El superesp¨ªa ruso y los 'cinco de Cambridge'
Yuri Modin, estrella del KGB, elogia en un libro a Philby y compa?¨ªa
El hombre al que quienes le conocen describen como uno de los m¨¢s capaces agentes en la historia del KGB es ahora un amable pensionista de sonrisa contagiosa. Yuri Ivan¨®vich Modin parece m¨¢s un abuelete que un curtido agente que a lo largo de 44 a?os trabaj¨® en el servicio secreto sovi¨¦tico y, al decir de los expertos, control¨® el c¨ªrculo de esp¨ªas, m¨¢s influyente del siglo.En Londres se acaba de publicar My five Cambridge friends (Mis cinco amigos de Cambridge), el libro en que el coronel Modin hace memoria de los secretos que recogi¨®, tradujo, valor¨® y pas¨¦ a Mosc¨². Modin, entrevistado en su piso de Mosc¨², junto al zoo, dice que no estar¨¢ en la capital brit¨¢nica para el lanzamiemto de su libro, a pesar de su nostalgia desde 1958 y sus deseos de visitar a viejos amigos. El Reino Unido tiene un par de asuntos por arreglar con Modin, que en la cima de su carrera como esp¨ªa, al final de los a?os cuarenta, enviaba al Kremlin casi a diario los secretos mejor guardados del Gobierno de Londres.
Pero el esp¨ªa ruso, retirado en 1988 despu¨¦s de ser profesor de agentes en la academia Andr¨®pov del KGB, puede permitirse ser generoso: "Tengo una opini¨®n muy buena del espionaje brit¨¢nico", dice. Y describe su obra "no como. un libro de memorias o una novela de detectives, sino como un intento de trazar un retrato psicol¨®gico de estos hombres". De aquellos cinco graduados por la Universidad de Cambridge, todos menos uno est¨¢n muertos. Sus carreras como esp¨ªas acabaron de hecho en 1951, con la espectacular huida a Mosc¨² de Donald Maclean y Guy Burgess.
Kim Philby muri¨® en Mosc¨² en 1988, 25 a?os despu¨¦s que Burgess y cinco m¨¢s tarde que Maclean. El historiador de arte Anthony Blunt -el cuarto hombre, seg¨²n anunci¨® Margaret Thatcher en 1979- -falleci¨® en el Reino Unido, en desgracia pero libre, en 1983.
S¨®lo John Cairncross, el menos conocido de los cinco, vive todav¨ªa en Francia. El coronel Modin confirma por primera vez que la informaci¨®n proporcionada por el escurridizo Cairncross, incluida la primicia para Mosc¨² del proyecto anglo-norteamericano de bomba at¨®mica, era en cada una de sus piezas tan importante como la de los otros cuatro.
Modin no se reuni¨® nunca con Philby y Maclean, aunque durante a?os trabaj¨® con sus documentos y proces¨® su informaci¨®n. En 1947, como un veintea?ero camuflado de diplom¨¢tico, estaba en Londres recorriendo parques para sus contactos clandestinos con Cairncross, Burgess y Blunt.
El libro de Modin rehabilita a Burgess, descrito por muchos como poco m¨¢s que un aficionado indiscreto y borracho, al que considera figura central del grupo y su peso pesado intelectual. "Sobre Burgess se han escrito y cometido m¨¢s errores que con cualquiera de los ottos", dice. "Ten¨ªa una mente excepcionalmente profunda, mucho, m¨¢s que el resto... no era simplemente un gamberro homosexual".
Modin se decribe a s¨ª mismo como un hombre completamente Vulgar, desde luego no por encima de la media". Pero su libro revela los dones que le hicieron un modelo en el manejo de un c¨ªrculo de esp¨ªas. El principal, que donde otros agentes del KGB utilizaban los modos estalinistas, Modin us¨® su propia juventud e inexperiencia para construir una relaci¨®n de amistad en la que ¨¦l desempe?aba el papel de alumno y sus agentes el de maestros.
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