Euforia nacionalista
El centro de Oslo era una fiesta la madrugada del martes. Los variopintos grupos del no a la Uni¨®n Europea !e hab¨ªan concentrado en sus cuarteles generales para esperar los resultados del refer¨¦ndum. El suspense fue la nota dominante durante las primeras horas del recuento, ya que los sondeos daban un margen muy estrecho al s¨ª y al no, pero la explosi¨®n de j¨²bilo se dispar¨® a medianoche, y desde entonces hasta el amanecer grupos de j¨®venes marcharon por el centro de la capital gritando: "?Hemos ganado!", "?No a la UE!", junto a otros que cantaban La Internacional.Se ve¨ªan cabezas rapadas amenazantes; radicales de izquierda, llamados j¨®venes blitz e ideol¨®gicamente anarquistas; grupos con banderas y de gente bien vestida que vaciaba botellas de champa?a, y padres con sus hijos saltando de alegr¨ªa. La reacci¨®n fue de euforia, porque la tensi¨®n hab¨ªa sido grande, ya que lo que se debat¨ªa para los partidarios del no era el ser o no ser de Noruega: su independencia, su soberan¨ªa y su democracia, principios amenazados por el poder burocr¨¢tico de Bruselas, seg¨²n ellos.
Es lo que el profesor Henry Valen, de la Universidad de Oslo, defin¨ªa ayer como una extra?a alianza, la del "no, que ha reclutado a gente de todas las tendencias bajo el denominador com¨²n del radicalismo, el nacionalismo y la democracia frente a una fuerza exterior que intenta controlarlos: Bruselas. Atacan a la Uni¨®n Europea porque dicen que afecta a la soberan¨ªa nacional. Se trata de un incre¨ªble nacionalismo ".
Los j¨®venes entre los 18 y los 24 a?os, junto con las mujeres, han formado el grueso del voto en contra de la UE, estas ¨²ltimas por temor a perder su puesto de trabajo en el sector p¨²blico, en donde son mayor¨ªa.
Anne Enger Lahristein, la reina del no, l¨ªder del principal partido de la oposici¨®n, ya se ha marcado un nuevo objetivo tras el ¨¦xito obtenido: impedir los eventuales ajustes noruegos a la pol¨ªtica europea.
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