El Atl¨¦tico eligi¨® un mal d¨ªa para cambiar de dibujo
El Atl¨¦tico trat¨® de asaltar al Madrid con un cambio t¨¢ctico. Jorge D'Alessandro, el nuevo entrenador, modific¨® el dibujo que hab¨ªa imperado en la etapa de Francisco Maturana y construy¨® otro, m¨¢s defensivo, cuyo objetivo esencial era atascar el te¨®rico mejor canal de juego del contrario: el trabajo entre l¨ªneas de Laudrup. Por esa zona situ¨® el t¨¦cnico rojiblanco a Soler, en una especie de marcaje al hombre sobre el dan¨¦s. La receta del 4-1-4-1 funcion¨®, pero s¨®lo 21 minutos, los que tard¨® el Madrid en conseguir su primer tanto. Tras el descanso, D'Alessandro abandon¨® su idea y recurri¨® a un 4-4-2 convencional, aparentemente m¨¢s ofensivo.Laudrup no existi¨® hasta el 10. S¨®lo toc¨® 11 veces la pelota y en ninguna de ellas intent¨® dibujar un pase de peligro. En esa fase, el aliento de Soler le oblig¨® a enviar la pelota hacia atr¨¢s en cinco, ocasiones y en horizontal otras dos. Hacia adelante, aunque en corto, Laudrup s¨®lo tir¨® tres centros, uno sin ¨¦xito. El dan¨¦s intent¨® viajar a las bandas, por donde Soler ya no le segu¨ªa, para sentirse a gusto. Pero tampoco luci¨® en esas acciones.
Tras ese primer tanto, Laudrup no multiplic¨® su participaci¨®n en el juego, pero s¨ª la calidad y trascendencia de sus intervenciones. En sus acciones de tr¨¢mite, desplaz¨® la pelota hacia atr¨¢s en dos ocasiones, hacia los lados en una y hacia adelante en dos. Intent¨® una vez el regate, pero perdi¨® la pelota, y dibuj¨® cuatro pases de peligro. Entre ellas, la asistencia a Ra¨²l en el 3-1 y el pase a Michel (asistente de Zamorano) en el 4-1.
Tras el descanso, D'Alessandro sac¨® del campo a Soler, abandon¨® la marca especial sobre Laudrup y cambi¨® el dibujo t¨¢ctico: del 4-1-4-1 pas¨® a un 4-4-2. La f¨®rmula concedi¨® libertad al dan¨¦s, que ya pudo entrar en juego con mucha m¨¢s frecuencia. En la segunda parte, hasta tuvo ocasi¨®n de disparar a puerta.
Los jugadores del Atl¨¦tico se?alaron el 1-0, originado gracias a un penalti inexistente seg¨²n todas las versiones rojiblancas, como la clave del encuentro. Los n¨²meros del partido dijeron que hasta el 1-0, el Madrid apenas inquiet¨® en ataque y su m¨¢xima estrella, Laudrup, no apareci¨®. Desde el 1-0, el Madrid fue un vendaval de juego y ocasiones.
En las nueve jornadas anteriores, el Atl¨¦tico se hab¨ªa movido bajo un gui¨®n distinto. Maturana dise?¨® un 4-2-2-2 que no cal¨® en el equipo, ni en resultados ni en juego. S¨®lo cuando el t¨¦cnico colombiano introdujo una ligera variante a su dibujo (4-2-3-1) apareci¨® el buen juego y hasta alg¨²n que otro marcador favorable: en Tenerife (1-0), en Madrid ante el Valladolid (6-0) y en Barcelona (4-3). El Atl¨¦tico trataba de acaparar la posesi¨®n del bal¨®n y lo mov¨ªa con toques cortos.
Con D'Alessandro, el sistema ha cambiado. Ante el Madrid, el equipo se rigi¨® por un 4-1-4-1 en la primera parte y un 4-4-2 en la segunda. El equipo jug¨® m¨¢s defensivo y su ataque se bas¨® en balones cruzados de banda a banda. No mejor¨®. En realidad, eligi¨® un mal d¨ªa para el cambio.
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