El Estado de los premios
Los escritores discuten la necesidad y acierto de los galardones p¨²blicos
El Ministerio de Cultura ha agrupado este a?o, en tomo al Premio Cervantes, todos sus premios, grandes y peque?os, en una catarata de galardones, derrama de glorias y baraja de escalafones, que ha dejado el mes de noviembre salpicado de alegr¨ªas y decepciones."Me parece una indecencia moral", se exalta Andr¨¦s Trapiello, finalista este a?o en el Premio Nacional de Poes¨ªa, "que el Estado premie, con el dinero de los contribuyentes, a un escritor y a otro no. El Estado est¨¢ para hacer carreteras o curamos el h¨ªgado". Luis Mateo Diez, premio Nacional de Narrativa, no es tan contundente: "Partiendo de una idea democr¨¢tica de lo que es el Estado, s¨ª creo que est¨¢ legitimado para esto y para lo dem¨¢s; otra cosa es c¨®mo se conceden los preinios". A Gustavo Mart¨ªn Garzo, ¨²ltimo premio Nacional de Narrativa, le parece acertado celebrar el ¨¦xito de ciertos autores, "es como aquello que hac¨ªan los griegos de resaltar p¨²blicamente las virtudes de uno, y eso ten¨ªa una cierta ejemplaridad".
Para J. J. Armas Marcelo, "los premios institucionales crean jerarqu¨ªas intelectuales, pero me parece bien que se concedan. Me gusta menos c¨®mo se hace, aunque el premio a Mart¨ªn Garzo muestra que estamos saliendo de esa cultura nominalista de los ¨²ltimos 10 a?os, se est¨¢ premiando a gente alejada de la pomada, a gente de provincias" Para el cr¨ªtico y poeta, jurado este a?o en el Nacional de Poes¨ªa, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Mart¨ªn, "lo ¨²nico que debe hacer bien el Estado es elegir a los jurados, que sean ellos quienes acierten o se equivoquen".
"Que no me digan", insiste Trapiello, "que es el jurado quien elige, pues a ¨¦ste le elige la Administraci¨®n y es como si el juez Lynch eligiera a su jurado". Para Luis Mateo Diez es, con todo, una cierta garant¨ªa que el jurado se renueve todos los a?os, "y si se hace con honradez, rigor y sin marcar pautas desde arriba, pues no veo nada malo en ello". Seg¨²n Mart¨ªn Garzo, "toda elecci¨®n tiene en s¨ª misma un componente injusto, dejar fuera otras opciones, a otros virtuosos" Para Jos¨¦ Mar¨ªa Merino, que fue director del Centro de las Letras, los jurados responden a voces tan distintas que es dif¨ªcil que haya manipulaci¨®n. "Puedo afirmar", se?ala Garc¨ªa Mart¨ªn, "que ning¨²n funcionario del ministerio abre la boca, somos los del jurado quienes nos equivocamos o acertamos". Para Miguel S¨¢nchez-Ostiz la. postura depende de la fortuna que se tenga con ellos: "Si te lo dan dices que cojonudo; si no, que est¨¢n ama?ados". Merino, en el tiempo que estuvo en el ministerio, no percibi¨® ninguna manipulaci¨®n. "Es absurda la pol¨¦mica de todos los a?os; si hay que sacar los trapos sucios de los premios, se sacan, pero los de todos".
Se est¨¦ a favor de un premio o de otro (Trapiello defiende los privados, que "cada uno con su dinero haga lo que quiera"), todos conf¨ªan en obtener el que sea. "Soy al¨¦rgico a los premios", comenta Garc¨ªa Mart¨ªn, "me gusta m¨¢s darlos". En el supuesto de obtener el Nacional, Trapiello dice que lo aceptar¨ªa,
porque no me gusta el esc¨¢ndalo, y en esto hay que ser modesto y humilde, y tragarse el premio".
Luis Mateo D¨ªez se enter¨® del suyo echando la siesta, y aceptarlo no le supuso ning¨²n escr¨²pulo: "En sociedades poco lectoras como ¨¦sta siempre son bien recibidos, aunque obtenerlo no es nada definitivo, no te cambia la vida". Seg¨²n S¨¢nchez-Ostiz, s¨ª que la cambia "y c¨®mo: hay quien, si se lo dan, saca la sota de bastos que lleva dentro y, si es un broncas, se l¨ªa a bastonazos con todos. El ¨¦xito emborracha, te conviertes en un correcaminos, y no te digo si ganas el Planeta". Armas Marcelo se rebela contra esta cosecha de honores institucionales: "El escritor debe ser, por definici¨®n, un tipo irreverente y pasar de premios y prestigios; aqu¨ª se premia la docilidad, la falta de cr¨ªtica".
Y adem¨¢s est¨¢ el escalaf¨®n, "si se tiene m¨¢s de 70 a?os", enumera Garc¨ªa Mart¨ªn, "el Cervantes; si 60, el de las Letras, y el resto, en la pedrea de los nacionales". Lo del escalaf¨®n no le gusta nada a Armas Marcelo, "no creo en las jerarquias biol¨®gicas, eso para el Inserso, en literatura debe premiarse a las jerarqu¨ªas naturales". Merino tambi¨¦n reconoce que prevalece la biolog¨ªa: "Mi generaci¨®n tiene mucha prisa por llegar, y los que no llegan a esta loter¨ªa pierden los papeles, clamando indignados contra ellos. A m¨ª lo que no me parece de recibo es que Mars¨¦ estuviera en el Nacional. Mars¨¦ debe tener el de las Letras". y Caballero Bonald y ?ngel Gonz¨¢lez, agrega Armas Marcelo. Pese a todo, afirma Luis Mateo D¨ªez, "los premios suelen estar bien dados". Y si no, queda el consuelo de echar mano del maestro Sancho: "Y si es que son de justa literaria, procure vuesa merced llevar el segundo premio, que el primero siempre se lleva el favor o la gran calidad de la persona; el segundo se lo lleva la mera justicia". Vale.
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