Concurso de mansos

El cierre de la temporada en la plaza de la Maestranza result¨® un pesti?o. Para empezar, la corrida de Antonio Gavira qued¨® reducida a un solo toro. Y para honra del ganadero, fue un manso integral, de los de libro de preescolar. Los dem¨¢s toros, cada uno de su padre y de su madre, demostraron un alto sentido de la solidaridad, y derrocharon mansedumbre a raudales. La corrida concurso de mansos la gan¨®, eso s¨ª y con todos los honores, el toro de la ganader¨ªa titular, Antonio Gavira, que huy¨® como un desesperado de los caballos, hizo pasar fatiguitas a Rafael Camino y a¨²n estar¨¢ dando arreones en el desolladero.Rafael Camino no tuvo toros para triunfar. Su primero se paraba a mitad del muletazo y miraba de malos modos; el segundo, el gran manso, no fue m¨¢s deslucido porque no se entrenaba. A pesar de ello, le arranc¨® alg¨²n muletazo de m¨¦rito. A los dos, sobre todo al primero, los mat¨® de verdad, lo que el p¨²blico le agradeci¨®.

Pepe Luis V¨¢zquez es como es y nadie lo va a cambiar a estas alturas. Tiene el toreo, en la cabeza, pero le cuesta un mundo sacarlo a la luz p¨²blica. Sobre todo, si el toro que tiene delante, como su primero, tiene genio y casta. No rehuy¨® la pelea, pero tampoco se entreg¨® en lo que hubiera sido una faena de importancia. En el otro, muy flojo, sali¨® del paso como pudo. En su haber, algunos detalles artistas: dos medias ver¨®nicas impregnadas de un sabor muy particular.

Marcos S¨¢nchez Mej¨ªas no ha aportado una gota de gloria a su carrera. Parado era su primero y brusco el otro. Con ninguno se entreg¨®, lo cual es malo para quien vino con la esperanza de revalorizar su cartel.