Julio Salinas maltrata al Barca

Julio Salinas le descont¨® un punto al Bar?a cuando el partido ya agonizaba. Muy propio del Largo. Fue un tanto de oportunista, de un paquete -como dir¨¢n sus detractores-, a quemarropa, sin otro m¨¦rito que el de fusilar al portero en los minutos de la basura, aquellos que se juegan a criterio del ¨¢rbitro. Vivi¨® mucho tiempo el Bar?a de goles de Salinas como el de anoche.

El choque ya naci¨® torcido. La pizarra provoc¨® una mueca de disgusto entre los partidarios de uno y otro bando. Opt¨® Arsenio por Villarroya en el puesto natural de Nando y dej¨® delantero y medio en punta.

Muy propio de un. entrenador contemporizador. El, al fin y al cabo, trabaj¨® siempre con el mismo gui¨®n y s¨®lo cambia los int¨¦rpretes secundarios. Cruyff, sin embargo, dej¨® con la palabra en la boca a sus pregoneros: visti¨® a S¨¢nchez Jara de titular para que cubriera y abriera una banda, mientras Ferrer se echaba al centro con Nadal, Sergi tomaba a Aldana y Eusebio campaba por el otro lateral con Koeman en la sala de m¨¢quinas. Un grupo poco reconocible en un t¨¦cnico que apuesta por el talento.

El grupo de Cruyff vivi¨® de la limosna del colectivo de Arsenio. El Deportivo manej¨® la contienda. Cort¨® la l¨ªnea de pase hacia Stoichkov y Romario, dejando que el bal¨®n. lo transportaran Eusebio y S¨¢nchez Jara por las bandas, y se estir¨® con las diagonales de Fran y Aldana a la espalda. de los zagueros barcelonistas. Tuvo llegada desde la salida y arm¨® dos mano a mano que provocaron que la hinchada se persignara. Nadal dej¨® la pierna en ambas y Manjar¨ªn cay¨® en la ¨²ltima. El ¨¢rbitro no atendi¨® a las protestas visitantes que reclamaban penalti. La jugada descompuso a los gallegos. No estuvieron acertados en el repliegue y cedieron la tercera falta en la frontal del ¨¢rea. Entonces lleg¨® el zapatazo de Koeman.

El Bar?a se agarr¨® al gol de Koeman. Sancionado Guardiola, con Romario estresado y Stoiclikov frenado por la hierba, los azulgrana vagabundearon. Jam¨¢s hubo dos pases interiores seguidos (Romario, eso s¨ª, fall¨® la sentencia al Cuarto del segundo tiempo) ni m¨¢s de una apertura digna a las bandas. Est¨¢ seco el equipo. No llega. Nadie se juega el bigote: en el ¨²ltimo pase.

La fluidez estuvo de parte del Deportivo. El encuentro fue un mon¨®logo gallego. Tocaron y tocaron los de Arsenio hasta ahogar a los azulgrana en la playa del Camp Nou dado el arenal que revuelca a la hierba. Nadie pod¨ªa, sin embargo, con Busquets. Entonces sali¨® Salinas y puso las cosas en su sitio. El Largo maltrat¨® a un Barca que, privado del arte, ha perdido hasta su efectividad y pragmatismo. La m¨¢quina est¨¢ parada.