El Madrid se autolimita
Los blancos vencen f¨¢cilmente al d¨¦bil Benfica y suman su cuarta victoria
Para ser un entrenamiento, no habr¨ªa estado mal. Pero Real Madrid y Benfica disputaban un partido de Liga Europea y no consiguieron revestirlo del rango que merece esta competici¨®n. La culpa, mayoritariamente, recay¨® en el equipo lisboeta. Por algo es el colista del grupo. Pero tampoco se puede exonerar al Real Madrid: foment¨®, al principio, la ilusi¨®n de los aficionados para caer poco despu¨¦s en la mediocridad.Los madridistas comenzaron el choque con mucha intensidad. Los entrenamientos de la semana hab¨ªan sido -seg¨²n su t¨¦cnico- muy buenos y el Benfica pod¨ªa ser el b¨¢lsamo que cicatrizara las heridas abiertas por el Coren Orense.
El Madrid se puso manos a la obra sin perder un instante. Su defensa, asfixiante, era demasiado para un rival que no necesita ayuda para perderse en ataque; el rebote ten¨ªa un due?o, Sabonis, aplicado en la labor de recoger la ingente cantidad de tiros fallados por los lusos (14 de 59 en todo el partido). Aseguradas las dos premisas b¨¢sicas que exige Obradovic, s¨®lo faltaba el ejecutor de los consecuentes contraataques. Y surgi¨® Arlauckas.
El alero neoyorquino disfrut¨® como nunca en los primeros minutos del encuentro. Meti¨® su -quinta velocidad -en un hombre de su fortaleza, 2,05 y 105 kilos, ya tiene m¨¦rito y machac¨® el aro del Benfica con sus poderosas galopadas.
El conjunto madridista hab¨ªa liquidado el compromiso en siete minutos (20-4). Y, lo mejor de todo, lo hab¨ªa hecho ofreciendo, de paso, un buen espect¨¢culo a sus -sigue el desamor- contad¨ªsimos seguidores. La ocasi¨®n la pintaban calva para progresar en esa l¨ªnea -hacer disfrutar a la escasa afici¨®n disfrutando ellos- tan in habitual en la escuadra blanca. Desgraciadamente, no fue as¨ª.
Garantizada la victoria (cuarta de los madridistas en cinco partidos), el campe¨®n espa?ol se dedic¨® a cumplir el tr¨¢mite y vivir de las rentas. Aflojaron los hombres de Obradovic su presi¨®n defensiva y se esfum¨® su nivel de concentraci¨®n. Qued¨® demostrado, una vez m¨¢s, que este equipo llegar¨¢ tan arriba como lo permita su esfuerzo. Le sobra talento en el banco y en el parqu¨¦. Cojea, sin embargo, a la hora de mantener su atenci¨®n los 40 minutos que dura un partido de baloncesto. El l¨ªmite se lo pone ¨¦l mismo.
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