Un 'comando' isl¨¢mico tiene secuestrado un avi¨®n en Argel con unos 160 pasajeros tras matar a dos rehenes
Argelia vive estas Navidades con los ojos puestos en una enorme estrella, en forma de Airbus, que se encuentra secuestrada en el aeropuerto Huari Bumedian, en Argel, en poder de un comando integrista armado. En el interior del avi¨®n, de la compa?¨ªa Air France, permanec¨ªan en el momento, de iniciarse el incidente, la pasada Nochebuena, 226 viajeros, de los que 63 han sido liberados y otros dos asesinados: un polic¨ªa argelino y un diplom¨¢tico vietnamita .
El avi¨®n de la compa?¨ªa a¨¦rea Air France con 226 pasajeros a bordo, m¨¢s 12 miembros de la tripulaci¨®n, fue secuestrado el d¨ªa de Nochebuena en el aeropuerto Huarl Bumedian, en Argel, por un comando de cinco militantes integristas pertenecientes al Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), el m¨¢s radical y violento de los que mantienen en jaque al r¨¦gimen argelino desde hace m¨¢s de dos a?os, cuando se interrumpi¨® el proceso democr¨¢tico.Los secuestradores accedieron al avi¨®n de forma a¨²n no conocida, en el momento en que se proced¨ªa al embarque de los pasajeros y en que el aparato se dispon¨ªa a iniciar el vuelo de Argel a Par¨ªs, donde deb¨ªa llegar a las 13.45 del d¨ªa de Nochebuena. Los piratas del aire, vestidos con trajes de operarios o de empleados de una compa?¨ªa a¨¦rea nacional, lograron entrar en el avi¨®n utilizando alg¨²n enga?o despu¨¦s de haberse hecho con los pasaportes de algunos viajeros, a los que utilizaron tambi¨¦n como rehenes y amenazaron con armas de fuego.
Desde el momento del secuestro del avi¨®n, a las. 11.15 horas de la ma?ana del s¨¢bado, el avi¨®n permanece aparcado en un extremo del aeropuerto Huari Bumedian, aislado y solitario. Las fuerzas de seguridad est¨¢n escondidas en permanente alerta, tratando de no provocar m¨¢s tensiones que las necesarias. A lo lejos, como a unos 300 metros del aparato, est¨¢n en atenta vigilancia un grupo de infatigables periodistas. A su lado permenecen una bater¨ªa de coches d e bomberos y un grupo de ambulancias.
En el interior del avi¨®n, seg¨²n algunos testigos y pasajeros liberados, reina una larga y dura tensi¨®n. Todo se inici¨® con gritos de amenazas, a los que siguieron c¨¢nticos del Cor¨¢n y que lleg¨® a su momento culminante momentos despu¨¦s, cuando los secuestradores descubrieron en un momento dado entre el pasaje, la presencia de un polic¨ªa argelino, que vest¨ªa de paisano. Le sacaron al exterior, le llevaron hasta la pasarela y le asesinaron de un tiro en la cabeza.
"No me mat¨¦is tengo un hijo", exclam¨® momentos antes de morir. Su cuerpo qued¨® extendido en el exterior. En un lugar imposible de precisar, al otro lado de la verja del aeropuerto. Pero seg¨²n los expertos, que est¨¢n escudri?ando permanentemente el aparato, con prism¨¢ticos de largo alcance, el cad¨¢ver se encontrar¨ªa al pie de la escalerilla, muy cerca de otro cuerpo, el de un diplom¨¢tico vietnamita encargado de los servicios comerciales de su embajada en Argel desde hace aproximadamente dos a?os. Se desconocen con exactitud las circunstancias concretas que han rodeado este segundo asesinato.
Al conocerse el secuestro se form¨® en Argel una c¨¦lula de crisis ministerial dirigida por el responsable de la cartera del Interior, y con sede en el mismo aeropuerto, pero que a lo largo de los dos d¨ªas ha ido cambiando de despacho. Ellos han sido los encargados de iniciar una larga y confusa, negociaci¨®n, en la que los secuestradores han planteado todo tipo de reivindicaciones. Mientras que en un principio ped¨ªan el despegue del avi¨®n, despu¨¦s reclamaban la liberaci¨®n de los principales l¨ªderes del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS), Abassi Madani y Ali Belhay.
Una larga espera
Pero nada de eso parece serio. Cada hora, que pasa se cambian las bases (le la negociaci¨®n. La espera se alarga. Parece trazarse en el horizonte una estrategia claramente definida, con la que las autoridades pretender¨ªan cansar a los secuestradores para lanzar despu¨¦s en un momento concreto el asalto final y la liberaci¨®n, sin provocar la matanza de todos los rehenes.
Los familiares de algunos de los secuestradores, entre ellos la madre del supuesto jefe del comando, el emir del GIA Yahia Abdu Abdal¨¢, fue conducida por las autoridades hasta cerca del avi¨®n, en un intento de convencer a su hijo para que depusiera las armas. La respuesta fue contundente: el comando dispar¨® una r¨¢faga con sus armas contra la torre de control.,
Luego vuelve el silencio, que se interrumpe con nuevos y aislados disparos. Vienen del mterior del avi¨®n. Nadie sabe o que pasa. En otras ocasiones se abre la portezuela y salen con cuenta gotas y hasta el exterior alguna de las mujeres liberadas. Tambi¨¦n algunos ni?os. Las ¨²ltimas informaciones aseguran que en el interior del avi¨®n permanecen ya s¨®lo los hombres.
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