?Mejorar la universidad contratando 'penenes'?

El proyecto de ley de Actualizaci¨®n de la ley de Reforma Universitaria (LRU) que el Gobierno ha enviado a las Cortes propone exigir a los candidatos a profesor titular de universidad seis a?os de experiencia docente y seis de investigaci¨®n con evaluaci¨®n positiva por la Comisi¨®n Nacional de Evaluaci¨®n y seis adicionales a los candidatos a catedr¨¢tico de universidad. Algunos ilustres profesores (como Gabriel Tortella en este mismo peri¨®dico) han defendido esta propuesta como un remedio contra la endogamia y como un est¨ªmulo a la docencia y a la investigaci¨®n. La mayor parte de mis colegas creen que esta propuesta es lo ¨²nico o lo m¨¢s importante que contiene este proyecto. Yo cre¨ªa lo mismo hasta que lo le¨ª.En realidad, el proyecto dedica la mayor parte de su articulado a la institucionalizaci¨®n de los profesores no numerarios (PNN). Actualmente existen PNN de hecho, contratados como ayudantes o como asociados. Pero la LRU restringe a cuatro a?os el contrato de ayudante y a un 20%, con otros requisitos, el porcentaje de profesores asociados. Si este proyecto sale adelante se acabar¨¢n estas estrecheces. Tras cuatro a?os de becario, se comenzar¨ªa con seis a?os de ayundante. Si tras estos seis a?os ya se es doctor, cabr¨¢ la renovaci¨®n como ayundante por otros dos a?os m¨¢s. Luego se podr¨¢ obtener un contrato durante otros cinco m¨¢s, con tres de pr¨®rroga, como profesor ayudante (no confundir con el ayudante simple de antes). Pasados estos ocho a?os, cabr¨¢ a¨²n la contrataci¨®n como colaborador docente por dos a?os, prorrogables tres veces, durante otros ocho. Total veinticuatro a?os de penene, sin contar los cuatro de becario de doctorado.

Los candidatos a titulares van a tener tiempo de sobra para completar los seis a?os de docencia e investigaci¨®n que se les exigen para su promoci¨®n a funcionarios.

?C¨®mo cree el Gobierno que la vuelta a la contrataci¨®n de penenes va a mejorar el estado actual de la docencia y la investigaci¨®n? El pre¨¢mbulo del proyecto, que deber¨ªa explicarlo, m¨¢s que exposici¨®n, es una ocultaci¨®n de motivos. Nada concreto ni sobre los defectos del actual sistema ni sobre c¨®mo sus remedios van a mejorarlo. Nada concreto sobre nada; s¨®lo la impresi¨®n de que no hay ideas ni sobre lo uno ni sobre lo otro, la impresi¨®n de que el Gobierno no sabe c¨®mo explicar lo que est¨¢ proponiendo, la impresi¨®n de que es un cambio vergonzante que se quiere hacer pasar clandestinamente.

Hace todav¨ªa poco tiempo todo el mundo (o casi) denunciaba la situaci¨®n de dependencia clientelar de los profesores contratados como un mal de la Universidad. Lo hac¨ªamos la mayor parte de los profesores actuales, que viv¨ªamos esa situaci¨®n en nuestras carnes. Nuestra experiencia fue que esa situaci¨®n de contrataci¨®n no aumenta la motivaci¨®n, ni la dedicaci¨®n, ni la competencia, ni la calidad. El MEC parece ser de otra opini¨®n. Parece saber que los penenes, gracias quiz¨¢s a su situaci¨®n precaria, a su dependencia del departamento y de su director, a que carecen de plena capacidad docente e investigadora y a que ser¨¢n m¨¢s baratos, elevar¨¢n la calidad de la ense?anza y de la investigaci¨®n. Deber¨ªa decirnos c¨®mo. Pues es en verdad dif¨ªcil de comprender que, tras la experiencia de los a?os setenta, alguien pueda volver a echar mano del mismo recurso de Lora Tamayo y Villar Palas¨ª. Y que adem¨¢s pretenda con ello mejorar en algo la Universidad.