"La raz¨®n hace explotar el mundo de la ciencia"
A Fernando Arrabal le han ca¨ªdo dos premios casi a la vez. El Espasa de Ensayo 1994, por La dudosa luz del d¨ªa (diario ¨ªntimo del a?o 1992) y el internacional VIad¨ªmir Nabokov, por su novela El mono. Arrabal vino a Madrid a la presentaci¨®n del primero de estos dos libros, que en 270 p¨¢ginas relata 34 sue?os en los que pr¨¢cticamente es violado por una mujer que en ocasiones le parece ser un hombre.Pregunta. Debo decirle que su diario del 92 no me ha cautivado. Tiene poco en com¨²n con los diarios de los grandes escritores europeos. ?Est¨¢ de acuerdo?
Respuesta. No s¨¦. M¨¢s que un diario ¨ªntimo es un testimonio de lo que voy leyendo durante ese a?o.
P. Pero usted tambi¨¦n refiere chismes. Por ejemplo, el que le cuentan sobre las supuestas t¨¦cnicas er¨®ticas de una c¨¦lebre Isabel P., proclive al uso de un hilo atado al pene de sus amigos de la alta sociedad...
R. Lo que ocurre es que lo de Isabel P. me da pie para tratar el tema del amor, que est¨¢ presente hasta en la forma m¨¢s fr¨ªvola. Me parece que es el ¨²nico chisme que hay en el libro.
P. Lo siento. Hay m¨¢s. Tambi¨¦n cuenta algo sobre las org¨ªas de la nieta de Franco casada con el anticuario Rossi. Y de alguna juerga del ministro Borrell. Y del amante de una personalidad seguramente extranjera a quien le gusta mear en la boca de su pareja.
R. ?S¨ª?
P. S¨ª.
R. Cuento pocos chismes y cuando los cuento es porque me parece que tienen una moraleja. Tampoco cuento nada m¨ªo personal. Lo que cuento son reflexiones del mundo en el que vivo.
P. ?No considera personales sus sue?os? Hay m¨¢s de 30 en los que usted siempre es asaltado por una mujer o por un hombre que le chupa el falo. Que le procura una eyaculaci¨®n. Y en bastantes ocasiones esto ocurre en lugares p¨²blicos donde a usted le asusta que les vean. Y se pone agresivo.
R. La verdad es que no he analizado mis sue?os con detalle.
P. Pero esos sue?os son de una reiteraci¨®n asfixiante. De todas formas, una frase me ha gustado. Quiz¨¢ es la ¨²nica. Dice: "Me siento verdaderamente humano (e instalado casi sin apuros en el mundo) tan s¨®lo cuando escribo".
R. Me alegra mucho que le guste la frase. Significa que mi sustancia es escribir y al mismo tiempo tambi¨¦n es mi fracaso. Y es mi fracaso porque como escritor deseo algo m¨¢s que rese?ar, comentar o fabular. Deseo participar en la conquista de la aventura. Coqueteando con la demagogia yo dir¨ªa que ¨¦se es nuestro fracaso. El fracaso de los escritores.
P. Volviendo a su diario La dudosa luz del d¨ªa...
R. Me encantan los diarios. Ahora estoy leyendo el diario de Mircea Eliade, el gran especialista en religiones comparadas. De su lectura he sacado una lecci¨®n moral. Eliade era catedr¨¢tico de la Universidad de Chicago. Hasta el ¨²ltimo momento de su vida estuvo temeroso y angustiado de que se descubriera algo falso en ¨¦l: que no ten¨ªa ning¨²n estudio universitario, cuando al salir de Rumania hab¨ªa declarado para, entrar en la universidad que era licenciado. lonesco me dijo que Eliade so?aba que lo expulsaban de la universidad. A todos nos angustia no estar a la altura de las circunstancias. Mire el caso de Newton. Al final de sus d¨ªas cre¨ªa en los dragones. Y se pag¨® una expedici¨®n para buscarlos. ?En qu¨¦ dragones no estar¨¦ creyendo yo?
P. ?Tiene miedo de que en alg¨²n momento se llegue a descubrir el fraude que puede haber en usted mismo?
R. No creo que se pueda decir que hay fraude. He tenido siempre un deseo de combatir por la verdad. Por la ciencia. Quiz¨¢ haya alg¨²n error. No s¨¦ cu¨¢les son mis dragones. Pero en cualquier caso me parece que el momento actual es muy interesante y al mismo tiempo dram¨¢tico.
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. Este es el momento de la explosi¨®n de la raz¨®n. La ideolog¨ªa ha explotado. La ideolog¨ªa es la proyecci¨®n de la gran verdad cient¨ªfica en lo veros¨ªmil humano. Los hombres de ciencia dicen que hoy no existe una verdad. El principio de indeterminaci¨®n rige el mundo de la f¨ªsica y de la astrof¨ªsica. Hay enfermedades que no est¨¢n causadas por nada. Y la raz¨®n hace explotar el mundo de la ciencia. ?C¨®mo puede haber ideolog¨ªa si yo no s¨¦ si la materia es materia o no materia? El proyecto del siglo XIX de que todo iba a ser explicado se ha desmoronado. Es un momento grandioso y, miserable.
P. ?Existe alguna forma razonable de vivir entre los polos del dogmatismo y del agnosticismo? Usted parece un humanista.
R. Creo que el paso de la ¨¦poca de los titanes a la ¨¦poca de los dioses, en el sentido pagano, no se caracteriza por el escepticismo. Habr¨¢ siempre problemas que no Podremos resolver. Tenemos que aprender a vivir con ellos.
P. Volvamos a los sue?os en los que usted se ve en trance de ser violado por una mujer que quiz¨¢ es un hombre. ?Que le sugieren esas im¨¢genes?
R. Soy incapaz de analizar mis propios sue?os, pero veo que reflejan que no soy un hombre desterrado. Suceden casi siempre en Espa?a. Est¨¢ presente todav¨ªa el acoso que viv¨ª durante muchos a?os. La tragedia de mi padre, condenado a muerte. Y hay como una parodia de amor que recibo y en el que no creo.
P. ?Le molesta que le consideren un charlat¨¢n?
R. Creo que no se me conoce. Se deforma lo que digo.
P. ?Qu¨¦ escribe ahora?
R. Estoy terminando una obra de teatro sobre liliputienses.
P. ?Y qu¨¦ piensa de los premios llamados literarios?
R. Que no hay que pedirlos. Que hay que aceptarlos. Y que no hay que presumir de ellos.
Babelia
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