Contaminaci¨®n italiana
La t¨®nica de relativa estabilidad y discreta mejor¨ªa que, a lo largo de noviembre, caracteriz¨® a los mercados financieros espa?oles ha dado paso a un escenario de renovadas incertidumbres y tensiones en las primeras semanas del mes de diciembre. La depreciaci¨®n sufrida por la peseta frente al marco alem¨¢n desde principios de mes (del orden del 1%, ha marcado m¨ªnimos anuales pr¨®ximos a 84,50 por marco), la ca¨ªda de casi un 3% en el ¨ªndice general de la Bolsa de Madrid y, en id¨¦ntico periodo, el fuerte repunte de las rentabilidades de la deuda a medio y largo plazo (entre 0,45 y 0,70 puntos porcentuales) son n¨ªtidos exponentes de las dudas crecientes con que los mercados contemplan los activos denominados en pesetas en la despedida del a?o.Frente a los otros episodios de crisis que han jalonado el a?o en nuestros mercados financieros y salvo, quiz¨¢, la minitormenta monetaria de agosto (con elevaciones de tipos en Italia y Suecia), en esta ocasi¨®n se identifica un claro protagonismo del tipo de cambio de la peseta. La r¨¢pida depreciaci¨®n sufrida frente al marco se ha traducido en fuertes presiones alcistas sobre los tipos interbancarios, al anticipar los mercados la posibilidad de que Banco de Espa?a (BE) termine vi¨¦ndose obligado a subir tipos pasa defender a la peseta, lo que a su vez ha contribuido al deterioro de expectativas burs¨¢tiles y del mercado de deuda. ?Tendr¨ªa sentido una actuaci¨®n del BE en la direcci¨®n descontada por los mercados? Como las ¨²ltimas tormentas monetarias han demostrado, las elevaciones de tipos en defensa, de una moneda s¨®lo pueden aspirar a tener ¨¦xito (y aun as¨ª no siempre lo consiguen) sobre la base de muy s¨®lidos fundamentos econ¨®micos. En ocasiones, sin embargo, las autoridades monetarias se ven obtigadas a actuar en solitario y a subir tipos "testimonialmente" a fin de hacer notar su "disconformidad" con la evoluci¨®n del tipo de cambio de su moneda. ?se fue el caso de la subida de tipos decidida por Italia en agosto.
?Puede hablarse en estos momentos de soledad del BE? ?Reflejan las actuales presiones vendedoras sobre los activos en pesetas una p¨¦rdida de la credibilidad exterior de la pol¨ªtica econ¨®mica? La respuesta no puede ser afirmativa (al menos, no totalmente) cuando, por un lado, acaba de ratificarse el apoyo a una pol¨ªtica econ¨®mica y presupuestaria que ahonda en la di recci¨®n de reformas estructurales y de con trol del gasto p¨²blico y, por otro, se observa que el castigo sufrido por los activos en pesetas se enmarca en un proceso de deterioro casi generalizado en los mercados europeos. Es cierto, en efecto, que las primas de riesgo exigidas a inversiones en pesetas han aumentado significativameirite en las ¨²ltimas semanas (tomando al marco alem¨¢n como referencia), pero no menos cierto es que, hasta ahora, dicho incremento no ha sido muy distinto al que han sufrido, por ejemplo, los activos en francos franceses (menor) y liras italianas (mayor). En este deterioro del franco y, sobre todo, de la lira italiana (ante el que parece ser inminente final del Gobierno Berlusconi) hay que buscar buena parte de las claves que explicar¨ªan el deterioro sufrido por la peseta y el resto de mercados financieros espa?oles. Como suele ser habitual, Espa?a tiende a contagiarse con facilidad ante la inestabilidad en el pa¨ªs transalpino. En esta ocasi¨®n, sin embargo, el contagio puede ser muy intenso a la vista de los recientes acontecimientos -?pol¨ªticos, financieros, judiciales?- que pueden restar cr¨¦dito exterior, pol¨ªtico y econ¨®mico a nuestro pa¨ªs.
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