El alma espa?ola
El espa?ol es el f¨²tbol m¨¢s amado. Con toda seguridad. M¨¢s que el ingl¨¦s, que el alem¨¢n. Porque el f¨²tbol espa?ol es parecido, y muchas veces igual, al italiano. Los mismos valores. Los mismos defectos. El f¨²tbol espa?ol es un f¨²tbol que tiene alma. Que sabe unir a la fuerza f¨ªsica la fantas¨ªa. Cuando las televisiones (privadas) italianas retransmiten el derby Real-Bar?a, sube la audiencia.Este aprecio, este amor de los italianos por el f¨²tbol espa?ol viene de muy lejos. El m¨¦rito es del Real Madrid. De las cinco Copas de Europa ganadas de 1955 a 1960. De la gesta de hombres como Zamora, Puskas, Di St¨¦fano, Gento. Ya entonces, los hinchas italianos comprendieron que Espa?a era una gran potencia en el mundo del bal¨®n. Que los clubes estaban organizados a la perfecci¨®n. Los estadios eran bonitos y funcionales. Y los equipos ofrec¨ªan un gran espect¨¢culo: estre otras cosas, porque hab¨ªan decidido, m¨¢s que otras naciones, pescar en el extranjero lo mejor que hab¨ªa. He aqu¨ª otro punto en com¨²n entre Italia y Espa?a: el N¨¢poles se convirti¨® en uno de los grandes gracias a Maradona; el Barcelona, gracias a Johan Cruyff, primero como jugador y despu¨¦s como entrenador. Siempre se han puesto las miras m¨¢s all¨¢ de las fronteras, y se ha cogido lo mejor. As¨ª naci¨® la leyenda del f¨²tbol espa?ol y as¨ª, en Italia, siempre se observ¨® con gran atenci¨®n lo que pasaba en Madrid, en Barcelona, en Sevilla. Despu¨¦s, las copas contribuyeron a¨²n m¨¢s a acercar Espa?a a los italianos. ?Qui¨¦n no recuerda los grandes desaf¨ªos entre el Real y el Milan, entre el Real y el Inter, entre el Real y el Juventus? Hasta llegar, en una espl¨¦ndida cabalgata rica en emociones, al a?o pasado: ese Barcelona-Milan en Atenas que todav¨ªa no se ha olvidado en Italia (y tampoco en Barcelona, aunque por motivos contrarios). Johan Cruyff tiene todav¨ªa muchos admiradores en Italia, pese a aquella velada en blanco.
Pero nuestros clubes tambi¨¦n han mirado al f¨²tbol espa?ol con envidia. ?Cu¨¢ntas veces, en el pasado, han intentado comprar a Butrague?o, Michel y Hugo S¨¢nchez? Y ahora los sue?os (?prohibidos?) son Romario y Stoichkov. Gente que da espect¨¢culo, crecida en un f¨²tbol fuerte, duro, estresante. Precisamente como el nuestro. Como nuestros ¨¢rbitros, que siempre son contestados. Como nuestros clubes, que intentan salir de la crisis econ¨®mica, y adquieren nuevas estructuras (s¨ª, copiando tambi¨¦n el sistema de socios del Real Madrid y el Barcelona). En suma, Espa?a igual a Italia. Ahora m¨¢s que nunca.
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