Pol¨¦micos cambios en 'The Guardian' y 'The Observer'.
Recelos ante el ascenso de Peter Preston
Ha sido la comidilla en las tertulias profesionales, adem¨¢s de haber ocupado los titulares de los peri¨®dicos brit¨¢nicos durante los ¨²ltimos d¨ªas. Los recientes cambios en los peri¨®dicos The Observer y The Guardian, ambos propiedad del grupo Scott Trust, han recibido toda clase de interpretaciones.
Mientras, de un lado, el cese -bajo el lenguaje cifrado de la dimisi¨®n- del que ha sido director del dominical The Observer durante los ¨²ltimos 18 meses, Jonathan Fenby, ha despertado escasa sorpresa, el ascenso del director de The Guardian, Peter Preston, al cargo de director general de ambos rotativos, ha sido interpretado por algunos sectores de la prensa del Reino Unido como un claro ejemplo de la denominada patada hacia arriba.
Si bien la defenestraci¨®n de Fenby era una cuesti¨®n cantada, ante su fallido intento de recuperar la tirada de The Observer, comprado por los propietarios de The Guardian hace dos a?os, la marcha de Preston permite mayores alardes especulativos. Pero ?por qu¨¦ interpretaciones tan perversas cuando nadie se atreve a discutir los m¨¦ritos de este veterano periodista? La respuesta habr¨ªa que encontrarla en los ¨²ltimos y agitados episodios protagonizados por The Guardian.
Peter Preston, de 56 a?os, estaba a punto de cumplir 20 a?os como director de The Guardian con un balance claramente positivo. El diario, uno de los pocos que no se han sometido a la tiran¨ªa de la guerra de precios iniciada por el magnate Rupert Murdoch con The Times, ha mantenido su tirada por encima de los 400.000 ejemplares. Adem¨¢s, Preston hab¨ªa logrado imprimir un estilo renovado, con nuevos cuadernillos y secciones que han tenido un ¨¦xito indiscutido.
Sin embargo, opinan los defensores de la teor¨ªa de la patada, dos episodios ocurridos el pasado oto?o han venido a minar su posici¨®n en el grupo. Uno de estos incidentes, por el que Preston tiene a¨²n pendiente una comparecencia ante la C¨¢mara de los Comunes, es el del fax falsificado utilizando el logotipo de la C¨¢mara para obtener una factura del hotel Ritz de Par¨ªs. El caso del fax falsificado hizo correr r¨ªos de tinta el pasado oto?o en medio de la polvareda levantada por el rotativo en torno a los casos de corrupci¨®n descubiertos en el Gobierno conservador.
El segundo y m¨¢s reciente episodio, en el que uno de los veteranos miembros de la plantilla, el redactor jefe de cultura, Richard Gott, se vio obligado a dimitir tras ser acusado de agente del KGB, ha sido m¨¢s enojoso para el diario.
Aun as¨ª, otros consideran que Peter Preston ha aumentado su poder en el grupo que edita The Guardian y The Observer. Hace tiempo que Preston, dicen ¨¦stos, est¨¢ m¨¢s interesado en cuestiones empresariales que en las puramente period¨ªsticas, y se encontrar¨ªa ahora con las manos libres para frenar la sangr¨ªa econ¨®mica provocada por The Observer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.