Aclaraci¨®n sin fisuras
ES CIERTO que, lamentablemente, son muchas las distorsiones interesadas de los hechos, las medias verdades y mentiras completas que la lucha pol¨ªtica est¨¢ generando en Espa?a. La primera informaci¨®n aparecida en un diario madrile?o sobre el pelotazo inmobiliario dado por un cu?ado del presidente del Gobierno con unos terrenos industriales adquiridos en condiciones de privilegio a una entidad p¨²blica se ha demostrado falsa. Pero el mismo medio ha vuelto a la carga con nuevas revelaciones. Urge aclarar si son o no ciertas.El propio presidente del Gobierno introdujo el caso en la agenda pol¨ªtica al denunciar en Casablanca campa?as calumniosas y ataques a las instituciones. Con ello, Gonz¨¢lez contribu¨ªa a darle una gran dimensi¨®n p¨²blica, agudizando el clima de alarma social. Tambi¨¦n lamentablemente. Pero, una vez planteado el asunto en estos t¨¦rminos, es necesario aclarar hasta el final, y sin ning¨²n resquicio de duda, la gesti¨®n de las empresas implicadas en lo que ya ha empezado a llamarse caso Palomino.
El Gobierno ya ha dicho, en una extensa nota difundida ayer, que casi todos los extremos de la informaci¨®n publicada son falsos. Pues bien, hemos llegado a una situaci¨®n en la que ya no basta el desmentido del Gobierno. Hay que contrastar toda la informaci¨®n existente sobre los contratos p¨²blicos que haya obtenido la empresa CAE, antes y despu¨¦s de la adquisici¨®n de Talleres Palomino. Tanto en la Expo de Sevilla como en La Moncloa o en cualquier otro proyecto p¨²blico. Y el Gobierno debe suministrar, como ha prometido, todos esos datos al Parlamento, al Tribunal de Cuentas a la fiscal¨ªa, si preciso fuera, para que se decante la verdad.
Alguien tiene que ser desenmascarado de una vez por todas, porque el clima de sospecha que se va instalando en la sociedad espa?ola, no puede convertirse en permanente. Si ha habido irregularidades en la concesi¨®n de contratos a empresas vinculadas de alguna forma al entorno familiar de Gonz¨¢lez, habr¨¢ que exigir responsabilidades. Si no las hubo, la aclaraci¨®n sin fisuras del caso dejar¨¢ en evidencia a los autores de esta historia.
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