Vol¨¢tiles
Durante las ¨²ltimas fechas hemos sufrido un exceso de crispaci¨®n pol¨ªtica, aunque puede que la situaci¨®n haya comenzado ya a remitir, como si hubi¨¦semos entrado en una cierta resaca producida por el cansancio. Pero tambi¨¦n es posible que este supuesto reflujo se deba al t¨¢cito arrepentimiento que experimentar¨ªa la oposici¨®n (pol¨ªtica y medi¨¢tica) ante el temor de que con el caso Palomino haya pinchado en falso, permitiendo que el Gobierno se apunte el tanto de la transparencia a su favor. En cualquiera de los casos, y dejando de lado la an¨¦cdota que ha servido de excusa, ¨¦ste parece un buen momento para buscar las razones profundas que explican tanta crispaci¨®n. Es cierto que una causa evidente ha sido la deliberada provocaci¨®n instrumentada por el sector de la prensa opositora que m¨¢s depende del Gobierno para vender ejemplares atac¨¢ndole sistem¨¢ticamente. Pero creer que la ¨²nica causa de la crispaci¨®n es la eficacia inquisitorial de tales periodistas ser¨ªa contribuir a hinchar su megal¨®mana vanidad, cosa que tampoco se merecen dada la evidente modestia de su talla profesional. Otra raz¨®n adicional, que tambi¨¦n pudiera influir, es la propia paranoia de la clase pol¨ªtica (gubernamental y opositora), que salta hist¨¦ricamente como si le pisaran cada vez que un gacetillero denuncia la primera sospecha que le soplan. No obstante, nada de esto, con ser cierto, parece suficiente explicaci¨®n.Pero se dispone de otra raz¨®n m¨¢s: es la volatilidad electoral, que parece por s¨ª sola capaz de explicar el nerviosismo de la clase pol¨ªtica. Me refiero al hecho de que los votantes ya no son tan leales y previsibles como parec¨ªan antes (cuando repet¨ªan casi milim¨¦tricamente su mismo voto ideol¨®gico pasara lo que pasase), sino que se muestran crecientemente dispuestos por el contrario a cambiar de opci¨®n electoral, pas¨¢ndose de la candidatura antes preferida a la de su mism¨ªsimo rival. As¨ª es como los votos del PSOE parecen cada vez m¨¢s dispuestos a emigrar hacia las filas de la oposici¨®n, para engrosar no se sabe si las arcas de Anguita o las de Aznar. Y ante tant¨ªsima volatilidad del electorado, los candidatos postulantes se crispan muy excitados: los de la oposici¨®n se llenan de pecaminosa concupiscencia (desobedeciendo el mandato evang¨¦lico que recomienda no desear al elector de tu pr¨®jimo) mientras los del Gobierno por su lado se mueren de celos temiendo ser v¨ªctimas de la voluble infidelidad de su ad¨²ltero electorado.
?Por qu¨¦ se ha producido esta reciente volatilidad de un electorado que antes parec¨ªa tan estable como el espa?ol? Una explicaci¨®n posible parece desde luego la corrupci¨®n pol¨ªtica, cuya denuncia p¨²blica habr¨ªa arruinado la confianza que antes depositaban los electores en sus elegidos. As¨ª, ante el descr¨¦dito de los pol¨ªticos, los votantes desconf¨ªan y dudan cada vez m¨¢s. Y estas vacilaciones de los votantes, aparentemente dispuestos a cambiar de bando, despiertan la concupiscencia de los pol¨ªticos que se enzarzan en crispadas disputas con la esperanza de arrancarse o retener las cuotas electorales que detentaban. Todav¨ªa en 1993, durante las ¨²ltimas elecciones generales, la credibilidad personal de Gonz¨¢lez logr¨® fijar el voto de centro izquierda que amenazaba desertar y dispersarse a causa de la deslegitimaci¨®n del partido socialista. Pero despu¨¦s los casos Rubio y Rold¨¢n arruinaron la legitimaci¨®n del Gobierno y hoy el caso Palomino puede haber destruido la credibilidad de Gonz¨¢lez, volatilizando la fidelidad de su electorado. Por tanto, ante la disponibilidad de tanto votante indeciso, crece la crispaci¨®n con que se pugna por tentarle o retenerlo.
Pero a¨²n hay m¨¢s causas de volatilidad, adem¨¢s de la deslegitimaci¨®n provocada por la corrupci¨®n. Y ¨¦stas no son pol¨ªticas, sino infraestructurales. Me refiero a la creciente inseguridad en su futuro que tienen las clases medias urbanas, que son las que m¨¢s impuestos pagan y que menos servicios y seguridades en su futuro reciben a cambio. ?C¨®mo extra?arse de que se crispen y su voto pol¨ªtico se volatilice si su modo de vida se hace cada vez m¨¢s incierto y m¨¢s vol¨¢til?
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