1.500 soldados del Ej¨¦rcito brasile?o comienzan la intervenci¨®n en las "favelas"
Unos 1.500 hombres del Ej¨¦rcito, la Marina, la Fuerza A¨¦rea y a Polic¨ªa Provincial de R¨ªo de Janeiro tomaron el s¨¢bado las favelas (barrios de chabolas) de Dend¨¦, en las proximidades del aeropuerto internacional, y deMangueira del estadio de Maracan¨¢. Los militares dieron as¨ª continuidad a la operaci¨®n contra el narcotr¨¢fico ordenada por el Gobierno. La operaci¨®n comenz¨® el viernes, cuando las tropas invadieron Cinco favelas y detuvieron a sospechosos Uno de los soldados que participaban en la operaci¨®n sufri¨® una herida por un disparo de escopeta.
El s¨¢bado, alrededor de las cuatro de la madrugada soldados del Ej¨¦rcito y del Batall¨®n de Operaciones Especiales de la Polic¨ªa Provincial invadieron con carros de combate el barrio de Mangueira, situado en la falda de una colina, y ocuparon r¨¢pidamente los puestos de observaci¨®n de los narcotraficantes y se apoderaron de los lugares de venta de droga.
Tras invadir esa favela, que es muy conocida porque alberga una de las escuelas de samba m¨¢s conocidas del carnaval carioca, los militares detuvieron a 52 personas y se incautaron cuatro, armas, una granada y tres kilos de marihuana. En la entrada del barrio, los militares instalaron un campamento, lo que hace pensar que se desean mantener la ocupaci¨®n mucho tiempo.
La favela de Dend¨¦ est¨¢ considerada como un lugar estrat¨¦gico por los delincuentes, pues es una de las principales puertas de entrada del fuerte mercado de armas ultramodernas. Diversas organizaciones de defensa de los derechos humanos han expresado su preocupaci¨®n ante eventuales violaciones de los derechos de los habitantes de las favelas. No obstante, el portavoz del Comando de Combate al Narcotr¨¢fico, coronel Iv¨¢n Cardozo, asegur¨® que las tropas tienen ¨®rdenes de respetar los derechos de la poblaci¨®n".
Las fuerzas de seguridad cariocas han informado que desde que fue anunciada la operaci¨®n militar contra el narcotr¨¢fico y el contrabando de armas se ha observado una sensible reducci¨®n en el n¨²mero de robos y asaltos en la ciudad de R¨ªo de Janeiro.
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