El presidente de Rusia advierte que Europa corre el "peligro de caer en una paz fr¨ªa"
La ceremonia de la concordia no fue del todo posible esta vez. Los presidentes de EE UU y de Rusia, BilI Clinton y Bor¨ªs Yeltsin, respectivamente, se enfrentaron ayer abiertamente sobre la ampliaci¨®n de la OTAN al Este y, en general, sobre el futuro de la seguridad del Viejo Continente, mientras sus respectivas delegaciones tambi¨¦n chocaban sobre c¨®mo atajar la guerra en la antigua Yugoslavia. El jefe de Estado ruso formul¨® incluso una velada amenaza: "Europa todav¨ªa no se ha liberado de la guerra fr¨ªa, pero est¨¢ ya en peligro de caer en una paz fr¨ªa".
, El conflicto yugoslavo y la disputa sobre la ampliaci¨®n de la Alianza Atl¨¢ntica han relegado a un segundo plano los temas del orden del d¨ªa de la novena cumbre de los 52 jefes de Estado y de Gobierno que asisten en la capital h¨²ngara a la Conferencia sobre Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (CSCE)."Ning¨²n pa¨ªs no miembro de la Alianza Atl¨¢ntica podr¨¢ oponer su veto a su apertura hacia los antiguos pa¨ªses del Pacto de Varsovia", afirm¨® Clinton en su discurso ante la CSCE, con lo que rechazaba de entrada las objeciones de Rusia al posible ingreso de los llamados pa¨ªses de Visegrado (Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa y Eslovaquia) en la OTAN. La Alianza, a?adi¨®, "sigue siendo el pilar de la seguridad en Europa", un modo de descartar que, como lleg¨® a insinuar Mosc¨², pudiese alg¨²n d¨ªa subordinarse a la CSCE.
El Consejo Atl¨¢ntico acord¨® el jueves en Bruselas definir en 1995 los requisitos que deber¨¢n cumplir los candidatos a la adhesi¨®n para poder ser miembros de la OTAN y esta iniciativa provoc¨® una airada reacci¨®n del titular ruso de Exteriores, Andr¨¦i K¨®zirev, quien se neg¨® a firmar dos documentos de cooperaci¨®n entre su pa¨ªs y la Alianza.
Yeltsin, ayer, fue m¨¢s contundente que su ministro. "Estamos preocupados por los cambios que se est¨¢n produciendo en la OTAN", afirm¨® ante el pleno de la Conferencia. "?Por qu¨¦ plantar las semillas de la discordia?, ahora que, despu¨¦s de todo, no somos ya enemigos sino socios", se pregunt¨®.
"Si la intenci¨®n es trasladar las fronteras de la OTAN hasta los confines de Rusia", prosigui¨® Yeltsin dirigi¨¦ndose a Clinton, "d¨¦jenme que les diga una cosa: Ninguna gran potencia est¨¢ dispuesta a vivir con la carga del aislamiento". "Y cualquier pa¨ªs de estas caracter¨ªsticas rechazar¨ªa que se le imponga tal juego", sentenci¨®.Una peligrosa ilusi¨®n
Su cr¨ªtica se hizo m¨¢s incisiva contra EE UU: "Es una peligrosa ilusi¨®n suponer que los destinos del continente y de la comunidad internacional pueden ser manejados desde una sola capital". La alusi¨®n a Washington no pod¨ªa ser m¨¢s clara. Mosc¨² desea, en cambio, "convertirse en el baluarte oriental de la seguridad de Europa". Entre los oradores occidentales, s¨®lo el presidente franc¨¦s, Francois Mitterrand, se mostr¨® comprensivo con los argumentos del Yeltsin.
Hasta ahora, EE UU proyectaba acoger a nuevos socios en la OTAN antes de fin de siglo y, a cambio, ofrecer a Yeltsin un reforzamiento de la CSCE en la que Rusia jugar¨ªa un papel m¨¢s relevante. El discurso del pres¨ªdente ruso, provocado acaso por el auge del nacionalismo en su pa¨ªs, pone de manifiesto que el precio que Washington est¨¢ dispuesto a pagar le parece insuficiente.
Aunque, a trav¨¦s de su secretario general, Willy Claes, la OTAN haya afirmado su intenci¨®n de seguir adelante con sus planes de ampliaci¨®n a pesar del niet ruso, la actitud de Yeltsin va a perturbar seriamente el dise?o de nuevas estructuras de seguridad para la Europa poscomunista. Tambi¨¦n dificultar¨¢ la b¨²squeda coordinada de la paz en la antigua Yugoslavia.
Las divergencias entre los jefes de Estado de la superpotencia y de la ex superpotencia quedaron tambi¨¦n puestas de manifesto entre sus delegaciones encargadas de redactar el comunicado final de la cumbre, en el que se espera recoger el cambio de nombre de la CSCE, que pasar¨¢ a ser una organizaci¨®n: Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE). Como OSCE pretender¨¢ jugar un papel m¨¢s activo en cuestiones de seguridad internacional.
Los p¨¢rrafos sobre el futuro papel de esa eventual OSCE en las operaciones de mantenimiento de la paz en la Comunidad de Estados Independientes (CEI) dieron lugar a un largo tira y afloja porque Rusia quiere tener el aval ?le la Conferencia para llevarlas a cabo sin estar sometida a su vigilancia.
Los t¨¦rminos de la condena del ataque de los serbobosnios contra el enclave musulm¨¢n de Bihac dieron tambi¨¦n pie a otra disputa. Rusia pretend¨ªa a cambio abrir el camino para el retorno de Serbia a la CSCE, de la que fue suspendida por su agresi¨®n contra Croacia, algo que parece precipitado a los occidentales.
El ¨²nico avance concreto, fue el anuncio por Clinton de la inminencia de un acuerdo con Rusia, pendiente desde 1992, para que la CSCE env¨ªe un contingente para imponer la paz en el Alto Karabaj.
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