El Papa defiende el trabajo de la mujer si no menoscaba la familia

"Las mujeres tienen pleno derecho a insertarse activamente en todos los ¨¢mbitos p¨²blicos, y su derecho debe ser protegido ( ... ). Sin embargo, este reconocimiento del papel p¨²blico de las mujeres no debe disminuir su funci¨®n insustitu¨ªble dentro de la familia", dice Juan Pablo II en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, dirigido este a?o "sobre todo a las mujeres, pidi¨¦ndoles que sean educadoras para la paz con todo su ser".

El cardenal Roger Etxegaray, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, dijo, al presentar el documento a la prensa, que "la clave de lectura de todo el mensaje se encuentra en la afirmaci¨®n siguiente: 'Cuando las mujeres tienen la posibilidad de transmitir sus dones a toda la comunidad, cambia positivamente el mismo modo de comprenderse y organizarse la sociedad, llegando a reflejar mejor la unidad de la familia humana'".

Pero el Papa aprovecha ese contexto para desarrollar, adem¨¢s, doctrina sobre las relaciones entre los sexos y el desarrollo de la condici¨®n femenina a partir de "una larga historia de pecado" que ha "impedido la plena realizaci¨®n" de la mujer.

Pasos importantes

Juan Pablo Il parte de la base de que a la mujer le corresponde especialmente la funci¨®n educativa, porque "Dios le conf¨ªa de modo especial el ser humano. Esto, sin embargo", a?ade el Pont¨ªfice, "no ha de entenderse en sentido exclusivo, sino m¨¢s bien seg¨²n la l¨®gica de funciones complementarias"."Es verdad que las mujeres en nuestro tiempo han dado pasos importantes en esta direcci¨®n (de realizarse), logrando estar presentes en niveles relevantes de la vida cultural, social, econ¨®mica, pol¨ªtica y, obviamente, en la vida familiar. Ha sido un camino dif¨ªcil y complicado y, alguna vez, no exento de errores, aunque sustancialmente positivo, incluso estando todav¨ªa incompleto", afirma el Pont¨ªfice que, en el reciente S¨ªnodo sobre el clero hubo de responder a fuertes demandas de las monjas que aspiran a tener un mayor peso en la Iglesia.

Entre las situaciones graves que persisten para la mujer, el Papa se refiere a la prostituci¨®n, "que las considera un mero instrumento de placer"; a las culturas que "las discriminan desde la primera infancia", y en ese contexto alaba el trabajo de las religiosas dedicadas a la ense?anza; y al abandono de muchas mujeres que, por "desequilibrios familiares", son "dejadas solas" al cuidado de los hijos. "Que las mujeres ayuden a las mujeres", dice el Pont¨ªfice.

Juan Pablo II apela tambi¨¦n en ese contexto a la responsabilidad del var¨®n, recuerda que "los hijos tienen necesidad de la presencia y del cuidado de ambos padres" y afirma que "si las relaciones con los padres est¨¢n marcadas por un trato afectuoso y positivo, los ni?os aprenden por experiencia directa los valores que favorecen la paz".