El pluralismo democr¨¢tico triunfa en el congreso de los poscomunistas alemanes
Tras tres d¨ªas de tira y afloja, en el congreso de los poscomunistas del Partido del Socialismo Democr¨¢tico (PDS) de Berl¨ªn se ha impuesto la l¨ªnea partidaria del pluralismo democr¨¢tico y opuesta a los comunistas duros. En la noche del s¨¢bado, 317 de los 383 delegados, casi un 83%, reeligieron al soci¨®logo Lothar Bisky presidente de un PDS que se encuentra obligado a extenderse hacia el oeste de Alemania si no quiere verse reducido a un partido regional, implantado s¨®lo en el territorio de la antigua Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA).El PDS se jugaba la supervivencia. Si no quedaba clara la condena al estalinismo y el distanciamiento del r¨¦gimen dictatorial de la antigua RDA, corr¨ªa el riesgo de convertirse en una secta comunista m¨¢s de las que afloraron de vez en cuando a lo largo de la historia de la rep¨²blica de Bonn.
El parto ha sido doloroso, y las discusiones en Berl¨ªn, fuertes. Una corriente dentro del PDS, la llamada Plataforma Comunista, con Sarah Wegenknecht, una joven de 25 a?os, como figura representativa, hab¨ªa conseguido instalarse con fuerza y acaparar buena parte del inter¨¦s de la opini¨®n p¨²blica. La direcci¨®n del partido en tomo al presidente Bisky y su figura m¨¢s popular, el diputado del Bundestag Gregor Gysi, hab¨ªa comprendido que el PDS no ten¨ªa futuro si sal¨ªa del congreso de Berl¨ªn marcado con el estigma del estalinismo.
En los debates salieron a relucir las viejas pol¨¦micas dentro del comunismo. Gysi lanz¨® desde el podio que no resulta coherente criticar la intervenci¨®n rusa en Chechenia e ignorar la invasi¨®n sovi¨¦tica en Checoslovaquia en 1968 con el argumento de que en Praga se hab¨ªa impuesto la contrarrevoluci¨®n. El octogenario escritor Stefan Heym, no afiliado al partido, pero diputado en el Bundestag, afirm¨® que el sistema socialista hab¨ªa fracasado y no se pod¨ªa ignorar este hecho. Heym se pronunci¨® por un PDS que haga de verdad honor a su nombre de socialista y democr¨¢tico.
Una moci¨®n de cinco puntos presentada por la presidencia se aprob¨® por mayor¨ªa. En el texto se rechaza toda forma de estalinismo y se establece la contradicci¨®n entre militancia en el PDS y cualquier forma de nacionalismo, chovinismo, racismo, antisemitismo y posiciones anticomunistas. En este punto se abri¨® de nuevo la pol¨¦mica, porque otra de las figuras del PDS, el novelista Gerhard Zwerenz, diputado en el Bundestag, se autodefine como anticomunista. Zwerenz amenaz¨® con renunciar a su esca?o si el PDS exclu¨ªa a las posiciones anticomunistas.
El Partido del Socialismo Democr¨¢tico no excluye participar en el Gobierno del Estado, se ha puesto en cuarentena el concepto de lucha de clases y el partido tiene pendiente la asignatura del enfrentamiento con el reciente pasado alem¨¢n en la antigua Alemania Democr¨¢tica. Los dirigentes del PDS aseguran que ven la RDA con ojos cr¨ªticos, pero desde una perspectiva diferente a las restantes fuerzas pol¨ªticas alemanas. El PDS proyecta abrirse pasa en el oeste de Alemania.
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