No como humo
Cuando algo se manifiesta de manera demasiado aparatosa y chillona, hay que sospechar que, le falta un fondo de seriedad, que puede tratarse de una cortina de humo har¨¢ defenderse y distraer o de un bote de humo para atacar y cegar. Es decir, que lo que en verdad importa no es lo que provoca el griter¨ªo, sino otra cosa que est¨¢ detr¨¢s.Por extra?a que pueda resultar en estos momentos la afirmaci¨®n, yo tengo cada vez m¨¢s la sensaci¨®n de que el asunto de los GAL no va en serio, tampoco esta vez. Quiero decir que no va en serio la cosa en s¨ª y que importan sobre todo sus repercusiones y su onda, expansiva, y que para muchos es fundamental en tanto que arma nada m¨¢s. Lo cual, dicho sea de paso, es perfectamente l¨ªcito y comprensible en batalla tan encarnizada como la que se libra desde hace tiempo en nuestro pa¨ªs. Pero me parece preocupante la posibilidad de que una vez ganado el combate y cumplida su funci¨®n el arma, ¨¦sta sea desactivada y se la env¨ªe al desv¨¢n. As¨ª lo sugiere la indignaci¨®n de muchos de los m¨¢s indignados, que parece de mentirijillas. El partido que seguramente suceder¨¢ al que a¨²n gobierna ha dado a entender ya en alguna ocasi¨®n que, si ¨¦ste reconoce sus errores y culpas y muestra su arrepentimiento (y abandona el campo, desde luego), habr¨ªa generosidad a la hora de exigir responsabilidades en asunto tan peliagudo y capital como la. lucha antiterrorista. Un peri¨®dico que. le es af¨ªn no ha dejado de recordar, con buen despliegue de fotos paralelas, que as¨ª como est¨¢n en la calle supuestos narcotraficantes y etarras reinsertados, es chocante que est¨¦n en prisi¨®n individuos que sin duda han luchado contra el terrorismo, tambi¨¦n desde la legalidad -no se olvide, vienen a decir, como si no delinquir todo el rato fuera un eximente- Esto en cuanto a la derecha. La presunta izquierda no es menos connivente o ambigua, si se mira bien. Hay quienes dicen que Amedo ha mostrado dignidad porque se ha decidido a hablar. Independientemente de los motivos, que ese antiguo polic¨ªa haya tenido para cantar, la dignidad nunca le ha venido a nadie -en ning¨²n c¨®digo, del hampa o no- por traicionar o ser un sopl¨®n, y dif¨ªcilmente puede alcanzar a quien ha sido condenado por cosas mucho m¨¢s graves que hablar o callar. Un periodista muy televisivo se atrevi¨® a decir una noche en su pantalla que probablemente la mayor¨ªa de los espa?oles apruebe la existencia del GAL y que "se asesine a los asesinos", lo cual fue una buena manera de quitarle hierro a la cuesti¨®n y, de paso, insultar intolerablemente a la mayor¨ªa de los espa?oles (c¨®mo os¨®). En cuanto al dirigente del PSOE gallego llamado Fern¨¢ndez Moreda, se permiti¨® decir, muy ufano, que "el mejor terrorista es el terrorista muerto",y que lo ¨²nico que cabr¨ªa reprochar a quien organizase los GAL es que lo hiciera "de forma tan chapucera". Este se?or,un apologista del crimen a tenor de estas declaraciones, no ha sido, que yo sepa, destituido inmediatamente de su cargo.
Es dif¨ªcil creer, por tanto, en la seriedad de quienes acusan o se defienden y niegan. Da la impresi¨®n de que a muchos de los m¨¢s vociferantes en el asunto GAL no les parece muy mal el hecho en s¨ª, sino m¨¢s bien que lo haya llevado a cabo este Gobierno concreto, al que parecen estar diciendo, como a los ni?os traviesos y molestos: "Anda, reconoce tu falta, vete un rato al cuarto oscuro y luego haremos la vista gorda". Y lo cierto es que este juego no es admisible, porque con, semejante asunto no se: puede hacer la vista gorda, ni antes ni ahora ni, despu¨¦s. Si, como hay sospechas, quedara probado que el Gobierno socialista ha, organizado o consentido el terrorismo de Estado, nos encontrar¨ªamos ante un delito de proporciones gigantescas y de todo punto imperdonable, porque vendr¨ªa a justificar cualquier otro: no s¨®lo dar¨ªa argumentos al cinismo de ETA, sino que dif¨ªcilmente podr¨ªa condenarse nada de lo que las leyes dicen que se debe condenar: no al padre que mata al hombre que viol¨® a su hija, no al que se toma la justicia por a su su mano, no al vengador. Justificar¨ªa la ley de la selva y la del tali¨®n. Y ese delito ser¨ªa a¨²n m¨¢s odioso por otro motivo en el que no se si se repara suficientemente: si ese Gobierno elegido por los espa?oles ha tenido que ver con los GAL, entonces nos ha puesto a todos al nivel de Herri Batasuna. Y eso es algo que no se puede perdonar. Que yo no querr¨ªa perdonar.
Javier Mar¨ªas es escritor.
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