Amaina la tormenta sobre L¨ªbano
Pasar¨¢ seguramente a los libros como otra crisis que realmente no lleg¨® a ser, pero la dimisi¨®n del primer ministro liban¨¦s, Rafik Hariri, su r¨¢pida cancelaci¨®n y subsiguiente retorno al principal despacho de Beirut ayudan a ilustrar la poderosa influencia de Siria en la pol¨ªtica libanesa, as¨ª como los beneficios que ese poder representa para cualquier Gobierno en Beirut.Alegando intolerables interferencias del Parlamento, infundadas acusaciones de corrupci¨®n y absoluta ingratitud popular, el multimillonario primer ministro y art¨ªfice de la recuperaci¨®n econ¨®mica de L¨ªbano anunci¨® el martes su decisi¨®n "irrevocable" de abandonar el puesto que ocupa desde hace dos a?os.
Sus ¨¢speras disputas con el presidente del Parlamento, el l¨ªder de la comunidad shi¨ª Nab¨ªh Berri, hab¨ªan alcanzado finalmente lo que, se percibi¨® como un punto sin retorno.
Su ambicioso plan para reconstruir el pa¨ªs devastado por 16 a?os de guerra civil se hab¨ªa convertido en el blanco de acusaciones de ineptitud y corrupci¨®n. Una frase en boca de muchos de los que hasta hace poco glorificaban al primer ministro Hariri como el salvador de L¨ªbano resum¨ªa la frustraci¨®n de muchos libaneses: Basta con el enga?o, Hariri debe irse.
En el L¨ªbano, oponerse al Gobierno de Beirut es oponerse al Gobierno de Damasco. Eso es peligroso.
Siria, con cerca de 40.000 soldados en territorio liban¨¦s desde 1976, es el principal factor de poder entre sus belicosos vecinos. Por eso, el vicepresidente Abdel Halim Khad¨¢m convoc¨® el martes a Hariri y a Berri para una gesti¨®n de mediaci¨®n en la que ninguno de los dos pod¨ªa darse el lujo de ignorar.
Resultado: Hariri retir¨® su dimisi¨®n y retorr16a Beirut con un acuerdo secreto bajo el brazo. El ¨¦xito de la gesti¨®n fue inmediato: Berri s¨²bitamente dej¨® de criticar al Gobierno y seguramente se abstendr¨¢ de hacerlo.
Los t¨¦rminos del pacto de reconciliaci¨®n no han sido divulgados, pero no es extraordinariamente arriesgado afirmar que Siria ha advertido a Berri -y por medio de ¨¦ste a todas las facciones opositoras- que no va a tolerar obst¨¢culos en el empe?o de Hariri de transformar el L¨ªbano ya no ¨²nicamente en un pa¨ªs revitalizado sino tambi¨¦n -y lo que quiz¨¢s es m¨¢s importante-, en un muestrario de la ben¨¦fica influencia siria.
El "final feliz" de la m¨¢s reciente crisis libanesa estaba previsto. Hariri estaba ayer de vuelta en su despacho rodeado de ministros y parlamentarios ansiosos por apuntalar sus proyectos y eliminar toda causa de fricci¨®n, sobre todo para evitar irritar al presidente sirio, Hafez Asad. Nadie mejor que los libaneses sabe cu¨¢n contraproducente resulta contradecir al hombre con mayor poder en el L¨ªbano.
Las primeras expresiones de Hariri a su retorno a Beirut reflejaron el nuevo ambiente inspirado en Damasco. "Queremos abrir una nueva p¨¢gina y llevar a cabo eI total renacimiento del pa¨ªs dejando a un lado las peleas y las ruinas de la guerra para avanzar hacia la construcci¨®n de un nuevo estado", asegur¨® Hariri.
Fueron palabras que seguramente llevaron alivio no s¨®lo a las legiones de empleados que Hariri ha contratado para la ejecuci¨®n de sus proyectos, sino a pol¨ªticos genuinamente preocupados por las distracciones -muchos dicen que son enormemente onerosas- en las que ha incurrido el primer ministro.
Alarmado por el sentido de prioridades del Gobierno de Hariri, que aparentemente da m¨¢s importancia a la reconstrucci¨®n del centro comercial de Beirut que a la reconstrucci¨®n de la infraestructura m¨¢s b¨¢sica del pa¨ªs -agua potable, electricidad, comunicaciones, educaci¨®n- un prominente economista liban¨¦s decepcionado con la conducta del Gobierno, dijo hace pocos d¨ªas: "En 1950, el L¨ªbano comenz¨® como un peque?o negocio, en la d¨¦cada de los 60 se convirti¨® en un mercado, en los 70 fue un supermercado. Hoy Hariri quiere convertir el pa¨ªs en un gran centro comercial. No acepta que primero debemos formar un pa¨ªs de verdad, un Estado".
En la nueva atm¨®sfera de tranquilidad impuesta por los sirios, seguramente ya nadie va invertir tiempo. en esas reflexiones. La consigna es clara: Apoyar a Hariri.
A¨²n as¨ª, el diario Ad-Diyar public¨® lo qu¨¦ puede ser una de las ¨²ltimas cr¨ªticas de la temporada: "Hariri ha perdido. Se ha convertido en el prisionero de su actual Gobierno. ?Por qu¨¦ no nombrar (al vicepresidente sirio) Abdel Halim Khad¨¢m como presidente ya que cada diez d¨ªas convoca al primer ministro y al presidente del Parlamento para que resuelvan sus diferencias?".
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