El Celta se cobra muchas revanchas en Riazor
La rutina del derby gallego se rompi¨® por el lado menos previsible. Esta vez hubo goles, nervio y hasta momentos de f¨²tbol. El bot¨ªn se lo llev¨® el m¨¢s d¨¦bil. El Celta se cobr¨® anoche muchas revanchas. Sobre todo alcanz¨® la suprema satisfacci¨®n de contemplar a sus pies a un vecino que inopinadamente hab¨ªa logrado ascender de clase social. La presi¨®n y el orden de los vigueses desquiciaron al Deportivo, que acab¨® d¨¢ndose de bruces con lo peor de su pasado cuando Donato tir¨® un penalti al cielo y se abati¨® la ilusi¨®n por la remontada.Carlos Aimar no llena muchas p¨¢ginas de peri¨®dicos ni alimenta las pasiones nocturnas de la radio. Su escasa popularidad proviene de detalles puramente anecd¨®ticos, como su man¨ªa de llevar siempre encima una bufanda roja y animar a los jugadores propinandoles una palmada en el pecho. Pero el entrenador argentino ha pasado ya por banquillos tan legendarios como el del Boca Juniors. En Espa?a siempre tuvo novias m¨¢s bien feuchas como el Logro?¨¦s o el Celta. Sin embargo, sus equipos siempre tienen un sello inconfundible. Son grupos trabados con un orden casi rectil¨ªneo, defensivos por obligaci¨®n, pero siempre cuidadosos con la pelota.
El Celta fue anoche un genuino producto de Aimar. La f¨®rmula se podr¨ªa resumir as¨ª: si el rival tiene el talento nosotros nos adue?amos del terreno. Desde el saque inicial, los vigueses expropiaron la parcela de Riazor. Sin marruller¨ªas ni trampas. S¨®lo con orden, toque corto y presi¨®n. Un tormento para el Deportivo.
Con el p¨²blico a¨²n buscando su asiento, el Celta aprovech¨® su abrumador dominio en la zona ancha del campo. Iban s¨®lo dos minutos y la defensa del Deportivo estaba ausente. Gudelj se anticip¨® a una asistencia de Merino y gan¨® con solvencia el mano a mano frente a Lia?o.
Lleg¨® la segunda parte y el Celta dispar¨® otra vez antes de preguntar. El Deportivo sali¨® con los nervios a flor de piel, desconcentrado e impreciso. Losada lo aprovech¨® en un santiam¨¦n y Riazor vio ya el rostro de la derrota.
El gol de Bebeto a falta de 13 minutos s¨®lo fue un consuelo en la agon¨ªa. Ni siquiera en un momento tan agobiante, con lo futbolistas al borde de la taquicardia, perdi¨® el Celta su proverbial colocaci¨®n.
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