Poliakov se acerca al r¨¦cord de estancia en ¨®rbita al cumplir un a?o en la 'Mir'
El cosmonauta ruso Val¨¦ri Poliakov ha cumplido un a?o del comienzo de su estancia en la estaci¨®n Mir, en ¨®rbita desde hace nueve a?os. Tiene previsto quedarse all¨ª hasta el pr¨®ximo mes de abril para convertirse en el plusmarquisita mundial de la permanencia de un ser humano en el espacio.Poliakov, que cumpli¨® el pasado domingo el a?o de estancia, efect¨²a un estudio sobre los diferentes aspectos del vuelo interplanetario con destino a Marte que posiblemente se realice dentro de unos a?os. Seg¨²n el vicedirector del Instituto ruso de problemas m¨¦dicos-biol¨®gicos, Val¨¦ri Bogom¨®lov, Poliakov est¨¢ perfectamente preparado para ello a debido a sus excelentes condiciones f¨ªsicas.
"Una de las mayores sorpresas para los cient¨ªficos", afirma Bogom¨®lov, "es el extraordinario estado de salud de Poliakov tras un a?o en el espacio". El cosmonauta tiene 51 anos y es ya abuelo de dos nietos.
Los m¨¦dicos esperaban algunos cambios fisiol¨®gicos en su organismo, pero no ha sido as¨ª. Sin embargo, cuando Poliakov regrese a la Tierra deber¨¢ someterse a un largo periodo de rehabilitaci¨®n, que no diferir¨¢ del tratamiento al que ser¨¢n sometidos los cosmonautas Alexandr Viktorenko y Elena Kond¨¢kova, que retornar¨¢n con ¨¦l y que llevan menos tiempo en el espacio.
El r¨¦cord batido en su segundo vuelo al espacio es lo que menos preocupa a Nelia Fi¨®dorovna Poliakova, su esposa, quien dice no sentir apego alguno por las plusmarcas. Seg¨²n Poliakova, quien lleva bastante cuesta arriba lo de ser la esposa de un cosmonauta, le alegran los ¨¦xitos cosechados por su marido, "pero s¨®lo porque a ¨¦l le hacen feliz y son su meta profesional. No deseo que mi marido vuele un d¨ªa a Marte, ya que no quiero que someta su vida a un riesgo de tal magnitud. Pero si se lo proponen y acepta, lo apoyar¨¦".
Durante su estancia en el espacio, Poliakov ha sido protagonista de no pocas vicisitudes en la estaci¨®n Mir, entre ellas, la del pasado 2 de septiembre, cuando, tras dos intentos fallidos, los t¨¦cnicos del centro de control saludaron con suspiros de alivio y nerviosos aplausos el acoplamiento manual de la nave Progress-M-24, cargada de alimentos y equipos t¨¦cnicos imprescindibles para que pudiera continuar el programa espacial ruso. El acoplamiento era vital para la propia estaci¨®n espacial, ya que s¨®lo quedaban v¨ªveres y ox¨ªgeno para dos semanas y la Mir requiere personal a bordo para su mantenimiento.
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