La integraci¨®n de Espa?a en la pol¨ªtica pesquera com¨²n avanza con dificultad
No hab¨ªa acuerdo. La reuni¨®n, suspendida a la hora del almuerzo, se retom¨® a las siete de la tarde, y luego a las once. A la 1.30 de esta madrugada a¨²n segu¨ªa. Los contactos bilaterales naufragaban en farragosos tecnicismos. El acuerdo para integrar a Espa?a y Portugal en la Pol¨ªtica Com¨²n de Pesca (PCP) avanzaba a trompicones. Una nueva propuesta para controlar el esfuerzo pesquero de cada Estado hac¨ªa renacer las esperanzas. El Consejo de Pesca promet¨ªa m¨¢s nocturnidad y una pr¨®rroga para hoy.
La sesi¨®n de la ma?ana result¨® infructuosa. En una ronda desarrollada por orden alfab¨¦tico se evidenci¨® a¨²n m¨¢s algo que ya estaba claro: las distancias entre unos y otros resultaban insalvables. Espa?a reiteraba su voluntad de no quedar discriminada en el nuevo reglamento de la PCP, tal como se hab¨ªa acordado el pasado marzo y como hab¨ªa refrendado el Consejo Europeo en su reuni¨®n de Essen.El ministro de Agricultura y Pesca espa?ol, Luis Atienza, ni siquiera tuvo que recordar que de la integraci¨®n de Espa?a en el r¨¦gimen com¨²n de pesca depende que Madrid deposite a tiempo los instrumentos de ratificaci¨®n de la ampliaci¨®n n¨®rdica (Austria,-Finlandia, Suecia). Aunque tarde, toda la prensa internacional pareci¨® haber cre¨ªdo la advertencia. Durante todo el fin de semana realiz¨® un despliegue explicativo.
Enfrente, ni los brit¨¢nicos ni los irlandeses mov¨ªan pieza. Se aferraban al primer documento de la presidencia en lo relativo al Irish box. Este pretend¨ªa reservar una parte del box irland¨¦s, la zona 7A (situada entre las dos islas), para las pesquer¨ªas tradicionales, y para el resto propon¨ªa una introducci¨®n progresiva de barcos espa?oles (23 en 1996, 35 en 1997) , lo que los espa?oles consideraban discriminatorio, porque s¨®lo alud¨ªa a l¨ªmites para la flota espa?ola y no para otras. Londres y Dubl¨ªn tambi¨¦n estaban en contra de implantar m¨¢s controles a sus propias flotas. El Reino Unido propon¨ªa incluso aumentar la zona sensible del Irish box a Cornualles, la zona 7G.
Francia, temerosa
Lo peor era que Francia, temerosa de la potencia de la flota espa?ola, quer¨ªa reinterpretar los baremos del esfuerzo pesquero. La alianza pr¨¢ctica -aunque no en todos los motivos de disputa- de Londres, Dubl¨ªn y Par¨ªs supon¨ªa una minor¨ªa de bloqueo. La reuni¨®n se suspendi¨® a la hora del almuerzo, para abrir paso a entendimientos bilaterales. Una nueva propuesta de la presidencia alumbr¨® a las 19 horas alguna esperanza, a considerar en nuevas bilaterales. A la 1.30 de la madrugada a¨²n segu¨ªa la discusi¨®n.
La nueva propuesta de la presidencia consist¨ªa en que cada Estado medir¨ªa -seg¨²n el principio de subsidiariedad- su propio esfuerzo pesquero, mediante un plan a revisar por la Comisi¨®n el pr¨®ximo 16 de mayo, sobre el cual el Consejo se pronunciar¨ªa el 30 de junio. ?Con qu¨¦ criterio?. "Respetando plenamente el principio de la estabilidad relativa", es decir, sin aumentar las capturas.
Otro de los temas pol¨¦micos era el del acceso a los caladeros seg¨²n las esloras. Al final del debate, Espa?a y Francia -aliadas en este asunto- consiguieron imponer la igualdad del tama?o de los barcos para el acceso a todas las pesquer¨ªas comunitarias. Se fij¨® en diez metros la eslora m¨ªnima a partir de la cual los barcos ser¨¢n controlados al entrar en cada ¨¢rea de pesca.
En cuanto al Irish box, hab¨ªan desaparecido del ¨²ltimo documento algunas de las limitaciones impuestas al acceso de la flota espa?ola (23 buques en 1996 y 35 en 1997). Pero no todas. Seg¨²n el texto de componenda, los esfuerzos "deber¨¢n limitarse al nivel de la actividad actual de los buques de todos los Estados miembros menos los de pabell¨®n espa?ol". A la 1.30 ya eran 35 barcos espa?oles en 1995. Las posiciones todav¨ªa estaban distantes. Y se segu¨ªa estirando de la cuerda. Luis Atienza lo hab¨ªa previsto: "La noche ser¨¢ larga". Y su hom¨®logo franc¨¦s, Jean Puech: "El asunto avanza, la soluci¨®n, ma?ana". O sea, hoy.
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