La aproximaci¨®n a los pa¨ªses del Este, principal logro de la presidencia de Helmut Kohl
?Qu¨¦ recordar¨¢ la historia del semestre de presidencia alemana ahora finalizado? Sin lugar a dudas el fuerte impulso que ha impreso a la aproximaci¨®n de los pa¨ªses del Este a la UE. Y quiz¨¢, los primeros pasos hacia una aut¨¦ntica pol¨ªtica mediterr¨¢nea. Muy poco m¨¢s. "Los alemanes no han gestionado mucho mejor que los griegos[sus antecesores]", opinan distintos analistas. El semestre ha consagrado tambi¨¦n el inicio del despegue econ¨®mico. Los Doce han echado las campanas al vuelo, pero no la casa por la ventana. Han acordado proseguir una pol¨ªtica econ¨®mica de rigor.
A¨²n no hab¨ªa inaugurado su presidencia semestral del Consejo de Ministros de la UE y Helmut Kohl cosechaba, el 25 de junio en la isla griega de Corf¨², su primer fracaso. El candidato del eje germano-franc¨¦s para sustituir a Jacques Delors al frente de la Comisi¨®n Europea, el belga Jean-Luc Dehaene, era vetado por Londres. La rapidez y contundencia de Kohl en encontrarle un sustituto -el luxemburgu¨¦s Jacques Santer- hac¨ªa presagiar una presidencia activa y en¨¦rgica.Un cierto optimismo renac¨ªa, al comp¨¢s de la incipiente recuperaci¨®n econ¨®mica -ya se sabe que las recesiones no son buenas piara la contrucci¨®n europea- Yse apoyaba en un ambicioso y detallado programa para el semestre alem¨¢n: en econom¨ªa, relaciones exteriores, proximidad de la UE a los ciudadanos...
De todo el programa "quedar¨¢ para la historia la aproximaci¨®n a los pa¨ªses del Este", eval¨²an fuentes de la Comisi¨®n. Es decir, la foto de los Quince con los pecos (los seis pa¨ªses de Europa central y del Este: Polonia, Flungr¨ªa, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia, Rumania y Bulgaria). El Consejo Europeo de Essen aprob¨®, en efecto, una estrategia de preadhesi¨®n con dos patas: la pol¨ªtica, mediante un "di¨¢logo estructurado", que supone su presencia en el Consejo y otros organismos de la Uni¨®n; y la econ¨®mica, con el objetivo de lograr una zona de libre cambio industrial para 1998 y de fomentar la adaptaci¨®n de esos pa¨ªses a la econom¨ªa de mercado y a las reglas comunitarias. Para lograrlo se decidi¨® elaborar en los pr¨®ximos meses un Libro Blanco espec¨ªfico.
"Mirado con la perspectiva de cinco a?os atr¨¢s, que es como deben mirarse estos pasos, el avance, aun cuando no sea m¨¢s que la confirmaci¨®n de los trabajos previos, es impresionante", insisten estas fuentes. Supone un paso decisivo en el "gran intento de la UE de adaptarse al inundo posterior a la guerra fr¨ªa".
Especialmente porque no se limita solamente al antiguo tel¨®n de acero. Va acompa?ado de la bendici¨®n de la nueva pol¨ªtica mediterr¨¢nea propuesta por la Comisi¨®n, de igual ambici¨®n (zona de libre mercado, apoyo estructural, di¨¢logo pol¨ªtico) e inyecciones financieras "equilibradas", salvo que, a diferencia de lo que se pretende con los pecos, no tiene como objetivo ¨²ltimo la integraci¨®n del norte de ?frica en la UE. Este gran intento de adaptaci¨®n se completa con unas nuevas relaciones asi¨¢ticas y, sobre todo, con un reto a EE UU: el mercado com¨²n UE-Mercosur para el a?o 2001 (560 millones de consumidores), cuya negociaci¨®n ya cuenta con un protocolo de intenciones, firmado el 22 de diciembre.M¨¢s all¨¢ de esta importante pica en Centroeuropa y otras zonas de influencia, "los alemanes no han gestionado mucho mejor que los griegos", coinciden fuentes diplom¨¢ticas espa?olas y analistas como Brigitte Kols, del Frankfurter Rundschau. La presidencia griega cerr¨® muy correctamente en primavera la negociaci¨®n de adhesi¨®n de los pa¨ªses n¨®rdicos. La alemana hab¨ªa despertado muchas expectativas. Pero tropez¨® con un gran obst¨¢culo: el proceso electoral interno, apenas dos meses antes de la cumbre de Essen. Algo que le ocurrir¨¢ tambi¨¦n a los franceses, quienes toman ahora el relevo de Bonn.
Severamente criticado en la sesi¨®n plenaria de diciembre del Parlamento Europeo por sus escasos avances en grandes redes transeuropeas de transporte o por el aplazamiento de la creaci¨®n de Europol (el FBI de la UE), el canciller Kohl devolvi¨® el ¨¢cido comentario a los parlamentarios: "S¨®lo la quinta parte de los diputados est¨¢ aqu¨ª presente".
M¨¢s all¨¢ de la rabieta, el presidente saliente puso el dedo en la llaga al recordar que buena parte de los fracasos que se le imputaban no deben cargarse ni en su balance ni en el de Bruselas, sino en el de los Estados miembros: "Nadie se ha comprometido m¨¢s que yo en favor de una polic¨ªa internacional", se defendi¨®, recordando las resistencias de los Parlamentos nacionales ante esta idea. "Volved, pues, a vuestra casa a convencer a vuestros diputados", les dijo.
Y es que las cr¨ªticas suelen dirigirse a la Comisi¨®n, al Consejo o a los Gobiernos, pero tampoco los depositarios de la soberan¨ªa europea han destacado por su eficacia, como lo demuestra el reiterado fracaso del Parlamento en desarrollar las competencias que les otorg¨® el Tratado de Maastricht, ejemplificado en su incapacidad para elegir un Defensor del Pueblo europeo.
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