El Betis boicotea la fiesta del Bar?a
El Barcelona se aneg¨® en su vuelta a los bajos fondos. Calado todav¨ªa hasta los tu¨¦tanos con el olor a incienso de su epopeya europea y de sus condecoraciones varias, no acert¨® a manejar el partido ¨¢spero y espeso que le plante¨® el Betis. Fue la cr¨®nica de un tropiezo anunciado. El t¨¦cnico, Johan Cruyff; el presidente, Josep Llu¨ªs N¨²?ez, los propios jugadores. Todos se hab¨ªan conjurado y parapetado tras un miedo acervo para recibir al equipo menos, goleado, con diferencia, de Primera Divisi¨®n. La tormenta de ideas timoratas prepar¨® una noche de juego confuso y actitudes conservadoras.El Betis construy¨® una muralla s¨®lida con cimientos tan roque?os como el marcaje al que Ure?a someti¨® a Romario, la multiplicaci¨®n de R¨ªos para tapar huecos, la voluntariedad de Josete en su complicada tarea de detener a un activo Stoichkov y la facilidad de Merino para encarar a Jordi Cruyff. La expulsi¨®n de Men¨¦ndez no supuso grandes retoques. Acaso un imperceptible paso atr¨¢s de su media punta, Cu¨¦llar. ?l s¨®lo -dadas las bajas de Stosic, Vidakovic y Gordillo- se bast¨® para darle sentido ofensivo a su equipo. No hubo nadie capaz de pararle. La artrosis en la medular del Barcelona fue evidente.
Tras unos minutos de completo dominio azulgrana en el segundo tiempo, el Betis marc¨® su gol despu¨¦s de la pen¨²ltima incursi¨®n de Cu¨¦llar acompa?ada de una discutible decisi¨®n de Brito Arceo. El ¨¢rbitro fue tan riguroso en la. segunda tarjeta a Men¨¦ndez -por chutar a puerta a pesar de hab¨¦rsele se?alado un fuera de juego- como con el penalti de Iv¨¢n a Cu¨¦llar. El Barcelona las pas¨¦ moradas para reaccionar. El equipo andaluz le perdon¨® un par de veces la ejecuci¨®n sumarial. En dos acciones casi consecutivas Aquino se apiad¨® del Barcelona. Tres minutos despu¨¦s Koeman envi¨® al travesa?o un penalti con el que fue castigado un agarr¨®n de R¨ªos a Jordi. La noche no conced¨ªa el menor atisbo de redenci¨®n al equipo azulgrana.
Pero la fiesta acab¨® en paz gracias al flagrante error b¨¦tico que permiti¨® una llegada en solitario al ¨¢rea de Abelardo. El zapatazo del central asturiano premi¨® a una parroquia indulgente. Gracias tambi¨¦n a los antecedentes de cuatro ligas anteriores que han instalado el optimismo en la grada del Camp Nou, tan pesimista por naturaleza, y que en otras ocasiones no hubiera perdonado ni la indolencia de Romario ni sufrir el cuarto partido consecutivo sin que los suyos le ofrezcan la victoria.
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