Arantxa repite final en Australia
S¨®lo Mary Pierce, que venci¨® a Conchita, la separa del t¨ªtulo y de convertirse en 'n¨²mero uno' mundial
El libro de r¨¦cords de Arantxa S¨¢nchez Vicario sum¨® ayer una nueva muesca. La menor de los S¨¢nchez Vicario alcanz¨® su s¨¦ptima final del Grand Slam y la segunda consecutiva en el Open de Australia de tenis. Arantxa volvi¨® a ser ayer en uno de los deportistas espa?oles que m¨¢s lejos est¨¢ llegando. En Melbourne, como en tantas otras ocasiones, elev¨® de nuevo el list¨®n y lo situ¨® en lo m¨¢s alto, en lo sublime. Est¨¢ a una sola victoria de ser el ¨²nico espa?ol que ha ganado el Open de Australia y el primero en convertirse en n¨²mero uno mundial del tenis. Esas exquisiteces penden s¨®lo de una victoria en la final que se disputar¨¢ en la pr¨®xima Madrugada (3.00, TVE) y que la enfrentar¨¢ a la francesa Mary Pierce, la quinta jugadora mundial. Pierce elimin¨® ayer a Conchita Mart¨ªnez por 6-3, 6-1, y cerr¨® la posibilidad de una final espa?ola. Arantxa se impuso a la estadounidense Marianne Werdel por 6-4, 6-1.Las semifinales volvieron a mostrar las diferencias que separan a Arantxa de Conchita. Mientras una mantiene una lucha a muerte consigo misma para alcanzar su sue?o de convertirse en n¨²mero uno mundial, la otra se debate en sus propias incertidumbres y en sus temores. Arantxa no tiene dudas. Conchita vive en la duda. Y eso es lo que acaba resolviendo positiva o negativamente s¨¹us partidos.
La norteamericana Marianne Werdel Witmeyer, 47? mundial, era pr¨¢cticamente una desconocida cuando inici¨® el Open de Australia y venci¨® a Gabriela Sabatini en la primera ronda. Pero se fue creciendo y cuando lleg¨® a las semifinales se hab¨ªa convertido en una tenista que confiaba en sus posibilidades. "Si no es para ganar no vale la pena haber llegado tan lejos", confes¨® antes de enfrentarse a Arantxa S¨¢nchez.
Para la espa?ola el partido no result¨® f¨¢cil, a pesar de los guarismos que quedaron iluminados en el marcador al final. Werdel se entreg¨® a fondo y peg¨® a cualquier cosa que se le acercara. Pero Arantxa demostr¨® su fortaleza. No s¨®lo soport¨® la avalancha de golpes de la estadounidense de 27 a?os, sino que la fue reduciendo a la nada, la destroz¨® mentalmente y acab¨® aniquil¨¢ndola.
"Creo que se vino abajo despu¨¦s del primer set", confes¨® Arantxa. "Es una tenista dura y peligrosa, que pega la bola incluso con m¨¢s fuerza que Pierce. Para m¨ª el partido ha sido una excelente preparaci¨®n para la final".
La fuerza mental de Arantxa es desbordante. A estas alturas, todas sus rivales saben que no van a recibir obsequios de ning¨²n tipo cuando se enfrenten a ella. Pierce ya pudo comprobarlo en Roland Garros, donde el a?o pasado perdi¨® contra Arantxa su primera final de un torneo de los cuatro grandes. La espa?ola ha ganado cuatro veces a Pierce en cinco enfrentamientos.
"No creo que aquella final sirva de refetencia", se apresura a explicar la francesa, de 20 a?os. "Jugu¨¦ muy bien en Par¨ªs, pero en la final estuve demasiado tensa y acus¨¦ la presi¨®n. Ahora estoy m¨¢s relajada y mejor preparada. Quiero tomarme la final como un partido m¨¢s, sin pensar en lo que una victoria puede suponer para m¨ª".
La base del juego de Pierce es su potencia. Desde el fondo de la pista se convierte en un aut¨¦ntico vendaval. Es capaz de abrir ¨¢ngulos tanto con la derecha. como con el rev¨¦s y su juego llega a ser inconsciente. Pero para ganar los partidos debe jugar al l¨ªmite. Y sabe que Arantxa va a forzar este l¨ªmite, que la obligar¨¢ a lanzar tres bolas a la l¨ªnea para ganar un punto.
Ese nivel de exigencia no lo encontr¨® ayer ante Conchita Mart¨ªnez. La aragonesa es distinta a Arantxa. Ella se parece m¨¢s a Pierce, es menos consistente pero m¨¢s explosiva. A ella no le gusta que los partidos y los puntos se alarguen. Necesita resolverlos pronto, porque de lo contrario, ni su mente ni su condici¨®n f¨ªsica responden al ciento por ciento.
Ayer, la campeona de Wimbledon volvi¨® a dejar patente que posee calidad para ganar a cualquier rival. Pero, paralelamente, Conchita dej¨® en evidencia que su preparaci¨®n f¨ªsica sigue sin ser la id¨®nea. En la parte final de la segunda manga, la aragonesa desperdici¨® dos bolas de break para situarse con 2-4 abajo y entrar de nuevo en el partido. Y fue incapaz de mantener su servicio ni siquiera en una sola ocasi¨®n. Estaba cansada y afectada por una dolencia en el pie derecho que, sin embargo, no le imped¨ªa correr.
"Ni siquiera jugu¨¦", dijo la aragonesa. "Comet¨ª tantos errores que ni s¨¦ cu¨¢ntos fueron. Estuve un 30% o un 40% por debajo de mis verdaderas posibilidades". Lo grave es que esto le ocurre a menudo.
Sampras, en la final
En el cuadro masculino, el estadounidense Pete Sampras, primer jugador mundial, se clasific¨® para la final al imponerse a su compatriota Michael Chang por 6-7, 6-3, 6-4, 6-4. Sampras, campe¨®n el a?o pasado, disputar¨¢ el t¨ªtulo el domingo ante el ganador de la otra semifinal entre otros dos estadounidenses, Andre Agassi y Aaron Krickstein, que deb¨ªa disputarse en la pasada madrugada.
Sampras se mostr¨® emocionalmente m¨¢s tranquilo que en su anterior encuentro, dado que su entrenador, Tim Gullickson, se encuentra ya en Estados Unidos tras haber permanecido internado en un hospital de Melbourne durante cuatro d¨ªas. La enfermedad de Gullickson sigue cre¨¢ndole, no obstante, algunas lagunas mentales durante sus partidos. Pero al mismo tiempo le da fortaleza para superar situaciones dif¨ªciles.
Frente a Chang, al que conoce desde los ocho a?os, tom¨® el control del partido cuando decidi¨® atacar en la red. Sampras gan¨® 64 puntos delante, por s¨®lo 15 de Chang. Esa fue una diferencia fundamental y decisiva.
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