El bombardeo de meteoritos sobre la rescatada 'Eureca' permite evaluar el riesgo espacial

El espacio no ser¨¢ nunca un ambiente amistoso para el ser humano, y adem¨¢s la basura espacial va en aumento, a juzgar por los resultados del estudio de los da?os sufridos por la plataforma Eureca durante sus m¨¢s de diez meses de permanencia en ¨®rbita de la Tierra. Construida por la Agencia Europea del Espacio (ESA), el objetivo de Eureca, en ¨®rbita a 500 kil¨®metros de altura, fue servir de base para realizar diversos experimentos de larga duraci¨®n.Tras ser dejada en el espacio por un transbordador el 2 de agosto de 1992 Eureca fue recogida por otro en junio de 1993, cuando llevaba 326 d¨ªas en ¨®rbita. La misi¨®n fue un ¨¦xito pero, adem¨¢s., su vuelta a la Tierra, con paneles solares y todo, ha dado a los especialistas una oportunidad casi ¨²nica de evaluar directamente las consecuencias del peligroso bombardeo a que se ven sometidos todos los cuerpos en ¨®rbita.

En la parte frontal de los grandes paneles solares de la Eureca, con una superficie total de 99 metros cuadrados de cristal, se pueden observar a simple vista m¨¢s de 1.000 impactos de micrometeoritos, naturales o artificiales. En la parte posterior, recubierta de un material mucho m¨¢s blando, el Kapton, el n¨²mero de impactos visibles no supera los 135.

Manta t¨¦rmica

En el cuerpo central de la plataforma, mucho menor en superficie (unos 40 metros cuadrados), se detectan 71 agujeros, es decir, cuerpos que llegaron a perforar la Manta t¨¦rmica protectora, aunque se supone que los impactos fueron muchos m¨¢s. El tama?o de los agujeros, oscila entre los 0,1 mil¨ªmetros y varios mil¨ªmetros. En los paneles solares, el mayor cr¨¢ter tiene 6,4 mil¨ªmetros de di¨¢metro, mientras que en el cuerpo, tiene 2 mil¨ªmetros, justo sobre el logotipo de la ESA.

Estas cifras indican que Eureca sufri¨® un flujo de micrometeoritos mayor que la ¨²nica otra plataforma recuperada, a finales de los ochenta, la LDEF. Algo que no se explican los autores del estudio, dada la orientaci¨®n de la plataforma, es que un alto porcentaje de los impactos (un 30%) sobre el cristal que cubre las c¨¦lulas solares se produjeron de lado, ya que dieron lugar a cr¨¢teres no esf¨¦ricos.

Este bombardeo no dio lugar a da?os importantes, a pesar de que dos de los impactos llegaron al interior de la plataforma. Tambi¨¦n se redujo algo la eficacia de los paneles al romperse los cristales que los cubr¨ªan, pero no se ha podido relacionar algunos fallos de energ¨ªa detectados en la plataforma con los impactos. Sin embargo, s¨ª se sabe que algunos impactos pueden estar acompa?ados de ondas de choque o perturbaciones electromagn¨¦ticas y ser la causa de los fallos en la sonda Giotto, cuando se acerc¨® al cometa Halley, y el sat¨¦lite de comunicaciones Olympus, que qued¨® fuera de servicio el a?o pasado.

En muchos casos el origen de este bombardeo es natural; son los micrometeoritos procedentes del espacio que bombardean constantemente la Tierra sin que se enteren sus habitantes, pero en otros casos el origen est¨¢ en la propia Tierra. Estos perdigones espaciales son restos de los miles de trozos de naves espaciales que se desintegraron o se dejaron en el espacio en los ¨²ltimos 25 a?os y que constituyen un peligro permanente para cualquier estaci¨®n espacial, como la que tienen en proyecto actualmente Estados Unidos, Rusia, Europa, Canad¨¢ y Jap¨®n.

Conclusiones

Por eso los t¨¦cnicos de la ESA se han dedicado a estudiar los impactos sufridos por la plataforma Eureca y a intentar sacar conclusiones, especialmente sobre la vulnerabilidad de las partes m¨¢s delicadas o menos protegidas, corno son los papeles solares, que en el caso de Eureca tienen una longitud de 20 metros.

Se estima que existen unos 7.000 grandes objetos de origen terrestre en ¨®rbita de la Tierra, que pueden ser seguidos con radar o con medios ¨®pticos, explican R. Aceti y G. Droslhagen, del centro tecnol¨®gico de la ESA (ESTEC) en Holanda en un art¨ªculo en el que presentan las conclusiones de su trabajo, pero hay muchos miles m¨¢s tan pequenos que no pueden ser seguidos ni detectados.

El riesgo de colisi¨®n con un gran objeto o un gran meteorito es muy peque?o para un veh¨ªculo en ¨®rbita, pero la velocidad con la que chocan contra ¨¦l part¨ªculas muy pequ?as de no m¨¢s de un mil¨ªmetro de di¨¢metro- es tal -10 kil¨®metros por segundo para la basura espacial y 20 kil¨®metros por segundo para los micrometeoritos naturales que causan cr¨¢teres perfectamente visibles, pueden penetrar los escudos de las naves y llegar a da?ar los equipos internos.

Para un ser humano que trabaje fuera de la nave, ser¨ªa como encontrarse con un b¨®lido a 36.000 kil¨®metros por hora.

El panel del 'Hubble'

Hasta ahora solo se hab¨ªan podido estudiar tres sat¨¦lites recuperados y una plataforma, la LDEF, todos ellos a finales de los ochenta. El estudio de Eureca y el que ya se ha iniciado del panel solar cambiado en el telescopio Hubble a finales de 199,2 permitir¨¢n conocer la evoluci¨®n de esta lluvia de meteoritos artificiales y naturales y perfeccionar los modelos de este flujo. Por ahora, el estudio no ha llegado a distinguir el origen de los impactos. Esta fase se est¨¢ haciendo actualmente con an¨¢lisis qu¨ªmico.