Los zapatistas rompen el cerco del Ej¨¦rcito mexicano
"Hemos roto el cerco militar en la selva Lacandona". A las dos de la pasada madrugada, envuelto en la nube del humo de su pipa, el subcomandante Marcos, jefe del Ej¨¦rcito Zapatista, la guerrilla ind¨ªgena alzada en armas en el Estado mexicano de Chiapas el pasado de enero, anunciaba la toma de posiciones de "miles de combatientes" en 38 municipios situados fuera del cerco establecido por el Ej¨¦rcito mexicano a su territorio. Tres horas m¨¢s tarde, grupos de encapuchados entraban en varias localidades del Estado.
ENVIADA ESPECIAL
La respuesta del l¨ªder guerrillero al intento de aproximaci¨®n del nuevo Gobierno mexicano es taxativa: "No nos dejaremos enga?ar otra vez". Marcos, cubierto con su pasamonta?as negro y con su inseparable gorra caqui, se frotaba los ojos ante un reducido grupo de periodistas m¨¢s somnolientos que ¨¦l. Estaba serio.Casi nadie dorm¨ªa en Aguascalientes, el puesto de mando del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) en la Selva Lacandona. Las luci¨¦rnagas relampagueaban entre la neblina que cubr¨ªa el lugar, compitiendo con la luz el¨¦ctrica que, a pesar de las circunstancias, sigue llegando hasta este rec¨®ndito valle. Como la Navidad: finas hileras de bombillas de colores brillaban en la puerta de algunas casitas de madera.
El subcomandante y el diminuto, pero en¨¦rgico, mayor Mois¨¦s desplegaron unos mapas hechos a mano, en los que se mostraba las rutas seguidas por las cuatro columnas "del primer cuerpo del Ej¨¦rcito del Sureste". Los guerrilleros, dijo Marcos, "se hab¨ªan infiltrado entre las l¨ªneas enemigas" y ha b¨ªan tomado posiciones en 38 municipios. La operaci¨®n, de sarrollada entre los pasados d¨ªas 11 y 18, es "el reinicio de la justa lucha contra el mal gobierno".
"Nosotros fuimos sinceros cuando detuvimos nuestra acci¨®n armada. Pero nos hemos ido topando con enga?os y con burlas". El Gobierno, dice Marcos, no tiene voluntad de di¨¢logo. La poblaci¨®n ind¨ªgena fuera de la zona de conflicto, a?ade, sigue sufriendo represi¨®n y miseria. La propuesta del presidente mexicano, Ernesto Zedillo, de negociar a trav¨¦s de una comisi¨®n parlamentaria es inviable. Ninguno de los partidos pol¨ªticos es neutral, ya sea por, afinidad u oposici¨®n al Gobierno. El EZLN, s¨®lo aceptar¨¢ a la comisi¨®n de intermediaci¨®n creada por el obispo de San Crist¨®bal de las Casas, Samuel Ruiz. Y una tregua estable s¨®lo ser¨¢ posible cuando se reconozca oficialmente al gobernador-rebelde de Chiapas, Amado Avenda?o.
Con esta operaci¨®n el EZLN pretende dar un golpe de fuerza sin tocar: al Ej¨¦rcito mexicano, lo que conllevar¨ªa la reactivaci¨®n de la guerra. "Durante mucho tiempo insist¨ª en que est¨¢bamos creciendo, y nadie me crey¨®. Ahora lo van a creer", asegur¨® Marcos. "Pr¨¢cticamente toda la zona rural de Chiapas es zapatista. S¨®lo le queda a Robledo las ciudades, y s¨®lo algunas, y las carreteras, y s¨®lo unas pocas".
Carreteras cortadas
Horas despu¨¦s de estas palabras, buena parte de las carreteras federales del Estado amanec¨ªan cortadas por diversas organizaciones campesinas. Y un grupo de 80 hombres encapuchados y armados entraba en la localidad de Simojovel, al norte del Estado. Seg¨²n testimonios de algunos vecinos, los encapuchados leyeron un comunicado en la plaza del pueblo en el que instaban a la poblaci¨®n a nombrar a sus propias autoridades. Despu¨¦s, cuenta un comerciante, saquearon algunas tiendas. "Esto no era lo programado", dec¨ªa sin ¨¦xito uno de los guerrilleros a sus compa?eros. Tras prender fuego al registro civil, se retiraron a unos retenes que cortaban el acceso al pueblo. Los hechos se repitieron en varios municipios, si bien las informaciones que llegaban anoche eran poco precisas.El EZLN toma as¨ª de nuevo la iniciativa, que hasta ahora parec¨ªa en manos del nuevo presidente, mexicano. La ofensiva negociadora del mandatario y los contactos abiertos con los partidos de oposici¨®n hab¨ªan colocado a la guerrilla en una dif¨ªcil posici¨®n ante la opini¨®n p¨²blica, seg¨²n reconocen fuentes pr¨®ximas al EZLN.
Algo que a Marcos no parece preocuparle. "Puede estar todo el pa¨ªs pensando que el Gobierno tiene voluntad de di¨¢logo, pero los ind¨ªgenas chiapanecos saben que no es cierto, y son los que tienen las armas. Zedillo no va a resolver el problema ni por la soluci¨®n militar ni por la batalla por la imagen. Se necesita una soluci¨®n radical, y en Chiapas una soluci¨®n radical es una revoluci¨®n".
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