Cuentas
Los fil¨®sofos materialistas acabar¨¢n de nuevo rodeados de reconocimiento p¨²blico. Los espa?oles est¨¢n, en general, bastante cabreados con que Hacienda tenga capacidad para indagar en las cuentas bancarias.No se trata del argumento que utilizan algunos ilustrados para quejarse de que la Inspecci¨®n de Hacienda se lo haga mejor ella solita, sino de que a todos nos molesta que alguien conozca nuestras cuentas. Un residuo de la educaci¨®n cat¨®lica que convierte al dinero en algo vergonzoso y al beneficio de las operaciones, mercantiles en un pecado. No hay ning¨²n espa?ol que conteste a la pregunta de "qu¨¦ tal te va" con un bien o un muy bien (tampoco cuando no hay crisis). Siempre asoma el pudor en el rostro del conductor del veh¨ªculo de lujo que se queja de que le comen las letras. En eso nos llevan enorme ventaja los anglosajones, que no ven en la actividad econ¨®mica razones para el sonrojo.
En los ¨²ltimos meses asistimos a sistem¨¢ticas violaciones de la intimidad que provocan menos reacciones. Las escuchas telef¨®nicas que aparecen en los peri¨®dicos no levantan una reacci¨®n de protesta entre los ciudadanos, sino una sonrisa c¨®mplice con el escuchador. Los recibos de Telef¨®nica, que contienen optativamente la posibilidad de describir todas las llamadas realizadas, tampoco han provocado manifestaciones (y nadie se atreve a rechazar el servicio para no levantar sospechas en casa: "?Por qu¨¦ has llamado tres veces al tal Julio Carlos?").
Pero las cuentas s¨ª. Las cuentas nos sublevan. Se han convertido en la esencia de nuestra intimidad. A uno le sacan a la madre en top less en una revista y se calla. Pero la nota de movimientos de la caja de ahorros es sagrada. Yo creo que la raz¨®n est¨¢ en que somos un pa¨ªs de sisa y trapicheo, y la cuenta del banco es testigo.
"Ya no se puede robar ni a Hacienda". Es el colmo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.