"Defender¨¦ a fondo los derechos humanos, sin ejercer de inquisidor"
Est¨¢ lleno de las cautelas de quien se encuentra en capilla. Aunque quiz¨¢ ¨¦sta se haya convertido ya en una expresi¨®n inapropiada para quien est¨¢ m¨¢s cerca de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n que del Vaticano.Pregunta. ?Usted va a renunciar al vasito de vino diario despu¨¦s de que la OMS haya dicho que es malo para la salud?
Respuesta. Me niego, rotundamente, a renunciar a ese vaso de vino.
P. Si un Banco le pide datos sobre su salud como requisito para darle un cr¨¦dito ?se los facilitar¨ªa o se los denegar¨ªa?
R. Esa es una forma de entrar en la vida ¨ªntima de las personas que no me gusta nada. Yo no estar¨ªa muy dispuesto a d¨¢rselos.
P. Si fuera hoy defensor del pueblo ?sentir¨ªa que ten¨ªa que actuar de oficio en Cantabria?
R. Esa es una pregunta a la que creo que no debo responder porque todav¨ªa no soy defensor del pueblo.
P. ??sta es la primera vez que gana una batalla que no ha dado?
R. He aceptado este ofrecimiento porque la misi¨®n de defensor del pueblo entra dentro de mis vocaciones m¨¢s ¨ªntimas, no porque haya sido una carrera en la que yo haya competido. Una de las cosas por las que he venido luchando en los ¨²ltimos a?os ha sido por los derechos humanos.
P. ?Qu¨¦ impronta quiere darle al Defensor del Pueblo?
R. Querr¨ªa ser el defensor del pueblo desde el pueblo. Quiero tener mucho contacto con una realidad que a veces se escapa a las instancias pol¨ªticas y a otras.
P. El cargo de defensor del pueblo ?est¨¢ cortado a la medida de democristianos?
R. Ja, ja. Est¨¢ cortado a la medida de todo aquel que tenga una especial sensibilidad por los derechos humanos. Los democristianos la tienen, pero tambi¨¦n personas de otras ideolog¨ªas.
P. ?Usted sigue siendo un democristiano a carta cabal o la experiencia ha ido diluyendo en usted el rigor ideol¨®gico?
R. Se han ido diluyendo, efectivamente, muchas cosas. Los principios del humanismo cristiano aplicados a las realidades que he vivido, en Espa?a y Centroam¨¦rica, me han hecho ver las cosas con un sentido y una luz un poco distinta. Hoy no soy un dem¨®crata cristiano a carta cabal.
P.Entonces ?qu¨¦ es?
R. A mi me afect¨® y me marcho mucho la experiencia que viv¨ª al lado de los hombres de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n en Centroamerica. Ya s¨¦ que en el Vaticano esa doctrina no les suena muy ortodoxa, pero a m¨ª me hizo creer mucho m¨¢s en Dios el ver c¨®mo lo aplicaban en la pr¨¢ctica aquellos hombres. Eso me hizo variar algunos principios y algunos planteamientos.
P. A usted se le puede plantear un problema con la ampliaci¨®n de la despenalizaci¨®n del aborto ?no? ?Le parece aceptable la propuesta del Gobierno?
R. No puedo responderle hasta que tenga la responsabilidad como defensor. Lo que puedo decirle es que, si soy elegido, lo fundamental para m¨ª ser¨¢ enjuiciar la perspectiva constitucional o no de medidas que se adopten. Mi obligaci¨®n no ser¨¢ actuar en conciencia sino de acuerdo con la Constituci¨®n.
P. ?Usted habr¨ªa presentado recurso de inconstitucionalidad contra la ley Corcuera?
R. Le digo lo que antes. Pero le adelanto que yo creo que el Defensor del Pueblo no es un inquisidor, sino un alto comisionado de las Cortes para defender los derechos humanos. En esa defensa debe llegar hasta el fin pero sin ejercer labores de inquisici¨®n.
P. Despu¨¦s de un a?o y medio de retraso en la elecci¨®n de su cargo y de otros puestos institucionales ?el impulso democr¨¢tico que el Gobierno ofreci¨® como un estimulante se ha quedado en un producto descafeinado?
R. Es verdad que tiene poca explicaci¨®n el tiempo que se ha tardado, al menos para los espafioles de a pie, que desconocemos las dificultades que haya habido.
P. Hay quien ha declinado aceptar puestos como el suyo para no verse expuesto cada ma?ana a ser breado por la oposici¨®n, por el Gobierno o por los medios de comunicaci¨®n.
R. Lo comprendo, porque quiz¨¢ la carga m¨¢s dura de estos puestos de responsabilidad es desayunarse todas las ma?anas con un frente cr¨ªtico, que le puede afectar a uno en muchos aspectos. Pero la obligaci¨®n de un pol¨ªtico es saber encajar las cr¨ªticas.
P. El presidente del Gobierno acaba de denunciar una campa?a difamatoria contra ¨¦l y contra las instituciones. Aznar ha replicado que Felipe Gonz¨¢lez confunde su persona con las instituciones. ?Usted qu¨¦ opina?
R. En los temas que afectan a la pol¨ªtica de partidos me mantengo al margen. El Defensor del Pueblo no debe tomar partido.
P. ?Desde cu¨¢ndo no toma usted partido, en el sentido m¨¢s estricto? ?Desde cuando no pertenece a ning¨²n partido?
R. Desde 1985, cuando disolvimos la UCD.
P. No ingres¨® en ning¨²n partido ?por cansancio o por no encontrar uno que le representara?
R. Porque estaba bastante cansado y porque no ve¨ªa claro cu¨¢l era la opci¨®n que pod¨ªa representar mejor mis ideales. Y luego me fui dedicando a la integraci¨®n europea y a la defensa de los derechos humanos, en organizaciones no gubernamentales.
P. ?Usted es de los que cree que la evoluci¨®n pol¨ªtica de Espa?a favorece inexorablemente y a corto plazo el giro hacia el centro-derecha?
R. S¨ª parece, por aquello de la alternancia, que ha llegado el momento de esa alternancia y que pueda consistir en un giro hacia el centro-derecha. No es que sea fatal o inexorable, pero creo que hay bastantes posibilidades de que eso se produzca.
P. Usted es un veterano mon¨¢rquico. ?Le sorprende que otros antiguos mon¨¢rquicos haya participado en actos donde se ha denigrado el restablecimiento de la monarqu¨ªa?
R. Comprendo la pregunta, y s¨ª que me parece sorprendente que personas que se declaran mon¨¢rquicas y que yo creo que lo siguen siendo, a veces, dentro de sus circunstancias, tengan otras motivaciones m¨¢s fuertes que les hagan quiz¨¢ derivar a posiciones menos ortodoxas desde esa perspectiva mon¨¢rquica.
P. ?Quiere decir que prevalece la actitud contra el Gobierno que la coherencia mon¨¢rquica?
R. No solo respecto al Gobierno sino tambi¨¦n respecto de lo que es la competici¨®n diaria: puede ser en el mundo de la empresa, de la prensa.... Hay otras motivaciones que prevalecen, lo que hasta cierto punto es comprensible porque una persona no es solo su ideolog¨ªa. A veces las circunstancias condicionan.
P. ?A usted le produce recelo la colaboraci¨®n del Gobierno y los nacionalistas catalanes?
R. En absoluto.
P. ?Considera suficiente la decisi¨®n del Gobierno de dedicar el 0,5% del PIB al Tercer Mundo o animar¨ªa a quienes luchan por el 0,7% a seguir luchando?
R. Yo creo que la acampada que han realizado en Madrid ha sido un acierto de quien lo ha planteado y de quien lo ha apoyado, porque se ha sensibilizado a la sociedad, a los grupos pol¨ªticos y al Gobierno. Es prematuro decir si lo conseguido es todo lo que se pod¨ªa conseguir o no. Ha sido un paso importante. Creo que hay que felicitar a todos, y que quienes mantienen la campa?a no deben dejarla, sino seguir buscando una mayor cooperaci¨®n con el Tercer Mundo.
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