Silencio, se mata
"Silencio, se mata". Desde hace unas semanas, s¨®lo los comunicados del Ministerio del Interior argelino informan a la opini¨®n p¨²blica de lo que ocurre en el pa¨ªs. Dan una relaci¨®n semanal de los muertos supuestamente islamistas, pero en lo que se refiere a las p¨¦rdidas en las filas militares y civiles, normalmente son ignoradas o minimizadas. La informaci¨®n en un ¨²nico sentido. es una confesi¨®n de debilidad. Quiz¨¢ haya sido para recordar, al mundo que las fuerzas islamistas siguen teniendo la iniciativa de la guerra por lo que se ha secuestrado un avi¨®n de Air France precisamente en Navidad, una fecha que coincide con el tercer aniversario de la victoria del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) en aquellas elecciones legislativas que m¨¢s tarde fueron anuladas por el poder.
Aun suponiendo que el comando que ha secuestrado el avi¨®n no hubiera actuado de acuerdo con los dirigentes del movimiento islamista, el secuestro prueba tres cosas: que el Gobierno argelino no logra garantizar la seguridad del pa¨ªs; que ha logrado implicar a Francia en el conflicto, y ha sido por la presi¨®n de Par¨ªs por lo que el jefe de Estado argelino ha dejado partir el avi¨®n a Marsella; y finalmente, por si acaso alguien lo hubiera olvidado, que la determinaci¨®n de los combatientes islamistas es radical.
Con independencia del desenlace de este secuestro, el Gobierno argelino ha registrado una de sus grandes derrotas. Y la situaci¨®n no es menos dram¨¢tica para el pueblo argelino.
Cada d¨ªa que pasa caen m¨¢s por tierra las esperanzas de ese pueblo. Una manera de encontrarse con los muertos, arrojados por centenares en fosas comunes. Como si estuviera bajo el efecto de `una maldici¨®n, Argelia pierde su sangre, asesina su inteligencia y mata o deja que se masacre a las mujeres y a los ni?os. Seg¨²n una informaci¨®n publicada el 22 de diciembre por el diario independiente Le Matin, del 7 de agosto de 1993 al 19 de noviembre de 1994 han sido asesinadas 211 mujeres. Doscientas once mujeres, entre las cuales hab¨ªa dieciocho videntes y echadoras de cartas cuyo crimen era prever el futuro.
A esa desgracia sin raz¨®n, a la muerte desprovista de sentido, sucede un nihilismo de nuevo tipo, el nihilismo de la repetici¨®n. De ese modo, la terrible violencia de los extremistas isl¨¢micos se ve respondida por la brutalidad sin l¨ªmite del Gobierno argelino. Y el que paga es siempre el mismo: el pueblo. Est¨¢ solo, Est¨¢ abandonado como esos ni?os que tienen miedo de jugar en unos jardines que se han convertido en el escenario de los ajustes de cuentas entre dos bandas rivales. Se ha alejado a los testigos, obre todo a los observadores extranjeros, los periodistas y os militantes de los derechos humanos. Desde hace m¨¢s de dos a?os, en los quioscos argelinos no se vende ning¨²n pieri¨®dico extranjero.
M¨¢s de seiscientas escuelas han sido parcialmente destruidas o incendiadas. Ciento setenta y ocho alcald¨ªas han sido destruidas. Y algunos centros vitales del pa¨ªs han sido v¨ªctima de operaciones de sabotaje, lo que ha llevado consigo importantes cortes de gas y electricidad. Cuando los periodistas no son blanco de los islamistas, se ven amenazados de cierre o de procesos judiciales por el Gobierno.
Los unos reivindican sus acciones terroristas y hablan encantados en los medios de comunicaci¨®n internacionales de "territorios liberados". Los otros responden con una gran violencia y, sobre todo, no quieren que se hable. Es posible que en el Ej¨¦rcito argelino. alguien se haya acordado de la forma como el Gobierno sirio elimin¨® fisicamente en 1983 a m¨¢s de dos mil Hermanos Musulmanes reunidos en la peque?a ciudad de Hama: un bombardeo sistem¨¢tico. Masacre casi. total. Felizmente, los supervivientes pudieron huir y dar testimonio de lo ocurrido. Sin ellos, el mundo no hubiera sabido jam¨¢s lo que pas¨® aquella famosa noche. Seg¨²n la Falange libanesa, esa operaci¨®n de liquidaci¨®n se sald¨¦ con nueve mil muertos. Damasco no lo ha desmentido ni confirmado nunca.
Hoy, las fuerzas de represi¨®n de Argelia han optado por una soluci¨®n radical. Se admite que en el mont¨®n haya v¨ªctimas inocentes. Es la ley de la guerra, una guerra que no es nombrada por su nombre. Y para llevar a cabo esa limpieza se ha ido instaurando poco a poco una puerta cerrada". Los argelinos que logran abandonar el pa¨ªs dan testimonio en la prensa internacional de lo que est¨¢ sucediendo en su pa¨ªs. Los Gobiernos europeos observan un, prudente silencio. Los otros pa¨ªses magreb¨ªes no se arriesgan a mezclarse en este drama.
En todo caso, nadie se aventura a reprochar al Gobierno argelino los m¨¦todos utilizados para luchar contra la guerrilla isla mista. S¨®lo Amnist¨ªa Internacional y las ligas de defensa de los derechos humanos han publicado textos de denuncia. La actitud de Par¨ªs en el caso del Airbus secuestrado prueba que Francia ya no conf¨ªa en los dirigentes argelinos.
La s¨¦ptima cumbre isl¨¢mica, que tuvo lugar en Casa blanca del 13 al 15 de diciembre pasados, y que reuni¨® a m¨¢s de cuarenta jefes de Esta do o de Gobierno, apoy¨® a Argelia en su postura, puesto que conden¨® sin ninguna ambig¨¹edad el fen¨®meno islamista y se comprometi¨® a "abstenerse de apoyar a los elementos integristas que operen en terceros pa¨ªses". Ese llamamiento a la no injerencia y al respeto a la coexistencia pac¨ªfica era una respuesta conforme a las que .jas del r¨¦gimen argelino, lo que permiti¨® al ministro de Asuntos Exteriores hacer declaraciones a la prensa afirmando que Argelia est¨¢ camino de arreglar su problema interno.
La lucha entre el Ejercito y los movimientos islamistas es total." Todas, las tentativas de di¨¢logo han fracasado. Por el momento, no es posible. ver salida a esta crisis que dura ya mucho tiempo. El pa¨ªs ha estado dirigido siempre por los militares, no hay pues, tradici¨®n democr¨¢tica, ni disponibilidad para una alternancia. Ganar¨¢ el m¨¢s fuerte, el m¨¢s destructor.
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