Papa ?frica
Si a Miriam Makeba se la conoce como Mam¨¢ ?frica, Manu Dibango bien podr¨ªa ser Pap¨¢ Africa. El camerun¨¦s es uno de los s¨ªmbolos de la m¨²sica de origen africano; lleva m¨¢s de treinta a?os con el saxo a cuestas siempre dispuesto a nuevas experiencias y encuentros. Su ¨²ltima travesura se llama Wakafrika, un disco en el que ha logrado reunir algunas de las figuras m¨¢s deslumbrantes de ?frica. Artistas de antiguas colonias francesas y brit¨¢nicas, juntos por primera vez, para hacer realidad su sue?o de ver a un mandinga cantando con un zul¨².Dibango arranc¨® con un tema bailable y no par¨® pr¨¢cticamente hasta el final, con excepci¨®n hecha de una l¨ªrica adaptaci¨®n de La javanaise del fallecido Serge Gainsbourg. Lo primero fue uno de esos temas de jazz funk capaces de hacer contonearse a una estatua; con los fraseos mel¨®dicos y las florituras del saxo blanco del patriarca negro sobre una r¨ªtmica maciza. La t¨®nica general de la actuaci¨®n del Soul Makossa Gang, cuyos miembros proceden de Camer¨²n, Costa de Marfil, Zaire o incluso el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s. Tocaron Emma, y en ausencia de los Hermanos Elefante (Tour¨¦ Kurida), Dibango y los suyos se sacaron de la manga una t¨®rrida versi¨®n.
Manu Dibango
Manu Dibango (saxo alto), Andr¨¦ Manga (bajo), Jerry Malekani (guitarra), Fr¨¦d¨¦ric Gaillardet (teclados), F¨¦lix Sabal-Lecco (bater¨ªa), Ka?ssa Dounib¨¦ (voz). C¨ªrculo de Bellas Artes. Madrid, 25 de noviembre (segundo pase).
?frica a dos velas
Pasan los a?os -Dibango ha cumplido ya 61- pero no decaen las risas. Contin¨²a cantando lo de Afrique sansfric, o sea ?frica a dos velas. Tampoco es que la situaci¨®n haya cambiado por all¨ª como para dejar de cantarla. Pap¨¢ Dibango fagocita todas las m¨²sicas que se ha encontrado por su largo peregrinaje: jazz, salsa, reggae e incluso rap -como el que esboz¨® Ka?ssa Doumb¨¦-, sin perder de vista las costas del continente que le vi¨® nacer. Y lleg¨®, por supuesto, Soul makossa, con ese estribillo obsesivo (ma-ma-ko ma-masa...) que caus¨® furor en 1973 y le llev¨® de tocar en un peque?o club de Par¨ªs a presentarse en Nueva York en conciertos multitudinarios. Para ese momento el p¨²blico ya estaba de pie bailando y el suelo de la Sala de Columnas del C¨ªrculo temblaba como si se avecinara un terremoto.?xito total de este veterano embajador musical de ?frica en Europa. El pap¨¢ que ha tenido que esperar a que crecieran artistas como Youssou N'Dour o Ang¨¦lique Kidjo para plantearles un proyecto com¨²n.
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