Paz en el alero
EL 20 de noviembre se firm¨® en Lusaka, la capital de Zambia, el acuerdo de paz entre los representantes de los dos bandos que se enfrentan, desde hace 19 a?os, en la terrible guerra civil angole?a. Si el acuerdo se cumpliera ser¨ªa un hecho de primera magnitud.La guerra civil se ha prolongado de otra forma tras las intervenciones extranjeras del pasado. El jefe rebelde Savimbi, apoyado por Washington y Pretoria durante a?os, decidi¨® proseguir el combate vali¨¦ndose de otros aliados, como el congol¨¦s Mobutu. Un primer acuerdo pacificador en 1991 permiti¨® organizar unas elecciones generales de 1992; en ellas triunf¨® el presidente Dos Santos. Savimbi se neg¨® a reconocer el resultado y reanud¨® la guerra, que dura hasta la fecha.
?Servir¨¢ el acuerdo aprobado recientemente para poner fin a los combates? El alto el fuego firmado se incumple con frecuencia. En los ¨²ltimos d¨ªas, los combates se han intensificado.
El contenido del acuerdo firmado en Lusaka crea bases sensatas para una soluci¨®n duradera. Pero el respeto al alto el fuego sigue siendo una mera esperanza. Existe un peligro de que los renovados combates vac¨ªen de contenido el acuerdo de paz y reabran las perspectivas de una nueva guerra total. Lo necesario para acabar el. sufrimiento de la poblaci¨®n no es s¨®lo acabar con las muertes violentas de inmediato. Tambi¨¦n est¨¢ en abrir caminos urgentes a la reconstrucci¨®n nacional.
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