rea; es, simplemente, una asignatura.

Los centros educativos la ofrecen. Es m¨¢s, la tienen que ofrecer por imperativo concordatorio entre el Estado espa?ol y la Santa Sede en cuanto a religi¨®n y moral cat¨®lica; por imperativo legal interno en cuanto a otras confesiones. Los alumnos y alumnas, o sus padres y madres si son menores, optan voluntariamente por que sus hijos e hijas rec¨ªban esta formaci¨®n religiosa "de acuerdo con sus propias convicciones" en conformidad con, la Constituci¨®n Espa?ola. El reto educativo de la formaci¨®n integral en el ¨¢mbito escolar no se plantea para quienes optan por la formaci¨®n religiosa de una u otra confesi¨®n, sino pata aquellos que, voluntariamente tambi¨¦n, optan por no recibir formaci¨®n religiosa confesional.

En mi opini¨®n, se podr¨ªa dar una. respuesta adecuada a este reto si hubiera voluntad pol¨ªtica para ello. Tan s¨®lo con establecer efectivamente la religi¨®n como ¨¢rea curricular, superando su actual status de asignatura. Un ¨¢rea tiene varios componentes. Por ejemplo, el ¨¢rea de conocimiento del medio aglutina componentes hist¨®ricos, geogr¨¢ficos, culturales, sociales, y de ciencias naturales. La religion como ¨¢rea curricular deber¨ªa aglutinar tambi¨¦n distintos componentes.

1. El confesional: religi¨®n y moral cat¨®lica, jud¨ªa, evang¨¦lica, isl¨¢mica, etc¨¦tera.

2. El cultural: hecho. religioso, constituci¨®n e historia de las grandes religiones de la humanidad: juda¨ªsmo, islamismo budismo, cristianismo; arte, literatura, m¨²sica religi¨®sa, etc¨¦tera.

3. Y con especial incidencia para los alumnos y alumnas de bachillerato: formaci¨®n ¨¦tica sistematizada. - La opci¨®n se har¨ªa entre los componentes del ¨¢rea, ya que todos ellos han de recibir un tratamiento acad¨¦mico y curricular id¨¦ntico al de las dem¨¢s ¨¢reas. La formaci¨®n en la dimensi¨®n religiosa en cuanto a los planos cultural y ¨¦tico se ofrecer¨ªa a to dos desde el m¨¢s puro respeto a las con vicciones . religiosas y morales de cada uno. Porque la opci¨®n confesional con lleva la cultural y ¨¦tica, pero no a la inversa. De este modo, la escuela podr¨ªa dar Una respuesta satisfactoria al reto que tiene planteado y que no puede ignorar ni minimizar: la formaci¨®n integral de to dos sus alumnos y alumnas.Me preocupan, sobre todo., las posturas radicales que se empe?an en desterrar de la escuela la formaci¨®n religiosa en cualquiera de sus componentes o la de aquellos otros que se empe?an en no des cubrir el valor formativo esencial que su pone la dimensi¨®n cultural religiosa y la educaci¨®n ¨¦tica human¨ªstica. El hecho de recibir formaci¨®n religiosa no es una con cesi¨®n que el Estado hace en favor del hombre; es, ante todo, un derecho de la persona que se fundamenta en su propia dignidad humana y que el Estado tiene que respetar potenciando a todos los ciudadanos el ejercicio pleno de este derecho.

La religi¨®n en la escuela e s una respuesta a la formaci¨®n human¨ªstica que debe promover. Con raz¨®n afirmaba Pablo VI en su enc¨ªclica Populorum progressio (7): "Es un humanismo pleno el que hay que promover. ?Qu¨¦ quiere decir esto sino el desarrollo integral de todo el hombre y de todos los hombres? Un humanismo cerrado, impenetrable a los valores del esp¨ªritu y a Dios, que es fuente de ello, podr¨ªa aparentemente triunfar. Ciertamente el hombre puede organizar la tierra sin Dios, pero, al fin y al cabo, sin Dios, no puede menos que organizarla contra el hombre. El humanismo exclusivo es un humanismo".Mar¨ªa Rosa de la Cierva y de Hoces es consejera titular del Consejo Escolar del Estado.