El caos que no es desorden
Una exposici¨®n sobre sistemas ca¨®ticos se inaugura en el Museo de la Ciencia de Barcelona.
"Ponga un poco de caos en su vida", es el lema que, medio en broma, propuso ayer a la ciudadan¨ªa Jorge Wagensberg, director del Museo de la Ciencia de Barcelona, al presentar la exposici¨®n Caos. Los l¨ªmites de lo previsible. El objetivo de la muestra es poner al alcance de todo el mundo una serie de conceptos que han conmocionado el mundo de la ciencia, especialmente la idea de que el mundo real, incluido el f¨ªsico, no es algo perfectamente previsible y ordenado: a partir de leyes claras y definidas se producen fen¨®menos imposibles de predeterminar que se asemejan al azar, pero que no son fruto del azar.Wagensberg es profesor de f¨ªsica pero no elude ironizar sobre s¨ª mismo y sus colegas. "Los f¨ªsicos", explica, "tienen prestigio porque han estudiado los sistemas m¨¢s simples. Ahora, al chocar con sistemas complejos han tenido que renunciar a tanta brillantez". Y pone el ejemplo del p¨¦ndulo. "El p¨¦ndulo simple es tan mon¨®tono que sirve para hipnotizar. El cerebro queda fundido de tanta predicci¨®n". Su ley es uno de esos logros que exhiben con orgullo los f¨ªsicos. Pero todo cambia con el p¨¦ndulo ca¨®tico. "La gente acaba por re¨ªr porque no se puede predecir nada de lo que va a hacer".
Uno de los p¨¦ndulos ca¨®ticos que se exhiben es tambi¨¦n de apariencia simple: una barra que oscila y tres imanes que la atraen, adem¨¢s de la fuerza de gravedad. Cualquier visitante puede colocarlo en una posici¨®n clara y dejarlo ir. La barra pasear¨¢ junto a uno de los imanes, rebotar¨¢ varias veces de uno a otro, efectuar¨¢ triangulaciones y acabar¨¢ parada en una posici¨®n perfectamente vertical. Ha seguido una trayectoria determinada que queda dibujada en una pantalla situada junto a ¨¦l. Pero si el mismo visitante vuelve a colocar la barra en el mismo sitio (aparentemente en el mismo sitio), seguir¨¢ una trayectoria que en seguida se ve que es diferente e incluso, en vez de parar en medio, puede parar junto a uno de los imanes. ?Por qu¨¦ si se ha hecho lo mismo el p¨¦ndulo responde una y otra vez de manera distinta?. "Porque los sistemas ca¨®ticos son extremadamente sensibles a las condiciones iniciales", responde Wagensberg.
En los a?os sesenta, Edward Lorenz abri¨® las puertas de la f¨ªsica del caos por una cuesti¨®n de decimales. Estaba estudiando un modelo atmosf¨¦rico sencillo y se percat¨® que no suced¨ªa lo mismo al introducir en una de las variables un valor 0,506127 que al quitar tres decimales e introducir el valor 0,506. La aplicaci¨®n de las mismas ecuaciones en uno y otro caso iba dando resultados progresivamente divergentes y se separaban de manera exponencial a largo plazo. Una referencia a la meteorolog¨ªa y a la imposibilidad de predecir con exactitud qu¨¦ tiempo va a hacer dentro de unos d¨ªas en un lugar concreto no falta en la exposici¨®n.
Los sistemas, adem¨¢s, no siempre se comportan de manera ordenada o ca¨®tica. A veces lo hacen de una forma y otras de la otra. El ejemplo m¨¢s sencillo que presenta la muestra es el del grifo. Seg¨²n lo que se abra, el agua mana de manera constante; seg¨²n c¨®mo, el goteo no sigue ning¨²n ritmo predecible.
Dos condiciones
?Cuando ocurre el caos? El ¨²ltimo de los paneles, el menos accesible al p¨²blico general al aparecer salpicado de f¨®rmulas matem¨¢ticas, da la respuesta: "Es imposible saber con antelaci¨®n si un sistema se comportar¨¢ o no de modo ca¨®tico. En cualquier caso, deben cumplirse dos condiciones. En primer lugar deben existir al menos tres variables din¨¢micas independientes y, en segundo lugar, la ecuaci¨®n del movimiento debe ser no lineal: debe contener cuadrados, senos, cosenos o algo as¨ª".Los sistemas ca¨®ticos no s¨®lo son detectables en el mundo de la f¨ªsica. Los sistemas biol¨®gicos o incluso sociales presentan comportamientos ca¨®ticos. Wagensberg subraya que el ¨²nico modelo de evoluci¨®n prebi¨®tica (la anterior a la c¨¦lula), los hiperciclos de Eigen, se basa en formulaciones ca¨®ticas, y explica que conocer el caos es ¨²til para evitar problemas de tr¨¢fico: "Se puede saber que determinados reg¨ªmenes de los sem¨¢foros pueden desembocar en caos si se produce un accidente. Por lo tanto no sabemos qu¨¦ pasar¨¢ cuando el caos se d¨¦, pero s¨ª c¨®mo evitarlo". Las fluctuaciones econ¨®micas tambi¨¦n se estudian bajo esta perspectiva.
La exposici¨®n que ahora se exhibe en Barcelona estuvo con anterioridad en el Museon, de La Haya, y en el Palais de les D¨¦couvertes, de Paris. Se trata de una producci¨®n conjunta, la primera, de tres miembros de Ecsite, una asociaci¨®n que re¨²ne museos de la ciencia europeos, que durante los dos ¨²ltimos a?os ha presidido Wagensberg. Bert Molsbergen, del Museon, destac¨® precisamente ese trabajo conjunto que ha permitido compartir ideas y el mill¨®n de florines (unos 75 millones de pesetas) que ha costado la empresa. Esa colaboraci¨®n, explic¨®, se basa en una preocupaci¨®n com¨²n: "C¨®mo traducir la ciencia para hacerla comprensible al pueblo".
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