El Arafat vasco
A RA?Z del acuerdo entre palestinos e israel¨ªes, un portavoz de Herri Batasuna (HB) compar¨® al dirigente de ETA Eugenio Etxebeste con Arafat y pidi¨® al Gobierno espa?ol que designase a "su Rabin". A la vista de c¨®mo han rodado las cosas tanto en Palestina como en Euskadi, m¨¢s bien parece que el Arafat vasco es el consejero de Interior y m¨¢ximo responsable de la Ertzaintza, Juan Mar¨ªa Atutxa: un hombre tan odiado por ETA y sus vicarios en la tierra como Arafat lo es en Gaza por los extremistas de Ham¨¢s y de Hezbol¨¢. En eso se han convertido ETA y su brazo pol¨ªtico: en los fan¨¢ticos integristas del nacionalismo vasco.Tras el enfrentamiento del pasado viernes, en el que un etarra result¨® muerto y un ertzaina gravemente herido, la coordinadora KAS advert¨ªa al PNV que a la vista de lo ocurrido, "no se queje" si se repiten atentados como el que hace justamente un a?o acab¨® con la vida del sargento de la polic¨ªa aut¨®noma Goikoetxea. El transparente mensaje era ratificado ayer por ETA mediante un comunicado en el que se ame nazaba expresamente a la Ertzaintza por ser un cuerpo "entrenado para luchar contra los que participan en la construcci¨®n de Euskal Herria".
Lo que tendr¨ªan que haber hecho los ertzainas para no oponerse a- la construcci¨®n nacional de Euskadi ser¨ªa, seg¨²n esa l¨®gica, dejarse matar por los etarras que dispararon contra ellos. Tal planteamiento resulta extravagante viniendo de una organizaci¨®n que tiene a gala llamarse militar y que acostumbra reivindicar las v¨ªctimas que causa. Pero la incoherencia no es s¨®lo militar. En su b¨²squeda incesante d nuevos enemigos que justifiquen la perpetuaci¨®n de h actividad armada, ETA ha acabado convirtiendo a h Ertzaintza, s¨ªmbolo m¨¢ximo del autogobierno, vasco en uno de sus principales objetivos. Cinco miembros de ese cuerpo han ca¨ªdo ya a manos de los terroristas y varios m¨¢s han resultado heridos.
A su vez, como el partido que dirige el departamento del que depende la Ertzaintza es el PNV, el nacionalismo democr¨¢tico tambi¨¦n ha sido arrojado al otro lado de la frontera que divide a los patriotas de los traidores. Pero con ello desaparece la coartada en nombre de la cual ha pretendido actuar ETA desde la restauraci¨®n de la democracia: que representaba impl¨ªcitamente las aspiraciones de la mayor¨ªa nacionalista de la poblaci¨®n. Si excluimos a los partidos nacionalistas pac¨ªficos, y con ellos a ese 90% de ciudadanos vascos_que apoyan el despliegue de la Ertzaintza, resulta que ese pueblo vasco en nombre de cuyos intereses aut¨¦nticos habla ETA se reduce, como mucho, a los votantes de HB: menos del 10% del censo.
En ausencia del argumento pol¨ªtico s¨®lo queda el militar: la reconstrucci¨®n se los comandos tras cada ca¨ªda y los nuevos atentados que realizan demuestran que ETA no puede ser destruida. Luego el Gobierno, ¨¦ste u otro, tendr¨¢ que negociar. Pero eso no es un programa pol¨ªtico para los ciudadanos, sino un m¨¦todo por el que ETA busca asegurarse su propia perpetuaci¨®n. El persistente retroceso electoral de HB desde 1987, en todo tipo de elecciones, demuestra que se trata de una v¨ªa sin salida.
La p¨¦rdida de 45.000 votos en las europeas de junio provoc¨® que algunos notables plantearan dudas sobre la conveniencia de proseguir la estrategia de la violencia. Fruto de ello fue una campa?a electoral menos centrada en la apolog¨ªa de ETA y, sobre todo, sin atentados. El que esas personas se curaran en salud llamando, sin embargo, a votar a HB expresa una cierta incoherencia: lo l¨®gico habr¨ªa sido llamar a abstenerse o a votar a otro partido a fin de presionar en favor de la renuncia a la violencia. Fue el retroceso continuado del Sinn Fein en las ¨²ltimas elecciones lo que abri¨® los ojos del IRA. Pero en HB y KAS no s¨®lo se han quedado sin su Arafat, sino que tampoco acaban de encontrar un Gerry Adams capaz de detener esta fuga hacia ninguna parte que con tanta exactitud reflejaban las amenazas a la polic¨ªa vasca contenidas en el comunicado que ayer publicaba Egin.
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