El capit¨¢n de la Guardia Civil que se suicid¨® admiti¨® haber cometido "peque?as corruptelas"
En los 21 folios, el capit¨¢n deja entrever que durante el paso de Luis Rold¨¢n por la direcci¨®n de la Guardia Civil se ejecutaron obras por m¨¦todos extra?os, pero en ning¨²n momento imputa a nadie acciones delictivas o, al menos, no las especifica. Las "peque?as corruptelas" que admiti¨® haber cometido se centran, seg¨²n confi¨® a su letrado, en cobrar entre 5.000 y 25.000 pesetas por cada certificaci¨®n de obra que redactaba (una mensual por obra). Muchas de las empresas que constru¨ªan para la Guardia Civil acud¨ªan a ¨¦l para que les firmarse las certificaciones. "Todos sus compa?eros sab¨ªan que cobraba dinero por redactar las certificaciones, pero ¨¦l s¨®lo era un capit¨¢n que se limitaba a seguir instrucciones de sus mandos", subraya Jim¨¦nez Yera.
El informe, que redact¨® a petici¨®n de su abogado para que ¨¦ste conociera el as unto y pudiera defenderle, es distinto, no obstante, de la carta que escribi¨® horas antes de pegarse un tiro en la cabeza, el pasado 29 de noviembre. Cobo iba a ser interrogado ese d¨ªa por el coronel Pablo Cuesta sobre las irregularidades descubiertas en la adjudicaci¨®n de obras. La carta p¨®stuma ya est¨¢ en manos de la juez Ana Ferrer, instructora del caso Rold¨¢n. Fuentes jur¨ªdicas han se?alado que su contenido carece de relevancia penal.
En el informe, Cobo afirma que fue nombrado jefe administrativo del Servicio de Acuartelamientos, "aparentemente", explica, "por mi competencia profesional. Aunque luego tuve la impresi¨®n de que, al ser s¨®lo un capit¨¢n, ellos [sus superiores] pod¨ªan apartarme de reuniones y conversaciones. La impresi¨®n que tengo,hoy, noviembre de 1994 [se suicidi¨® en la ma?ana del d¨ªa 29], se confirma por los acontecimientos que me angustian ahora".
Sobre las andanzas de Luis Rold¨¢n, ex director general de la Guardia Civil, habla poco: "Al acceder al cargo, [Rold¨¢n] reorganiz¨® todas las ¨¢reas de gesti¨®n y coloc¨® al frente de ellas a personas de su confianza. Orden¨® que no se cubriera, tras salir varias veces a concurso, el puesto de jefe de administraci¨®n de Acuartelamientos".
Otra de las personas que cita es Juan Carlos Castro, asesor en Asuntos Institucionales e Infraestructuras de Rold¨¢n. "Era quien hac¨ªa saber al servicio qu¨¦ obras hab¨ªa que afrontar, qu¨¦ arquitectos deb¨ªan proyectarlas y tambi¨¦n el que informaba de las necesidades que surg¨ªan durante el desarrollo de las obras. En su despacho, Castro recib¨ªa a distintas personas de diversas instituciones, pero tambi¨¦n a contratistas o sus representantes y a arquitectos".
Sobre el general Manuel Llaneras, principal responsable del servicio, dice que, en as reuniones a las que ¨¦l asisti¨®, "casi siempre estaba colgado al tel¨¦fono" y no prestaba "atenci¨®na lo que se dec¨ªa". "[Llaneras] era quien daba credibilidad y oficia lidad a las decisiones de don Juan Carlos Castro". Aunque no lo dice en su informe, Cobo coment¨® a su abogado que encima de la puerta del despacho de Llaneras hab¨ªa un piloto rojo. "Si la luz estaba encendida, quer¨ªa decir que no pod¨ªa entrar nadie", le dijo.
Tambi¨¦n habla en su informe de Antonio Merino, hijo de un coronel de la Guardia Civil y subdirector general del gabinete t¨¦cnico. "Por decisi¨®n suya [de Merino] se compr¨® un edificio en Garrucha (Almer¨ªa) para el alojamiento de los guardias de esa unidad. El vendedor fue su conocido Frasquito. El edificio era nuevo, pero llevaba varios a?os deshabitado. Cost¨® unos 300 millones. El edificio presentaba algunos desperfectos. Se hizo un proyecto de reforma por valor de 38 millones. Este proyecto no bast¨®, y se redact¨® y contrat¨® otro, de unos 70 millones. Pero tampoco bast¨® este ¨²ltimo. Al final, se vio que hab¨ªa un exceso de obra 9jecutada y no contratada de 25 millones".
Sobre Jos¨¦ Garc¨ªa Mallo, otro de los jefes del Servicio de Acuartelamientos, el capit¨¢n dice: "Ascendi¨® a coronel, y le confirmaron como coronel jefe -t¨¦cnico del servicio de Acuartelamientos. Coincidi¨® en este empleo con Llaneras, cuando ¨¦ste era coronel. Cumpli¨® la edad para pasar a la reserva activa y perdi¨® el mando del servicio, pero le dejaron como jefe de la oficina de supervisi¨®n de proyectos durante un a?o. Conocido el caso Rold¨¢n, sus amigos se han dedicado a desestabilizarle, dici¨¦ndole que si hab¨ªa irregularidades, ¨¦l, como jefe t¨¦cnico, debi¨® detectarlas y corregirlas".
Contencioso con Norca
El capit¨¢n Juan Jos¨¦ Cobo cita a varias constructoras que trabajaron para la Guardia Civil. Recuerda que, en 1986, la empresa Norca "puso de relieve, una vez m¨¢s, los perjuicios [econ¨®micos] que dec¨ªa que se' le hab¨ªan ocasionado por excesos de obra ejecutada"' para el instituto armado. Se?ala que "don Juan Carlos Castro y Garc¨ªa Mallo no aceptaron una propuesta de acuerdo" que plante¨® Norca para solventar las diferencias. Ante el desacuerdo, asegura, Norca acudi¨® a los tribunales "Y obtuvo 10 sentencias favorables, con un capital principal frente a la Administraci¨®n de 260 millones que, al d¨ªa de hoy, noviembre de 1994, con los intereses de demora, se acerca a los 350 millones".Tambi¨¦n cita a la constructora Diafer, empresa de Antonio Garc¨ªa, Papa Noel, contratista habitual con la Guardia Civil y muy vinculado a Cobo: "Era la empresa que trabajaba, en noviembre de 1993, dentro del complejo del edificio de la direcci¨®n general. Y ha seguido trabajando, hasta junio de 1994, en la ejecuci¨®n de un proyecto; pero no ha infringido nada. Si hay alguna infracci¨®n, es de la Administraci¨®n, no del contratista".
Extra?a compens
aci¨®n El capit¨¢n Cobo recuerda en su informe una obra efectuada en el cuartel de Yunquera de Henares, en Guadalajara, que califica espec¨ªficamente como "problem¨¢tica". "Hubo que cambiar dos veces de adjudicatario", indica. "El ¨²ltimo [contratista], no pudo acabarla a pesar de que, por indicaci¨®n del jefe de la comandancia, propuso al servicio de Acuartelamientos, y ¨¦ste al arquitecto, que la certificase por adelantado, para ver si, financi¨¢ndosela por anticipado se terminaba por fin. Pero no se termin¨® y la obra fue paralizada. En un momento dado", agrega, "Garc¨ªa Mallo [uno de los mandos del servicio] habl¨® con [la constructora] Diafer y le dijo, m¨¢s o menos, que el ministro [supuestamente Jos¨¦ Luis Corcuera] ten¨ªa mucho empe?o en que se acabara la obra de ese cuartel r¨¢pidamente. Pidi¨® a Diafer que la terminara sin contratar, que ya le compensar¨ªa la inversi¨®n en otra obra. Al parecer, la terminaci¨®n import¨® unos 60 millones de pesetas. ?l sabr¨¢ en qu¨¦ obra est¨¢ compensada esa inversi¨®n". Cobo dedica a Garc¨ªa Mallo un cap¨ªtulo de su informe, pero nunca le imputa haber hecho algo que pueda considerarse delictivo.
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