Murphy Brown contra Dan Quayle
La 2 ha emitido los episodios m¨¢s pol¨¦micos entre la periodista y el ex vicepresidente de EE UU
Como casi todas las cosas que actualmente tienen alg¨²n inter¨¦s en la programaci¨®n, los nuevos episodios de Murphy Brown -emitidos en los dos ¨²ltimos domingos- se estrenaron en La 2 de TVE sin previo aviso. Precisamente, un momento clave en la historia de esta telecomedia y, probablemente, tambi¨¦n en la historia de la televisi¨®n americana, Ios episodios del Murphygate, que es como se conoce el affaire que coloc¨® a Diane English (la creadora de la comedia) y a Candice Bergen, la protagonista, en el ojo del hurac¨¢n de las elecciones norteamericanas de 1992. Todo empez¨® con la decisi¨®n de Murphy de convertirse en madre soltera.Dan Quayle, el entonces vicepresidente, se enfrent¨® al personaje de ficci¨®n -George Bush lo hab¨ªa hecho con los Simpson- denunciando "el mal ejemplo" que la serie daba a la juventud y la erosi¨®n que supon¨ªa de los valores familiares. La criaturita naci¨® al final de la temporada 1991-1992 y fue un ni?o de oro que se trajo debajo del brazo la audiencia m¨¢s sonada de la serie y un aluvi¨®n de chistes nuevos sobre Quayle. "Tengo un mensaje para el vicepresidente, y s¨®lo voy a decirlo una vez: ?Murphy Brown es un personaje de ficci¨®n!", le grit¨® David Letterman, el showman m¨¢s conocido de Am¨¦rica. Antes semanarios como Time o Newsweek hab¨ªan dado cumplida cuenta de la fiesta prenatal.
El tiempo ha pasado.
Y Dan Quayle ya no s¨®lo es el hazmerre¨ªr de la naci¨®n, sino que es reivindicado por ciertas estrellas del prime time entre la generaci¨®n m¨¢s joven y neoconservadora precisamente por su defensa de los valores cl¨¢sicos de la familia. Pero con el primer episodio que ha emitido La 2 nos volvemos a situar en aquel 1992. El t¨ªtulo confesaba ya sus aviesas intenciones: T¨² dices patata, yo digo patata, aludiendo al famoso resbal¨®n de Quayle, que escribi¨® mal esta palabra ante un grupo de estudiantes. Y el colof¨®n del segundo episodio: un cami¨®n deposit¨® varias toneladas de patatas ante la puerta de la casa de Quayle. En medio, y para los telespectadores de todo el mundo, dice uno de los personajes de la serie: "?sta es una ¨¦poca muy desconcertante; la Casa Blanca critica a Murphy mientras presenta a Terminator como un ejemplo para la gente joven".
Al final, asediada por los periodistas sensacionalistas, la propia Murphy responde desde la pantalla: "Mientras unos argumentar¨¢n que el hecho de atacar mi condici¨®n de madre soltera es una pura estrategia electoral, yo prefiero concederle al vicepresidente el beneficio de la duda. Pero dudo que mi condici¨®n de madre soltera haya contribuido tanto a la decadencia de la civilizaci¨®n occidental". Al final del segundo cap¨ªtulo, Murphy ha cerrado la pol¨¦mica rodeada de familias "imperfectas", padres y madres solteros.
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