Alumnos de 30 pa¨ªses aprenden la tolerancia en un colegio de Marbella
Se llaman Sof¨ªa, Mir¨®, Salf, Timothy, Niguel o Mikhail, han nacido en pa¨ªses o continentes diferentes y se sirven del idioma ingl¨¦s para entenderse. Ellos son algunos de los 420 alumnos de una comunidad multi¨¦tnica, poliling¨¹¨ªstica y aconfesional, que reciben las ense?anzas de educaci¨®n b¨¢sica y media en uno de los colegios de la Costa del Sol malague?a que refleja la diversidad de los or¨ªgenes de la poblaci¨®n asentada en el litoral mediterr¨¢neo.En las aulas predominan cabelleras rubias, m¨¢s propias de una escuela de la Europa del norte que de la costa malague?a. M¨¢s de la mitad de los alumnos del colegio Aloha de Marbella, son extranjeros, y s¨®lo nueve de los 40 profesores del centro son espa?oles.
El ingl¨¦s se transforma as¨ª en c¨®digo com¨²n en esta verdadera torre de Babel para que ni?os tunecinos aprendan junto a compa?eros chinos, daneses o mexicanos las primeras letras.
El colegio, que hace 12 a?os puso en marcha esta experiencia a 2 kil¨®metros de Puerto Ban¨²s, tiene alumnos desde los 3 hasta los 18 a?os. El centro funciona como una sociedad an¨®nima, donde los padres son los accionistas que conforman el consejo de administraci¨®n y en el que la matr¨ªcula por curso se cifra en torno al medio mill¨®n de pesetas. La escuela abarca desde la guarder¨ªa hasta el COU.
El patr¨®n de ense?anza se encuentra m¨¢s cercano al plan de estudio brit¨¢nico -111 alumnos son del Reino Unido- que al espa?ol, aunque el programa educativo es reconocido por las autoridades nacionales. "Buscamos el equilibrio entre los planes espa?ol y brit¨¢nico", d ice Rosa Vicente, directora t¨¦cnica del centro, que entiende que la ense?anza nacional peca "de memor¨ªstica", mientras que la inglesa aporta una pr¨¢ctica "m¨¢s pedag¨®gica". Como ejemplo: el colegio dedica m¨¢s tiempo a la lectura de literatura que a la gram¨¢tica.
Dos idiomas
A los estudiantes, de 36 nacionalidades diferentes, el colegio les asegura el aprendizaje de al menos los dos idiomas -ingl¨¦s y castellano- en los que se imparten las clases. De las 45 clases semanales que reciben los alumnos, una media de 30 son en ingl¨¦s y el resto en castellano. Lo normal es que estos estudiantes terminen hablando con soltura tres lenguas.
El programa de bachillerato, denominado internacional, que conforman los ¨²ltimos cursos, no sigue el plan educativo de ning¨²n pa¨ªs determinado, "pero es v¨¢lido en todos", apunta Vicente. En esta etapa se estudian dos idiomas y se mantiene la simultaneidad de las asignaturas de ciencias y letras para dar al alumno hasta el final la opci¨®n de continuar cualquier carrera universitaria.
Para los alumnos de los dos ¨²ltimos cursos que est¨¢n interesados en profundizar, el estudio de su idioma materno a nivel Iiterario, como es el caso de un estudiante alem¨¢n y de otro iran¨ª, el colegio le ha contratado a profesores de esas nacionalidades. "En estos casos hacemos una excepci¨®n, aunque no sea rentable", se?ala la directora del centro al indicar el escaso n¨²mero de alumnos provenientes de estos pa¨ªses.
Por el contrario, cuando por nacionalidad los alumnos forman grupos numerosos, como son el de 18 estudiantes holandeses u otros tantos de suecos, es tos disponen de profesores que hablan, su propia lengua. La direcci¨®n ya se plantea contar tambi¨¦n con profesores rusos al tener cinco alumnos de esta nacionalidad y prever que este n¨²mero aumentar¨¢ en los pr¨®ximos a?os, aunque el ingl¨¦s continuar¨¢ siendo el idioma utilizado "para integrar a todos".
Ense?anza aconfesional
De la diversidad, el colegio pone a la tolerancia por bandera. Aunque el centro propugna una ense?anza aconfesional permite a los diferentes grupos realizar sus actividades religiosas fuera del horario escolar o durante el recreo. El colegio se presenta abierto a todas las religiones y en ¨¦l conviven la fe cat¨®lica junto a grupos de estudios musulmanes y otros protestantes. Los jud¨ªos no muestran Inter¨¦s por llevar su confesi¨®n a la escuela.
Este ambiente posibilita a un estudiante ind¨² asistir a clase con turbante ante la indiferencia de sus compa?eros, o a alumnos ajenos incialmente a las creencias del catolicismo interesarse en celebrar la comuni¨®n como algunos de sus compa?eros, cautivados "por la parte festiva" de la ceremonia. "Aqu¨ª no hay discriminaci¨®n", asegura la responsable del colegio.
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