Frutos del tiempo
Antoni Mestres, de Barcelona Televisi¨®, sale a la calle para hacer "meteorolog¨ªa urbana"
, Hay una suerte de escuela catalana de hombres del tiempo que se caracteriza por una clara voluntad pedag¨®gica, el detallismo en la exposici¨®n oral y un cuidado dise?o gr¨¢fico de las im¨¢genes de apoyo. Gracias a ella, la meteorolog¨ªa es popular en Catalu?a. Isobaras, milibares, frentes fr¨ªos, cirros y estratoc¨²mulos, tramontanas, ponientes o levantes son palabras que el telespectador medio no s¨®lo conoce sino que adem¨¢s comprende.'El meteor¨®logo Antonio Castej¨®n, prematuramente fallecido, fue el padre de una generaci¨®n de j¨®venes f¨ªsicos que empezaron a ocupar las pantallas de televisi¨®n con soltura, conocimiento de la materia y una gran afici¨®n.
Nada que ver con un busto parlante o con esas bellas modelos que recitan apresuradamente la lecci¨®n mientras se muestran frente a un mapa. 0 con esos militares de aviaci¨®n que aparecen en uniforme en la televisi¨®n italiana, en concreto en la RAI.
Espacio agradecido
La informaci¨®n del tiempo en la cadena auton¨®mica TV-3 o en Televisi¨®n Espa?ola en Catalu?a es un espacio agradecido que ha dado sus frutos: las informaciones tienen inter¨¦s y sus int¨¦rpretes, grandes ¨ªndices de audiencia.
La ¨²ltima novedad la ha aportado la m¨¢s modesta y reciente de las emisoras, que ahora va a cumplir tres meses. Barcelona Televisi¨®, cadena local que el ayuntamiento de esta ciudad ha impulsado en v¨ªsperas de la pre campa?a electoral a la alcald¨ªa y que emite cinco horas al d¨ªa, suple su carencia de,medios con abundancia de imaginaci¨®n. Su hombre del tiempo es Antoni Mestres, que ya ejerci¨® como tal en el centro territorial de TVE en. Catalu?a.
La principal aportaci¨®n de Mestres es que sale a la calle en busca del tiempo. Se le ve cada d¨ªa en un punto distinto de la ciudad mostrando las nubes que avanzan, los cielos l¨ªmpidos, la capa de contaminaci¨®n o la lluve que cae. Puede aparecer encaramado a lo m¨¢s alto de la torre de comunicaciones de Calatrava, en la playa, en el zoo, en el patio de una escuela, en la azotea de un banco, en la cima del Tibidabo.
"La gente suele confundir la meteorolog¨ªa con la previsi¨®n. Nosotros s¨®lo hacemos esto ¨²ltimo, pero la meteorolog¨ªa es mucho m¨¢s: es investigaci¨®n; es instrumental, es estad¨ªstica, es f¨ªsica y es, sobre todo, mucho m¨¢s que un hombre del tiempo: cientos de personas que trabajan diariamente en ella. Es lo que pretendo mostrar", afirma.
De manera que Antoni Mestres da la previsi¨®n y muestra las im¨¢genes del Meteosat, (no se necesita mucho m¨¢s y acabaremos todos con un receptor del Meteosat en casa porque cada vez son m¨¢s baratos, informa este profesional). Sin embargo, realiza peque?os reportajes que aportan una rica informaci¨®n complementaria: cuenta la historia del mayor erm¨®metro de Europa -que curiosamente se encuentra en pleno centro de Barcelona-, explica de qu¨¦ forma recoge datos un vetusto pluvi¨®metro, para qu¨¦ demonios nos interesa saber la presi¨®n atmosf¨¦rica, qu¨¦, significa ese cielo anaranjado, c¨®mo nos afecta la humedad, por qu¨¦ no llueve o, si lo hace, c¨®mo cuenta las gotas de la lluvia y mide su di¨¢metro el ¨²ltimo invento disponible en la universidad polit¨¦cnica. "Hoy 'han ca¨ªdo 1.345.227 gotas del tama?o de un perdig¨®n por metro cuadrado", demostr¨® una vez todo puntilloso Antoni Mestres.
Lo que este hombre del tiempo asegura hacer es "meteorolog¨ªa urbana". Algo que ya hacen habitualmente muchas televisiones locales norteamericanas y que da, mucho juego en una ciudad como Barcelona, que tiene mar y monta?a, diferencias de altitud notables, espacios abiertos y zonas de gran aglomeraci¨®n y densidad, un tr¨¢fico bullicioso y contaminante y cientos de miles de personas que miraban al cielo antes de salir de casa. Ahora miran la tele.
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