Expertos en bio¨¦tica buscan los I¨ªmites a la terapia gen¨¦tica
Cient¨ªficos, juristas y fil¨®sofos reclaman desde Sevilla un comit¨¦ nacional de ¨¦tica.
La pol¨¦mica sobre las implicaciones ¨¦ticas de los avances en medicina y biolog¨ªa apenas acaba de empezar. La batalla m¨¢s dura se va a librar en el campo donde se cruza la gen¨¦tica y la reproducci¨®n artificial. Porque la t¨¦cnica permite ya la selecci¨®n de embriones humanos m¨¢s sanos, lo cual, para algunos cient¨ªficos, abre la puerta de la eugenesia (perfeccionamiento de la raza) y, para otros, simplemente la de la mejora de la calidad de vida de la humanidad. La soluci¨®n no est¨¢ en poner l¨ªmite al conocimiento, sino en consensuar su aplicaci¨®n mediante la creaci¨®n de comit¨¦s ¨¦ticos de investigaci¨®n, seg¨²n concluyeron cient¨ªficos, fil¨®sofos y juristas de varios pa¨ªses reunidos hasta el s¨¢bado en Sevilla.
Desde que en 1944 se identific¨® el ADN como el portador de toda la informaci¨®n gen¨¦tica, la ciencia ha emprendido una carrera contrarreloj por encontrar los aproximadamente 100.000 genes que componen el mapa de la herencia humana. Hasta ahora, se sabe ya que 4.000 enfermedades tienen su origen en genes defectuosos. Este material se puede tocar -manipular, restar o a?adir- para corregir finalmente el defecto. Es factible hacerlo incluso a nivel embrionario. Y aqu¨ª surge un primer dilema ¨¦tico. "?Es l¨ªcito que la medicina est¨¦ al servicio de la mejora de la naturaleza? ?D¨®nde ponemos la raya entre el tratamiento de la enfermedad y la mejora de las caracter¨ªsticas de un individuo? (sus capacidades, el color de sus ojos ... )". La gran discusi¨®n est¨¢ en qu¨¦ es normal y qu¨¦ es patol¨®gico. La cuesti¨®n fue planteada por Ernl¨¦ Young, codirector del centro para la ¨¦tica biom¨¦dica de la Universidad de Stanford (California), durante el coloquio internacional Fronteras de lo humano, organizado en Sevilla por la Fundaci¨®n El Monte y la empresa Passages, y clausurado el pasado s¨¢bado. Los expertos rechazan mayoritariamente que la ciencia oculte intereses perversos. "Es dif¨ªcil argumentar desde un punto de vista ¨¦tico en contra de ensanchar el conocimiento en medicina y biolog¨ªa. El problema es que toda investigaci¨®n precisa de instrumentos y sujetos de investigaci¨®n. Las objeciones ¨¦ticas a aumentar el conocimiento en medicina y biolog¨ªa surgen del uso inadecuado de sujetos e instrumentos, no del objetivo", afirm¨® Octavi Quintana, presidente del comit¨¦ de bio¨¦tica del Consejo de Europa.
Pero no faltan voces discrepantes. Jacques Testart fue el art¨ªfice del primer beb¨¦ probeta en Francia. Y fue su ¨²ltima intervenci¨®n en la vanguardia de la reproducci¨®n humana. Porque abandon¨® este campo por una serie de razonamientos que repiti¨® en Sevilla. Sobre la intervenci¨®n a nivel de los ¨®vulos fecundados, "no es la manipulaci¨®n, sino la purificaci¨®n g¨¦nica lo que nos amenaza", dijo. Su visi¨®n, casi apocal¨ªptica, del diagn¨®stico gen¨¦tico de un embri¨®n antes de ser implantado en el ¨²tero es que puede conducir a "una eugenesia racional, liberal y consensuada, seg¨²n la cual la mayor parte de los seres humanos potenciales (los de peor calidad) ser¨ªan cient¨ªficamente eliminados".
Necesidad de debate
Lewis Wolpert, profesor de biolog¨ªa aplicada en la Universidad de Londres, no ocult¨® su malestar, calificando ¨¦sta y otras posiciones similares como "pornografia cient¨ªfica". En su intervenci¨®n subray¨® la conveniencia de mejorar la comunicaci¨®n entre ciencia y sociedad y abrir un debate p¨²blico sobre estas cuestiones. Los asistentes coincidieron en la necesidad de establecer un comit¨¦ nacional de ¨¦tica en Espa?a, como ya existe en otros pa¨ªses.
Con todo, los m¨¢s enconados detractores se apoyan en un determinismo gen¨¦tico absoluto que hace aguas entre la comunidad cient¨ªfica. Ni siquiera dejan abierta la posibilidad del azar, de las mutaciones que rectifican constantemente la herencia de la humanidad. La realidad es que s¨®lo un 2% de las enfermedades gen¨¦ticas tiene origen en un ¨²nico gen defectuoso. El resto se debe a la combinaci¨®n de varios, de sus subproductos y de la interacci¨®n de ¨¦stos con factores externos, seg¨²n explic¨® Carlos Alonso Bedate, investigador del Centro de Biolog¨ªa Molecular de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. La posibilidad de controlarlo todo cient¨ªficamente parece casi descartada.
Noelle Lenoir, presidenta del comit¨¦ consultor de bio¨¦tica de la Unesco, mostr¨® su preocupaci¨®n por el consentimiento de los pacientes, en especial si son ni?os, para la aplicaci¨®n de la terapia g¨¦nica, as¨ª como por el riesgo de que esta tecnolog¨ªa sea de uso exclusivo de los pa¨ªses desarrollados. Frente a este riesgo luchan en bloque los pa¨ªses de la UE, rechazando por ahora la patente de genes humanos.
Si prospera en EE UU la solicitud de un grupo investigador de patentar hasta 35.000 secuencias de genes, aunque a¨²n de significado desconocido, se puede abrir la veda para la creaci¨®n de un monopolio privado sobre las futuras aplicaciones de estos genes en la medicina, en opini¨®n de los expertos reunidos en Sevilla.
El mismo fin persigue el Comit¨¦ Internacional de Bio¨¦tica de la Unesco al promover una declaraci¨®n universal para proteger el genoma humano como patrimonio com¨²n de la humanidad. En este sentido, fue apoyado por los expertos, ya que este tipo de declaraciones "grandilocuentes" no tienen en cuenta la dificultad para definir gen¨¦ticamente el propio concepto.
Al fin y al cabo, las informaciones gen¨¦ticas entre un hombre y un chimpanc¨¦ contienen m¨¢s del 90% de genes comunes y su organizaci¨®n cromos¨®mica coincide en un 99%.
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