Las fintas del ¨²ltimo 'amateur'
El gran rugby se resiste a ser profesional, pero se reincorpora al olimpismo
El rugby de ¨¦lite se enfrenta a una etapa decisiva. El pr¨®ximo 26 de mayo se disputar¨¢ la III Copa del Mundo en Sur¨¢frica, apenas dos a?os despu¨¦s del retorno del pa¨ªs austral a las competiciones internacionales. De su mano, sobre todo, los vientos de profesionalismo en el ¨²ltimo gran deporte que se resiste a perder su carisma amateur soplan cada vez con m¨¢s fuerza. S¨®lo quedar¨¢n intactos reductos como Espa?a, o pa¨ªses de segundo nivel, donde la oferta de juego no atrae la espiral de dinero. El International Rugby Board (IRB), el organismo que rige el gran rugby, acaba de aplazar con miedo, en su reuni¨®n de Vancouver, la apertura definitiva.Sin embargo, su acercamiento al olimpismo, cuya pujanza econ¨®mica supone una atracci¨®n irresistible, es un hecho. El rugby ya fue deporte ol¨ªmpico en 1900 (Par¨ªs), 1908 (Londres), 1920 (Amberes) y 1924 (Par¨ªs). Ahora, quiere volver tras provocar momentos cr¨ªticos al movimiento ol¨ªmpico. En 1976, por ejemplo, el primer gran boicoteo a los Juegos de Montreal, se produjo al retirarse los pa¨ªses africanos por la presencia de Nueva Zelanda, cuya selecci¨®n, los All Blacks, efectuaba una gira por la entonces maldita Sur¨¢frica. Despu¨¦s, los problemas se reprodujeron, pues el rugby siempre fue por libre. Pero los tiempos ya no son los mismos. El olimpismo perdi¨® su debilidad de falso amateurismo al asimilar astutamente el profesionalismo. Y ahora, con su fuerza econ¨®mica y publicitaria, es muy dif¨ªcil sobrevivir fuera de ¨¦l.
El pr¨®ximo d¨ªa 26, en Cardiff, se firmar¨¢ el reingreso del rugby en el club de las federaciones internacionales con carisma ol¨ªmpico, aunque el car¨¢cter oficial se le dar¨¢ en junio de 1995, en la Asamblea del COI, en Budapest. Es un paso que incluso mira a su presencia en el programa ol¨ªmpico del a?o 2000 si Sydney, la ciudad organizadora, lo pide. Y siendo Australia una, de las potencias mundiales, es muy posible.
Pero el gran debate del rugby plenamente profesional est¨¢ en marcha para el futuro inmediato. El dinero ya corre bajo cuerda en muchos pa¨ªses -sobre todo desde la I Copa del Mundo, en 1987- y mientras unas voces quieren destapar definitivamente el negocio para los jugadores -que ahora s¨®lo cobran dietas por tiempo perdido en las giras y pueden hacer algo de publicidad o escribir libros-, otras se resisten porque puede terminar con la grandeza de un mundo ins¨®lito. Se comercializar¨ªa un esp¨ªritu, el que ha sustentado su gran fuerza, y s¨®lo saldr¨ªa ganando una ¨¦lite. As¨ª opinan, por ejemplo, dos prestigiosos ex internacionales irlandeses, Syd Millar o Tom Kiernan.
El presidente de la federaclon surafricana, Louis-Luyt, al que se ha abierto un expediente, ha hecho tambalear el mundo del rugby al criticar el trasnochado amateurismo y el desprestigio precisamente por su raqu¨ªtica organizaci¨®n amateur en un mundo profesional.
En Sur¨¢frica se cobra ya habitualmente, aunque tampoco mucho. Mike Catt, medio apertura ingl¨¦s ahora en el Bath, acaba de decir que cuando jug¨® en el Eastern Province, de Porth Elizabeth, percibi¨® 2.300 libras -menos de medio mill¨®n de pesetas- a principio de temporada y 200 -unas 40.000 pesetas- en especies despu¨¦s de cada partido. El capit¨¢n de Escocia, Gavin Hastings, en la presentaci¨®n de su autobiograf¨ªa deplor¨® que es la ¨²nica gran potencia del rugby donde no se cobra bajo cuerda. "Yo, cada a?o, pago 40 libras a mi equipo por jugar. Lo lamento, pero el profesionalismo es inevitable".
El presidente del IRB, el gal¨¦s Vernon Pugh, ha admitido que el rugby est¨¢ en una encrucijada y que debe haber una evoluci¨®n.
Ayer mismo, el antiguo internacional franc¨¦s, Jacques Fouroux, anunciar¨¢ su proyecto de un circuito para el a?o pr¨®ximo, la Liga Profesional de Rugby a XIII, una modalidad m¨¢s flexible y espectacular que el tradicional a XV. La inquietud en el IRB ha subido a¨²n m¨¢s.
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