El Taugr¨¦s gana por eliminaci¨®n
El Real Madrid acusa las personales en un dur¨ªsimo partido
?spero, duro, intenso, aut¨¦ntico. El choque que disputaron Real Madrid y Taugr¨¦s no fue una bagatela, precisamente. Todo lo contrario, se revisti¨® de todos los aditamentos necesarios para poder ser catalogado como un partidazo. Se med¨ªan dos s¨®lidos bloques que, adem¨¢s, no repararon en la m¨¢s m¨ªnima concesi¨®n. El enfrentamiento, por otro lado, nunca tuvo un due?o claro y eso contribuy¨® al espect¨¢culo, esta vez emparentado con la emoci¨®n y, casi, el drama.La seriedad exhibida por el Madrid, unida a su esfuerzo defensivo y aderezado con el poder resolutivo de Arlauckas en ataque, propici¨® una primera impresi¨®n falsa: la de que los blancos ten¨ªan el control y el mando. As¨ª lo parec¨ªa ratificar el marcador, que daba cuenta de las amenazas de fuga de los de Obradovic. El Madrid estir¨® en varias ocasiones su ventaja a los siete puntos (19-12, minuto 9; 33-26, minuto 13) e incluso roz¨® la frontera de la decena (41-32, minuto 17). Pero el Taugr¨¦s siempre estaba ah¨ª.
Los blancos tropezaban con varios obst¨¢culos. El, primero y m¨¢s evidente, la incapacidad de Ant¨²nez para llevar las riendas y marcar el ritmo. Despu¨¦s de m¨¢s de dos meses jugando 40 minutos por partido debido a la lesi¨®n de Lasa (ayer reapareci¨®, demostrando su l¨®gica lejan¨ªa de la mejor forma), al base titular madridista se le fundieron los plomos. Fue una r¨¦mora constante para su equipo. Otra tuvo que ver con la falta de tiradores. La rese?ada zona vitoriana caus¨® un colapso en el ataque blanco, incapaz de salvar el escollo con tiros externos, a excepci¨®n de los tres triples de Biriukov -del que Obradovic se olvid¨® lastimosamente en la pr¨®rroga-.
Lo peor para el Madrid fue que su presunta superioridad debajo de los tableros no existi¨®. De ello se encarg¨® Green, con su fiereza y, tambi¨¦n, con sus constantes provocaciones a Sabonis, como queriendo rememorar la batalla que el lituano mantuvo hace unas semanas con los estadounidenses del Coren Orense. Esta vez, Sabas no pico, pero si lo hicieron los ¨¢rbitros. El p¨ªvot b¨¢ltico y Mart¨ªn vivieron todo el tiempo bajo el peso de la eliminaci¨®n que, finalmente, se produjo: la del madrile?o, a 7,50 (61-63) y la de Sabonis, a 2,30 (73-74).
La quinta de Mart¨ªn coincidi¨® con el primer estir¨®n alav¨¦s, 61-68 en el minuto 33. Ahora, era el Madrid el que sacaba el acorde¨®n (61-68, un minuto despu¨¦s).
La escuadra blanca, desvirtuada sin sus dos torres, apel¨® a su arma defensiva y a punto estuvo de darle la victoria. Pero la excesiva desigualdad en faltas personales (33 se?aladas a los madridistas por 23 al Taugr¨¦s) y el consiguiente desequilibrio en los tiros libres (19 convertidos por los blancos, con infinidad de errores, eso s¨ª, algo no computable en el debe de los colegiados; 35 anotados por los hombres de Comas, muy seguros desde la l¨ªnea) decantaron el triunfo, despu¨¦s de una pr¨®rroga (80-80 al t¨¦rmino de los 40 minutos), del lado vasco. Eso, y la sensacional actuaci¨®n de Marcelo Nicola, aut¨¦ntico factor de distinci¨®n.
Triunfo estudiantil
El Estudiantes, por su parte, venci¨® sin demasiadas complicaciones al Pamesa en su visita a Valencia, por 72-82, y pali¨® as¨ª algo su mala posici¨®n en la tabla al sumar su und¨¦cima victoria.
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