"Los ordenadores nos hacen sentirnos como dioses"
Kevin Kelly (San Francisco), de 42 a?os, es editor ejecutivo y uno de los fundadores de la prestigiosa y muy imitada revista californiana Wired (Conectado). Esta publicaci¨®n mensual, que ha despertado el inter¨¦s de una parte de la juventud norteamericana entusiasmada con los ordenadores, las nuevas tecnolog¨ªas digitales y el entorno cada vez mayor de la cibercultura, lanz¨® su primer n¨²mero en enero de 1993, tiene ya su edici¨®n japonesa y en la primavera de 1995 dispondr¨¢ de una versi¨®n en el Reino Unido. Wired Ventures Limited es su empresa editora y tiene su sede en San Francisco. A sus 160 p¨¢ginas, impresas en seis colores fosforescentes y llenas de t¨¢cticas de infograf¨ªa, se sumar¨¢ muy pronto un ap¨¦ndice electr¨®nico gratuito para todos los lectores que puedan acceder al sistema Internet, la mayor red de conexi¨®n de ordenadores del mundo.Kelly ejerci¨® un importante papel en el desarrollo de redes de comunicaci¨®n a trav¨¦s de un proyecto conocido como The Well. Suscribe la idea de que la tecnolog¨ªa es cultura y el deseo de una informaci¨®n de libre circulaci¨®n y sin peajes por las nuevas autopistas de la comunicaci¨®n. Es tambi¨¦n el editor de Whole Earth Review, una revista de informaci¨®n heterodoxa sobre ciencia, y t¨¦cnica. Tambi¨¦n es el autor de los libros Out of order (Fuera de control) y Emergent worlds (Mundos emergentes), centrado en la vida artificial y el car¨¢cter cada vez m¨¢s biol¨®gico de las m¨¢quinas. Wired y la revista Monde 2001 son las biblias mesuales de los j¨®venes estadounidenses interesados en el mundo de la cibercultura.
Pregunta. ?Es usted una de las manos invisibles de la mente global?
Respuesta. A trav¨¦s de la red Internet, las personas se comunican entre s¨ª por medio de ordenadores, conformando una colmena de conocimientos, donde cada panal conserva sus individualidades que forman, a su vez, una colmena global viva e inteligente.
P. ?Quiere decir que la aldea global de Marshall McLuhan se ha hecho m¨¢s grande e incontrolable? R. Las nuevas redes de comunicaci¨®n est¨¢n vivas, y hay cosas que se escapan a nuestro control; hay que rendirse ante la evidencia, pero, es como la educaci¨®n de los ni?os, hay que trabajar en ella, seguirla paso a paso.
P. ?Qu¨¦ opina de la m¨ªstica creada en torno a la cibercultura?
R. Los ordenadores nos van a ayudar a ser m¨¢s espirituales. Las m¨¢quinas est¨¢n ensayando programas de vida artificial, realidad virtual, etc¨¦tera; esto nos hace sentirnos dioses y, adem¨¢s, pensar filos¨®ficamente en lo dificil que debe ser Dios.
Una cultura emergente
P. ?Cu¨¢l es la filosofia de la revista Wired?R. Nos dimos cuenta de que hay millones de usuarios de las computadoras y de los nuevos soportes tecnol¨®gicos, que hab¨ªa toda una cultura emergente en formaci¨®n, y nos identificamos r¨¢pidamente con ella. Pero no nos interesa la tecnolog¨ªa pura, porque a veces es est¨²pida, sino las consecuencias de su utilizaci¨®n. Queremos traer algo del futuro al presente. En Wired se habla de lo que se hablar¨¢ en el futuro por lo menos dos a?os antes que el resto.
P. ?En qu¨¦ se diferencia Wired de la superbuscada Mondo 2000?
R. Mondo 2000 fue la primera publicaci¨®n que identific¨® la cibercultura, yo mismo escrib¨ª en sus p¨¢ginas, pero est¨¢ planteada en t¨¦rminos m¨¢s triviales, de estilo, de moda. Wired quiere ser m¨¢s intelectual y m¨¢s profunda,
P. ?Tienen identificado perfectamente a su p¨²blico?
R. No nos hacemos esa pregunta. Hablamos de lo que le interesa a la gente que nos interesa, la que est¨¢ familiarizada y no se asusta de los avances t¨¦cnicos.
Somos un equipo de 90 personas, la gran mayor¨ªa veintea?eros. Le aseguro que s¨¦ de lo que hablo y puedo afirmar que hoy la gente con las mejores y m¨¢s vibrantes ideas son usuarios de las nuevas tecnolog¨ªas.
P. Dicen que est¨¢n ejerciendo el mismo poder entre la juventud norteamericana que hace 25 a?os tuvo Rolling Stone.
R. Wired es la Rolling Stone de las computadoras. Cuando empezamos nuestro proyecto, pedimos ayuda financiera a uno de sus fundadores, nos la neg¨® y creo que ahora se est¨¢ arrepintiendo.
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