El S¨ªnodo apoya m¨¢s participaci¨®n de "las mujeres consagradas" en las decisiones de la Iglesia
"?Enfrentamientos?, ?reivindicaciones? Todo ha ido en el sentido de la comuni¨®n" afirm¨® ayer, en la clausura del S¨ªnodo, el cardenal espa?ol Eduardo Mart¨ªnez Somalo, responsable vaticano de la buena marcha de los institutos religiosos. La menci¨®n destacada incluida en el mensaje final de los obispos a que las mujeres "consagradas deben participar m¨¢s ( ... ) en las consultas y en las decisiones de la Iglesia responde, sin embargo, a una demanda reiterada durante el mes que ha durado esta asamblea. Hay quien la valora como un triunfo de los sectores m¨¢s reformistas.
Queda atr¨¢s la invitaci¨®n pronunciada por un prelado centroafricano, jesu¨ªta, de que las mujeres sean admitidas al cardenalato; el ingenuo intento de manifestaci¨®n de seis monjas norteamericanas, que fueron bloqueadas por los guardias suizos cuando pretend¨ªa entrar en el Vaticano para exponer sus quejas al Papa; y la admonici¨®n de Angelo Sodano, inhabitual en un secretario de Estado, de recordar que "quien ama no critica" ante un S¨ªnodo cuyo contenido reivindicativo no se ha agotado en el tema de la participaci¨®n femenina.Javier Lozano Barrag¨¢n, obispo mexicano de Zacateca que ha visto rechazada su propuesta de que la utilizaci¨®n del h¨¢bito fuera obligatoria, reconoce que "por desgracia, las tensiones no son fantasmas, sino realidades a superar".
Se habla, por ello, como hace Mart¨ªnez Somalo, de "valorizaci¨®n" de ciertas cualidades m¨¢s que de "reivindicaciones", aunque resultan evidentes las presiones que subyacen a un texto que habla tambi¨¦n de una opci¨®n preferencial por los pobres", que destaca el valor del apostolado y pide a la jerarqu¨ªa comprensi¨®n para las peculiaridades de cada orden religiosa. El Mensaje se refiere expl¨ªcitamente s¨®lo de los institutos tradicionales.
Pero los obispos han hablado tambi¨¦n de ese tema para formular unas propuestas concretas que, de momento, s¨®lo conoce el Papa. Algo se supo ya ayer en el caso de las mujeres religiosas cuyo "servicio a la Iglesia, y a la sociedad en los diversos campos de la evangelizaci¨®n, tales como la actividad pastoral, la educaci¨®n, el cuidado de los enfermos, de los pobres y los abandonados", seg¨²n el Mensaje, "revela la faz maternal de la Iglesia".
La mayor participaci¨®n de las religiosas en la direci¨®n eclesi¨¢stica se ci?e, siempre de acuerdo con el mismo documento final del S¨ªnodo, a "las situaciones que lo requieran". Mart¨ªnez Somalo explic¨® que esas situaciones se identifican con el cuidado de los enfermos, la ense?anza, etc¨¦tera. "La frontera (entre lo que la mujer puede y no puede hacer en la Iglesia) no la ponemos nosotros, sino que ya est¨¢ marcada", dijo el cardenal, arrastrando las erres, porque "ciertas jurisdicciones requieren el sacramento del orden". Juan Pablo II ha declarado el sacerdocio definitivamente inaccesible para las mujeres.
Mart¨ªnez Somalo estim¨® que la presencia de mujeres en la curia, el Gobierno central de la Iglesia, es ya abundante y significativa. Una monja que le acompa?¨® en la conferencia de prensa explic¨® que muchas religiosas no quieren trabajar en el Vaticano, porque all¨ª s¨®lo hacen de secretarias.
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